Ya todos estaban listos para ir a buscar las provisiones, Lucille miró la cantidad de vehículos que había, buscó a Negan con la mirada y al voltear lo encontró.
—¿Vamos? —preguntó él con una sonrisa mientras abría la puerta y se hacía a un lado para dejarla pasar.
Lucille no se quejó y accedió en ir con él, sentía que si le hacía caso no sospecharía cuando quiera escapar.
En todo el camino nadie habló, salvo Negan que, de vez en cuando hacia algún que otro comentario tonto que la mujer ignoraba.
Al llegar se encontraron con un barrio bastante grande que parecía deshabitado. Todos bajaron de los vehículos y se aproximaron a Negan para recibir indicaciones.
—En una hora los quiero aquí, busquen hasta debajo de las piedras. Que no quede nada sin revisar ¡muevanse pedazos de mierdas! —gritó para que todos hicieran caso y cada quien se fue por su camino—. Luci, tú vienes conmigo.
Ella lo siguió y caminaron hasta unas casas típicas estadounidenses, entraron en ella con las armas en alto.
La azabache entró a la cocina que parecía algo destruida, había sangre por doquier y había un caminante en medio de esta pero al parecer ya lo habían matado.
—Alguien pasó por aquí —dijo Negan entrando a la cocina con su bate en la mano, mientras observaba a su esposa.
—Probablemente —respondió ella.
De repente, justo cuando iba acercarse más a ella, con intensiones de darle cariño un ruido a la lejanía lo interrumpió.
Se acercó a Lucille y le indicó que haga silencio, ambos comenzaron a caminar intentando no hacer ruido y comenzaron a guiarse por el sonido proveniente de la sala.
Negan se apoyó en la pared y Lucille en la otra, en el medio de ambos estaba la puerta. Negan contó hasta tres con los dedos y abrieron dicha puerta dispuestos a disparar.
—¡Soy yo! —el pobre Joey levantó los brazos asustado.
—¡Diablos Joey! Casi me matas del susto.
—Lo siento señor.
Lucille soltó una risa al escuchar como le dijo señor.
—¿Y tú de qué te ríes? —preguntó Negan.
—De nada.
En eso otros Salvadores entraron a la casa, Lucille supo que era el momento de hacerlo, aunque al principio dudo un poco igualmente caminó hasta llegar a la entrada y salir por esta. Negan estaba distraído, así que aprovechó.
Por suerte, él le dio una mochila con armas y demás antes de ir a buscar las proviciones. Comenzó a correr hasta distinguir el bosque pero paró en seco. No supo por qué, pero algo le impidió moverse.
Negan... no puede dejarlo, por más que le cueste admitirlo. Le daría una oportunidad.
Quizá en un futuro se arrepentiría pero qué más da. Y además ¿adónde iría si ni siquiera sabe cómo llegar a Alexandria? Se perdería en segundos y no quiere morir en el intento.Dio media vuelta pero se llevó la sorpresa que unos hombres desconocidos llegaron, eran bastantes pero iban a pie. Se escondió detrás de unos vehículos y observó como revisaban los coches de los Salvadores.
Debía avisarle a Negan pero si la ven probablemente la matarían.Comenzó a gatear entre los autos hasta llegar a la casa en donde estaba Negan. Sin embargo, uno de los tipos la vio pero Lucille fue lo suficientemente rápida como para dispararle.
Mientras tanto Negan, al escuchar ese disparo vio por la ventana y se dio cuenta que había unos tipos que no eran de su grupo. Llamó a todos los que estaban dentro y salieron dispuestos a atacar.
Y entonces recordó a Lucille ¿dónde estaba? La buscó con la mirada desesperado, temía que le haya pasado algo malo.
—¡Negan! —Justo a tiempo ella llegó corriendo hacia él—. Esos tipos estaban saqueando los autos.
Él frunció el ceño, enojado. Todos los que estaban afuera se pusieron frente a esos tipos, los cuales les pasaban de número de personas. Uno de ellos se acercó a Negan, quizá ese sea el lider.
—Dime... ¿qué se supone que estabas haciendo? —preguntó con sarcasmo Negan.
—Sólo revisaba esos autos, supongo que no son de ustedes, digo son solamente seis y nosotros mucho más.
Negan soltó una risa.
—¿En serio? ¿Crees que somos sólo nosotros? —dijo mientras señalaba a su pequeño grupo—. Veo que no me conoces, soy Negan.
—Eh sí... obviamente no te conozco, me llamo Tobías.
—Bueno Tobías, esos autos son nuestros y lo que hiciste no es nada bueno ¿no te enseñaron a pedir permiso antes de tomar las cosas?
—¿Disculpa? No eres nadie, esas son nuestras cosas ahora.
Negan rodó los ojos y comenzó a silbar siendo seguido por los demás llamando al resto del grupo que estaba en las otras casas.
Por otro lado, Lucille que no hacia nada, sólo estaba detrás de Negan atenta a lo que sea que vaya hacer.En cuestión de segundos ya estaban todos ahí. El tal Tobías los miraba algo atemorizado, eran demasiadas personas armadas, aún así, siguió con su misma postura.
—N-No hace falta todo esto, te devuelvo tus cosas. —Les hizo una seña a sus hombres y dejó todas las pertenencias que eran de Negan frente a él.
—No te lo perdonaré tan fácilmente —dijo Negan negando con la cabeza—. ¿Tienes alguna comunidad o algo? Podríamos hacer un trato, me das todo lo que tienes y trabajas para mi, nadie tiene que morir.
—¿Es una opción? No te daré nada.
Negan frunció el ceño, haciendo una seña a uno de sus hombres para que le disparara y acabara con él.
—¡No! —gritó Lucille, deteniendo todo—. ¡Ya te devolvió todas tus cosas déjalo en paz!
Ella y Negan comenzaron a tener una batalla de miradas hasta que él indicó al hombre que no hiciera nada.
—¿Vez? Esta preciosidad sí entendió.
—¿Disculpa?
—Dije que ella tiene razón.
—Oye jefe, dile que si nos da a esa belleza consideraremos el trato —comentó uno de ellos, haciendo asquear a Lucille.
—Tienes razón —rió con burla ese tal Tobías. Mirando a la mujer de arriba abajo.
En un abrir y cerrar de ojos, sin que nadie lo esperara, Negan le pegó un batazo. No iba a permitir que dijeran eso de su esposa.
—¿Qué dijiste? Oh lo siento... no puedes hablar.
El pobre hombre aún seguía vivo y con la mitad del rostro completamente destruida.
—¡Será mejor que se marchen o terminarán como este hijo de perra!
Dicho eso terminó de matarlo y el grupo enemigo no dudó y se fueron casi corriendo de allí.
—¡Nos vamos pedazos de mierdas! —gritó yendo hasta su auto siendo seguida por Lucille la cual estaba más que molesta.
—¿Realmente era necesario? —preguntó mientras ajustaba su cinturón.
—Tiene suerte de que no maté al resto de sus amigos. Deberían cuidar lo que dicen.
Sí, tal vez tenía razón y se merecía un golpe por sus palabras, pero ¿asesinarlo?
Si bien no era la primera vez que debía defenderse de algún degenerado, que lo haga quien es su esposo y frente a ella no le causaba una buena sensación.
No sabía si estaba muy contenta con este Negan.
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Lucille | 𝗡𝗲𝗴𝗮𝗻
FanfictionEDITADA Negan en memoria a su difunta esposa Lucille llevaba un bate de béisbol que usa como amenaza con la gente, utilizando su nombre en él. Pero, ¿y si en realidad ella nunca estuvo muerta? Un reencuentro completamente inesperado hará que Negan...