3. "Un reencuentro amargo"

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—¿Ya se mearon en los pantalones?

Esa voz...

No puede ser él ¿oh sí?

Cerró los ojos con fuerza, no estaba preparada, no se atrevía a levantar la cabeza. Escuchaba que el hombre hablaba pero intentaba evitar oírlo aunque era casi imposible.
Sentía que en cualquier momento se desmayaría del estrés.

—Ahora, quién de ustedes estúpidos es el líder.

Escuchó unos pasos acercándose en dirección a Rick, Lucille miró de reojo, visualizando sólo los zapatos de aquel sujeto.

—¿Tú eres Rick? Soy Negan.

Y fue en ese momento en que se rindió de mentirse a sí misma. Porque lo había reconocido en el minuto en el que escuchó su voz.

Así que levantó la mirada.

—Y ella es Lucille y es asombrosa.

No era sorda, acababa de escuchar que decían su nombre.
Sintió que todas las miradas de sus compañeros se enfocaban en ella.

No podía ni quería creer lo que sus ojos veían.

Lo miró estupefacta, al principio le había costado reconocerlo pero, aquel hombre, Negan, su esposo, estaba ahí mostrando un bate de béisbol que al parecer lleva su nombre.

No pudo evitar agachar la cabeza, intentando dejar de mirarlo y a la vez controlar su acelerada respiración. Al punto de que comenzó a sentirse mareada.

Por otro lado, ajeno a todo, a Negan le había llamado la atención el porqué todos voltearon a ver a una chica en particular. Lo único que pudo ver fue su cabeza agachada, eso no le gustó para nada ya que le gusta que lo miren de frente y a los ojos.

—¡Hey tú...! Levanta la cabeza.

Negan se acercó a la chica y se agachó hasta estar a su altura, pero al verla no lo podía creer.

—¡Santa mierda!

Cuando la azabache lo vio cayó en cuenta que sí era él, su rostro, sus ojos... era él.
Su esposo estaba con vida.

—Negan...

Sintió que su vista se volvía borrosa, la cabeza comenzó a darle vueltas hasta caer desmayada.

[...]

Gracias a un sueño raro que tuvo, Lucille despertó. Poco a poco abrió los ojos y miró hacia ambos lados, sintió alivio creyendo que era una pesadilla pero inmediatamente se dio cuenta que no era su casa, ni mucho menos su habitación ¿dónde estaba?

Rápidamente se levantó y comenzó a examinar la habitación, buscó en todos los rincones algo que utilizar como arma. Solamente encontró un cuchillo de cocina pero que de todas maneras lo agarró con fuerza.

Sin hacer ruido abrió la puerta y lo primero que vio fue un hombre acercándose, al instante lo reconoció, era Negan. Cerró la puerta de golpe, aún sintiéndose perdida y asustada.

Lamentablemente estaba en la realidad.

Ese golpe hizo que el hombre corriera hasta la habitación y abriera la puerta.

Lucille dio unos cuantos pasos hacia atrás, estaba cara a cara con él y no tenía la más mínima idea de qué hacer, no recuerda nada ¿dónde están sus amigos? ¿Qué pasó luego de desmayarse?

—Lucille... de verdad no puedo creer que seas tú.

Negan se acercaba poco a poco pero a medida que lo hacía ella se alejaba más. Por accidente soltó el cuchillo y Negan lo miró unos segundos pero le restó importancia, no le sorprendía que su amada esposa supiera defenderse.

—¿Qué hago aquí?

—Te desmayaste y te llevé a mi humilde hogar —respondió él con una sonrisa, no podia dejar de verla, se sentía tan feliz, asustado y emocionado de que ella estuviese ahí con vida—. ¿Sabes? Siempre eras de tener la presión baja  —rió algo nervioso, pero ella no dijo nada.

Negan la había creído muerta todo este tiempo y ahora que la está viendo con sus propios ojos sólo podía agradecer a cualquier Dios existente aunque no fuera creyente.

—Quiero ir a casa. —Lucille en cambio, no sonaba muy alegre, por más que lo haya extrañado no podía olvidar todo el daño que le hizo en el pasado.

—No creo que eso sea posible, amor —la sonrisa de Negan se borró y caminó hasta estar más cerca de ella.

—¿Qué les hiciste...?

Negan se quedó callado mientras la miraba fijamente. ¿De verdad lo estaba tratando como un completo desconocido?

—¡Negan contesta! —exclamó, perdiendo la paciencia.

—Nada, nada... cuando te desmayaste los dejé ahí, supongo que se habrán ido —mintió, una vez más en un millón le mintió.

Ahora la que estaba callada era ella. Negan deseaba abrazarla e hizo caso a sus impulsos pero Lucille lo esquivó.

—No me toques.

—Lucille por favor, no sabes lo mucho que te extrañé y esperé esto yo...

—¿Ah sí? Parece que debo estar muerta para me extrañes. Además ¿qué es eso de que un bate tiene mi nombre?

—¡No digas eso! Y lo del bate lo hice en honor a ti, cariño.

Lucille vio que los ojos de Negan estaban húmedos ¿estaba llorando? Parecía chiste.

Simplemente no podía superar el hecho de que la haya abandonado en ese hospital.

—Ya veo, y con el planeabas matar a mi grupo ¿no es así? —espetó ella, cruzándose de brazos esperando una respuesta.

—Bueno, ellos comenzaron a matar a casi toda mi gente y supongo que tú estabas involucrada en eso —dijo el mayor mientras la señalaba, pasando su mano por su cara, borrando cualquier rastro de lágrimas.

—Ajá. —Lucille le dio la espalda aún con los brazos cruzados, no queria verlo a los ojos simplemente no podía.

Nadie decía nada, todo se quedó en un completo silencio pero tampoco era incómodo por lo menos para Lucille. Por otro lado, Negan se estaba aguantando las ganas de abrazarla, él sabe que ella no quiere así que prefiere respetar eso.

—Quiero ir a casa —volvió a insistir ella.

—No, quiero que te quedes conmigo.

—Si vas a tenerme como una prisionera mejor ni te molestes en hablarme —farfulló. Negan soltó un suspiro de impaciencia.

—¡No, no te dejaré ir! ¡No te perderé esta vez maldita sea! —dicho eso se fue pegando un portazo.

Probablemente, en una situación como esta, ambos estarían felices de volver a verse, se abrazarían y vivirían felices para siempre, si las circunstancias fueran otras, pero son completamente diferentes.

Negan llegó a soñar con este momento muchas veces y era algo muy distinto a lo que acababa de pasar. En cambio ella alguna que otra vez lo pensó pero estaba segura que no iba a pasar nunca y ahora que sucedió...

Obviamente ninguno de los dos se lo esperó.

El líder de los Salvadores tenía millones de sentimientos y pensamientos acumulados. Su Lucille estaba con vida pero lamentablemente estaba en el "bando contrario" él no tiene idea de cómo ella los conoció pero de lo único que está seguro es que no la dejará ir, la va a recuperar cueste lo que cueste.

Lucille | 𝗡𝗲𝗴𝗮𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora