16. "Marido y mujer"

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Ha pasado unas semanas desde que encerraron a Negan en aquella celda. Lucille no lo volvió a ver porque sentía que no debía hacerlo, tenía miedo, pero no de él. Sino de lo que cree que le está pasando a ella ahora mismo.

Se encontraba junto con Maggie, mirándola con impaciencia a la espera que dijera algo.

—Sea el resultado que sea sabes que cuentas conmigo —dijo Greene.

—Sólo... sólo dime el resultado.

Maggie bajó la vista para ver el resultado. Frunció los labios al verlo y vió a su amiga sin decir o expresar nada.

—¿Y?

—Mejor velo por ti misma.

Con manos temblorosas a más no poder, tomó la prueba de embarazo. Al verla abrió los ojos de la sorpresa y sintió que su corazón se aceleró más de lo que ya estaba.
Era positivo.

—Estoy... estoy... M-Maggie —comenzó a respirar con dificultad.

—Cariño, tranquila. Es una buena noticia ¿no era lo que querías? Una vez me dijiste que era lo que más deseabas —intentó animarla, dándole un abrazo.

—Lo sé, yo quería esto pero no que fuese ahora. Tú y yo sabemos que es peligroso traer un bebé al mundo hoy en día.

—Luci, no pienses que es peligroso. Sé que lo dices por lo que le ocurrió a Lori pero en ese momento no teníamos una enfermería o algo por el estilo, no teníamos las condiciones.

—No lo sé... no sé si quiero.

—Cualquiera sea tu decisión sabes que cuentas conmigo —afirmó, abrazándola.

Lucille suspiró profundamente sintiéndose más aliviada al recibir el apoyo de su amiga.

—Debo decirle. Debo hablar con él —dijo, limpiándose las lágrimas.

—Ve.

Dicho eso, se armó de valor y fue hasta la celda en donde él se encontraba.
En el camino se encontró con Rick, quien al verla sonrió.

—¿Ya estás mejor? —preguntó, sabía bien que andaba con vómitos y sintiéndose mal pero no del embarazo obviamente.

—S-Sí yo... quiero verlo.

—¿Ya? —preguntó, algo sorprendido.

—Sí, estoy lista.

Rick sólo asintió e hizo su cuerpo a un lado para que pasara, pero antes de que ella entrara le dijo:

—Estaré afuera.

Lucille sólo asintió.

Al ingresar, bajó las pequeñas escaleras, encontrándose con él tras las rejas. Se veía más delgado, su barba estaba más larga, se notaba que estaba sufriendo.

Intentó ignorar ese impulso de abrazarlo, se recordó a sí misma lo que hizo y carraspeó para llamar su atención.

Al verla, se sorprendió pero enseguida recobro su expresión seria.

—Negan debemos hablar.

—¿Ahora si vienes a verme? —preguntó con brusquedad.

—Es que, me he sentido mal... tenía vómitos y esas cosas —suspiró para intentar hablar más claramente.

—Eso son sólo unas malditas excusas —masculló, con dolor en su voz—. Solo di que no querías venir.

—¡Negan por favor! ¡Intento decirte algo importante!

—¡¿Qué?!

—¡Negan, estoy embarazada!

Él no respondió, solamente la miró con el ceño fruncido. Abrió los labios pero las palabras no salían de su boca, no sabía que decir.

—Aún estoy pensando si lo tendré o no.

—¿Q-Qué? Pero... creí que querías tener hijos, cariño. Creí que...

—Sí, pero eso era antes. No ahora que todo se fue al carajo, Negan.

—Lucille yo...

—Lo lamento pero no creo que pueda perdonarte por lo que hiciste. —Finalmente lo dijo.

—¿Qué?

—Negan, mataste a personas que eran importantes para mi, dejaste a mi comunidad sin nada, los hiciste sufrir ¿y pretendes que vuelva contigo?

—¿Estás bromeando? Como si ellos fueran los inocentes.

—No, no lo serán, pero es mi grupo, mi gente, personas con las que he estado sobreviviendo. Tú sabes cómo es este mundo ahora, y el que hayas sido mi esposo no cambia el dolor que le causaste a las personas que amo hoy.

—Lucille...

—El día en que supe que me hiciste infiel supe que debía haber parado. Pero no lo hice porque seguía amándote, y ahora estoy arrepentendida porque tal vez hubiera sido mas fácil dejarte ir ahora.

—Por Dios, Lucille yo... cariño, no hay que hacer esto.

—Lo lamento, Negan. Pero no puedo hacerlo, ya no puedo ser tu mujer. —Con lágrimas en los ojos se acercó hasta la celda.

Miró sus manos unos segundos, soltó un gran suspiro y se quitó el anillo déjandolo en el suelo tras las rejas.

Negan miró aquello con dolor y tristeza. ¿Ese era el fin de su matrimonio?
No podía creerlo, no quería. ¿Acaso aquellos votos y promesas ya no valían nada?

—Lucille, no...

—Adiós, Negan.




Lucille | 𝗡𝗲𝗴𝗮𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora