8. "Mentiras"

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Lucille no lo podía creer, su mejor amigo estaba frente a ella pero ¿por qué? ¿Qué hacía ahí?

—Entra Daryl —demandó Dwight algo nervioso al recordar las indicaciones que Negan le había dicho, se suponía que ella no debía enterarse.

—¡No! Él se queda conmigo —le dijo Lucille, Daryl solamente la miraba, quería abrazarla pero por seguridad se quedo inmóvil.

—Señora, Negan me matará.

—No le diré nada, pero por favor déjame estar a solas con él.

El rubio soltó un suspiro y les indicó que entrarán a esa pequeña habitación. Igualmente se pegó a la puerta para escuchar todo y que el prisionero no haga algo estúpido.

En cuanto la puerta se cerró Lucille prendió una pequeña linterna que tenía guardada y abrazó a Daryl, apretándolo con fuerza. Él la correspondió rápidamente.

—Te extrañé tanto —murmuró ella.

—Yo también —confesó el hombre.

—¿C-Cómo es que terminaste aquí? Yo... —No logró seguir ya que la puerta se abre de repente y Dwight la jala del brazo para llevársela.

—Lo siento, Negan puede aparecer y...

—¡No me importa! ¡¿Por qué no me dejas hablar con él?! ¡¿Por qué está ahí encerrado?! —exclamó enojada.

—Pregúntale a Negan. —Dicho eso cerró la puerta con seguro y se fue dejando sola a Lucille la cual a paso rápido fue a buscar a su esposo.

Entró a su habitación y ahí estaba él, Negan la miró con una sonrisa.
Pero inmediatamente se borró en cuanto ella lo empujó con todas sus fuerzas aunque no logró siquiera moverlo.

—¡¿Por qué no me dijiste que Daryl estaba aquí?! ¡¿Por qué?! —gritó tanto que casi se queda sin voz.

—Wow... de verdad te lo iba a decir pero...

—¡¿Y por qué es un maldito prisionero Negan?! —Ella le dio golpes en el pecho descargando su frustración

—Mi amor, lo lamento pero bueno... antes de desmayarte le pedí a mis hombres que se lo llevarán porque me caía bien y además sino fuese por mi estaría muerto, el tipo estaba enfermo te lo recuerdo.

—No hacia falta que lo encerraras —habló un poco más calmada.

—No quiere trabajar conmigo así que... —dijo mientras levantaba los brazos y dejaba las palabras en el aire.

—Claro que no, tú nos hiciste daño ¿en que momento se te ocurrió que sería parte de ti?

—¡Buena ya! Olvídalo.

—Me mentiste.

—¡Lo sé y pedí perdón Lucille!

La susodicha soltó una risa sarcástica, aquello le trajo un deja vu.

Todo se quedó en un completo silencio incómodo, de vez en cuando se miraban las caras pero nadie decía nada hasta que ella decidió hablar.

—Quiero hablar con él.

—No.

—¡¿Por qué?!

—Porque no, son las reglas Lucille —respondió, a lo que ella volvió a golpearlo en el pecho.

—Váyanse al diablo tú y tus reglas. —Completamente enojada se fue de ahí dando un portazo.

Negan no pudo evitar sentirse enojado y frustrado, agarró su bate y abandonó la habitación.

Ya no sabía que hacer, no sabía cómo tratar a Lucille, sabe que ella debe querer a ese grupo pero el sólo pensar que quizá los quiera más a ellos que a él le hace perder la cabeza.

Tanto tiempo pensando e imaginando que ella estaba muerta... y ahora que la tiene con él sentía que ya no era lo mismo, parecía que ella no sentía el mismo cariño que antes.

¿Y cómo no? No fue el mejor esposo que prometió ser.

Volvió al Santuario en busca de su esposa, se fijó en su propia habitación y en la de ella pero en ninguna estaba. Comenzó a preguntarle a todos los Salvadores si la habían visto pero nada. Negan ya estaba desesperado así que no tuvo otra opción que ir afuera, deseando que nada malo le hubiera ocurrido.

●●●

Mientras tanto con Lucille, ella también salió afuera a tomar aire. Pudo salir gracias a que nadie la vió, fue pura suerte.

Caminó un rato hasta que se detuvo a pensar en todo lo que estaba pasando. Si Negan no fuese tan orgulloso y un imbécil todo sería más fácil. Ella no comprendía porqué él no le había dicho que Daryl estaba en el Santuario ¿en qué momento había llegado y ni siquiera se enteró?

De tan distraída que estaba no se percató de que un gruñido de un caminante se acercaba peligrosamente a ella. Fue tan despistada que no se llevó un arma.

Logró esquivarlo a tiempo pero éste extendía sus brazos hacia ella queriendo comerla. Miró hacia ambos lados para encontrar algo con qué defenderse, retrocedió unos pasos y de repente sintió que algo la sujetaba del tobillo.

Un caminante que le faltaba la mitad de su cuerpo la sostenía fuertemente. Forcejeó hasta que cayó al suelo, ella veía como el otro muerto se acercaba más y más. Lucille llegó a pensar que era su fin pero un ruido hizo que se sienta aliviada.

—¡Lucille! —Era Negan que llegó al rescate en el momento justo.

Mató al caminante que la estaba sujetando y se agachó para revisarla.

—¿Estás bien? ¡¿Como mierda se te ocurre salir así sin un arma encima?! —exclamó preocupado.

—Estoy bien y si salgo es problema mío —respondió a la defensiva.

Negan negó con la cabeza y no puedo evitar darle un abrazo, se había preocupado demasiado.

Lucille no le correspondió. Aunque al sentir ese familiar olor que era muy característico en Negan, al sentir su barba picar contra su mejilla hizo que se pegara más a él. A pesar de que no lo admitiera necesitaba un abrazo de parte de su esposo.

—Vamos a casa —murmuró, sin soltarla.

—No, no hasta que liberes a Daryl, es mi amigo y no quiero que lo trates como si fuese tu puta mascota. Además ¿por qué no me dijiste? ¿Desde cuándo está aquí? ¿Qué hizo?

—Hey, hey. Son muchas preguntas, volvamos a casa y hablamos allí —dijo, alejándola un poco, sin embargo, tocando sus mejillas.

Cuando Lucille estaba apunto de hablar unas pisadas hacen que se calle. Ella y Negan se quedaron estáticos mirándose el uno al otro hasta que él reaccionó y se arrastraron hasta quedar detrás de unos árboles.

—¡Por aquí! ¡Lo vi aquí! —Era la voz de un hombre que se acercaba donde estaban ellos anteriormente.

—¿Lo conoces? —murmuró Lucille, aprovechando que Negan asomó un poco la cabeza.

Negan frunció el ceño, sabía quiénes eran.

—Parece que los amiguitos de Tobías vinieron por venganza.

Lucille | 𝗡𝗲𝗴𝗮𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora