4. "Te extrañé"

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Lucille iba de un lado a otro en esa habitación de cuatro paredes. Debía hacer algo, debía escapar e ir con su familia, con su grupo.

Intentaba armar un plan en su cabeza pero en todos daba el mismo resultado: Negan atrapándola.
Aún así, se dio cuenta que él ni se molestó en cerrar la puerta con llave, pero tampoco podía irse así como así ¿y si llegaban a matarla?

Por otro lado, al verlo sintió todo tipo de emociones, un huracán por decirlo así.
Había creído que todos esos recuerdos y emociones vividas con él se habían esfumado como polvo pero en el momento en que lo vio supo que estaba equivocada.

Después de todo, se trataba de su esposo, a la persona con la eligió formar un futuro y amar para toda la eternidad.

Un futuro que ya no se veía tan posible.

De repente, en ese momento, alguien toca la puerta, mientras Lucille abría rezaba por dentro de que no fuese él.
Y para su sorpresa fue así. Se trataba de un hombre robusto pero que parecía bastante simpático, a primera vista.

—Negan la llama para ir a cenar —dijo.

—Dile que no quiero —respondió. Aún no se sentía del todo lista para enfrentarlo por completo.

—Pero debe hacerlo... sino él...

—No me interesa lo que haga, dile que no ire y punto —le dedicó una media sonrisa y cerró la puerta.

Mientras tanto, Negan esperaba a que Lucille apareciera para cenar los dos juntos y así, poder hablar bien de una vez por todas.
En eso, el gordo Joey aparece algo nervioso Negan al verlo frunció el ceño esperando una respuesta.

—¿Y bien? —preguntó.

—D-Dijo que no quiere ir.

Negan se levantó y le dedicó una sonrisa sarcástica, se fue a la habitación de Lucille pero para su sorpresa en el camino se encontró con ella.

—Iré a cenar contigo —le dijo, intentando mostrar desinterés.

—Genial, vamos. —El mayor le sonrió y caminaron hasta un pequeño comedor el cual no lo usaba mucho, pero esta era una buena ocasión.

La cena ya estaba servida, consistía en una carne con ensalada. Lucille se sentó frente a Negan y comenzó a comer en silencio como si nada. Mientras que este la observaba.

Ya harta de sus miradas dejó de comer dejando los cubiertos a los costados.

—¿Vas a quedarte mirándome o dirás algo?

—Te extrañé mucho, amor.

Ella sintió sonrojarse, cosa que le sorprendió a Negan. Le hizo pensar que tal vez aún tenga sentimientos por él, que siguiera enamorada.

—¿Te gustó la comida? —preguntó, cambiando de tema.

—Sí... —contestó ella—. Entonces, ¿cuándo iré a casa?

—¿Por qué tantas ganas de irte? ¿No estás feliz de verme, cariño? ¿De saber que estoy vivo, al menos?

Lucille frunció los labios ante aquella pregunta que la tomó por sorpresa.

—Negan, apareciste de repente como si fuera una maldita emboscada, tu gente mató a la mía y viceversa, lamento no lucir tan feliz como esperabas.

—Está bien, lo entiendo. Pero eso no contesta mi pregunta.

—¿Quieres la verdad? Sí, te extrañé, eres mi esposo por supuesto que lo hice pero tuve que dejar de soñar con el día en que te encontraría.

—Sin embargo aquí estamos.

—¿Y tú? —preguntó—. ¿Por qué no fuiste a buscarme?

—Lo hice pero fue un caos, se suponía que el maldito Gobierno te protegería pero nunca pasó. Mataron a todos en ese hospital.

—Me di cuenta.

Él soltó un suspiro y aprovechó que ella estaba algo distraída para tomar su mano. Al sentirla otra vez fue como si se sintiera completo, una sonrisa se le formó en la cara a la vez que acariciaba sus nudillos.

Por otro lado, Lucille se sintió algo nerviosa pero no retiró su mano. Ella también se sintió bien al volver a recibir su afecto.

—Sé que fui un idiota al no volver allí. Pero tenía miedo, miedo de encontrarte como un muerto más, no podría soportarlo.

—Lo sé.

Lo entendía, por más resentida que se sintiera sabía que estaba en todo su derecho creer que estaba muerta, incluso ella también lo hubiera pensando si fuera al revéz.

Mientras tanto, Negan estaba tan concentrado acariciando su mano hasta que sintió algo en el dedo de ella, supo de inmediato que era el anillo, aún lo conservaba. Eso le ocasionó una ilusión en él.

—Aún lo tienes —dijo con una sonrisa viendo dicho anillo. Lucille asintió algo nerviosa.

—¿Y el tuyo? —preguntó viendo sus manos.

El azabache se llevó la mano al cuello, revelando un collar con el anillo.

—Sentía que iba a estar más seguro ahí —respondió con una sonrisa que ella devolvió, a medias.

La cena terminó en completo silencio, ninguno de los dos habló después de eso. Lucille se levantó, acomodó su plato y pasó por al lado de Negan dispuesta a irse sin decir más pero él la detuvo.

—Iré a dormir —le dijo.

—Te acompaño.

Caminaron por los pasillos en completo silencio, a estas horas no había nadie así que nada se escuchaba. Llegaron a dicha habitación y Negan espero a que abriera la puerta.

—Buenas noches —murmuró Lucille.

—Mi habitación es la de allí al fondo —señaló—. Si necesitas algo avísame.

Cuando él se iba a acercar para besar su mejilla ella se corrió y cerró la puerta antes de que lo hiciera.

—Diablos Lucille... —murmuró él aprentando su mandíbula.

Volver a estar a su lado no sería tan fácil.

[...]

Al día siguiente lo primero que hizo Negan al despertar fue ir a buscar a Lucille, hoy tenían que buscar algunas provisiones así que para que no esté encerrada quería que fuese con él. Abrió la puerta y examinó la habitación pero no había nadie. Abrió la puerta del baño pero nada, ahí es cuando se molestó, estaba seguro que le dijeron que había alguien a cargo de vigilarla.

Pasó por los pasillos buscando a su esposa, a lo lejos vio a Dwight y se acercó a él.

—Hey Dwghty ¿haz visto a Lucille?

—¿No la tienes tú? Es decir, siempre la tienes contigo —respondió. Negan soltó una risa y negó con la cabeza.

—No, resulta que mi esposa si estaba viva después de todo, ahora... dime si la viste. Tiene el cabello marrón oscuro, hermosos ojos... ¡Diablos! La única mujer más linda del Santuario.

El rubio lo miró confundido de arriba abajo asimilando la información.

—Lo siento, no.

Negan bufó y siguió con su búsqueda. Tiempo después la encontró conversando con Arat, inmediatamente se acercó.

—¡Lucille! Aquí estabas —dijo sonriente.

Arat se sintió confundida. Prácticamente todo el Santuario estaba confundido de la llegada de la "mujer misteriosa". Pero Negan no quería gastarse en dar explicaciones así que hacia como si nada.

—¿Qué quieres? —preguntó.

—Bueno hoy estoy de buen humor así que podríamos ir a buscar provisiones por ahí ¿qué dices, amor?

Ella lo pensó unos momentos y se le ocurrió que sería una buena oportunidad para escapar. Ya lo había intentado por la mañana pero Arat la había visto así que tuvo que fingir como que sólo andaba buscando el baño.

—Está bien —contestó con una sonrisa.

Lucille | 𝗡𝗲𝗴𝗮𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora