—Mad, despierta. Ya llegamos –Escuché susurrar a Alejandro, el cual tocaba mi mejilla con delicadeza. No sé en que momento me quedé dormida, pero al parecer el camino fue muy largo porque cuando terminé de abrir mis ojos noté que ya habia oscurecido completamente. Miré a mi alrededor, algo confundida. Por lo que lograba ver, estabamos en un garage, volví mi mirada hacia los ojos de Alejandro, quien me observaba con una sonrisa. —Pensé que iríamos a un restaurante o algo así. ¿Donde estamos?
—Solo sígueme. –Me agarró de la mano y con delicadeza me hizo salir del auto, al bajarme noté que los demás autos de los acompañantes se encontraban ahí. Después de que el cerrara la puerta del auto comenzamos a caminar hacia la puerta trasera del garaje.
Alejandro la abrió e hizo una seña para dejarme pasar primero, entré a la casa observando todos los detalles del lugar, paredes blancas y una de color gris claro, donde se encontraban algunos cuadros muy hermosos. Me detuve, esperando a Alejandro para ir al mismo paso.
—Es por aquí. –Colocó una mano en mi cintura, guiandome hacia la sala donde los demás nos esperaban. Algunos pasos después llegamos al comedor, todos los chicos estaban sentados, esperándonos. Kira al lado de Gastón y luego estaban Hannah y Zack en un lado de la mesa, del otro se encontraban Julian, Clhó y Guido. Me senté al lado de Zack el cual me observó con una gran sonrisa y me guiñó el ojo. Todos comenzamos a charlar durante un buen rato.
—¿Y la comida? –Zack interrumpió la conversación, mirando de un lado a otro.
—Ya la traen. –Alejandro le dió una mirada de tranquilidad a Zack, y el suspiro con una sonrisa en su rostro.
Los trabajadores de la casa trajeron la comida, dejando los platos frente a nosotros. Comenzamos a comer en silencio, pocas veces salían palabras, no teníamos algún tema de conversación en específico. Lo consideraba un silencio incómodo.
—¿Cuando se acaban las clases? –Pregunté, intentando sacar tema de conversación.
—El viernes de la otra semana, y las notas las enviarán por correo. –Alejandro me respondió, sonriendome al terminar la frase.
—Gracias papá. –Bromee y seguí comiendo.
La comida fue normal, cuando terminamos todos nos fuimos al living y nos sentamos en los sofás, haciendo un nuevo tema de conversación, todos reíamos juntos. Una de las trabajadoras trajo una botella de champagne y las copas necesarias para nosotros. Julián destapó la botella con entusiasmo y sirvió el líquido en todas las copas, entregándolas a cada uno de nosotros. Nos levantamos y comenzó el momento del brindis.
—Yo brindo por la mejor amiga que puedo tener. –Dijo Kira.
—¡Salud! –Todos respondieron al unísono. Unos cuantos brindis después seguimos charlando de temas tontos, tomamos algunas fotos para recordar esta maravillosa noche, en ellas hacíamos caras raras, poses extrañas y luego nos tomamos una normal que salió muy linda. Empezamos a pasarnos las fotos entre nosotros hasta que surgió una idea para terminar la noche.
—¿Qué tal si vamos a un boliche que está por acá cerca? Hace poco lo abrieron y deberíamos ir a ver que tal está. ¿Quién dice yo? –Preguntó Guido con entusiasmo.
Todos sonrieron sin decir palabra alguna, pero sus miradas se conectaban. Empezaron a dejar las copas en medio de la mesita y se levantaron, acomodando sus trajes y vestidos. Pero yo seguía ahí sentada, la verdad estaba un poco cansada como para ir, pero no quería arruinar la noche de los chicos, me levanté y acomodé mi cabello. Salimos de la casa, dividiendonos nuevamente en los autos como cuando veníamos. Entré al auto y coloqué mi cinturón de cinturón de seguridad, aún con mi celular en la mano lo desbloquee y empecé a revisar jugar un juego que había descargado hace un tiempo, pero no le daba uso.
El camino no fue muy largo, una calle antes de llegar me miré en el espejo de la ventana del auto y acomodé un mechón qué caía en mi ojo por el aire, llegamos al lugar y fuimos al estacionamiento, tuvimos que buscar puestos un buen rato ya que el lugar estaba bastante lleno, bajamos del auto y nos reunimos todos, caminamos hasta el lugar y había una fila muy larga.
—Yo no voy a esperar a que pase la fila para poder entrar eh, estos zapatos no son muy cómodos. –Kira se apoyó del hombro de Gastón y comenzó a dar pequeños saltos, arreglandose su tacón, reí al verla en esa situación, yo tenía tacones pero no tan altos como los de ella, podría estar tranquila unas horas.
—¿Sabes quienes somos? Somos Airbag querida, nosotros no hacemos filas. –Dijo Guido con aire de superioridad y cruzó uno de sus grandes brazos sobre mi hombro, riendo. Le di un codazo en el estómago y reí. Seguimos caminando hasta llegar a la puerta, donde un guardia de dos metros decidía a que personas pasar, tenía unos 28 años apróximadamente, tenía un piercing en el labio y otro en la nariz, se veía muy bien.
—¡Agustín! ¿todo bien? –Guido se separó de mi, y le dió un pequeño abrazo al chico, así los otros hermanos repitieron los pasos. Charlaron un rato hasta que el nos dejó pasar.
El ambiente era muy bueno, la gente bailaba y otros conversaban en la parte del bar. Kira, después de un rato insistiendole a Gastón para bailar lo logró, Hannah y Julián fueron al bar y Zack junto a Chloe y Alejandro se sentaron a hablar, hoy al parecer no se emborracharian. Guido comenzó a moverse de un lado a otro, haciendo bailes raros, agarró mi mano y me empujó al bar. — Un fernet y... ¿vos que querés? –Me preguntó.
—Vodka. –le pedí, el asintió con la cabeza y pidió lo que queríamos. Me acerqué a el, agarrando su mano, a pesar del buen ambiente que había no me sentía muy cómoda. El barman nos entregó nuestras bebidas, y me dedicó una sonrisa para después guiñarme el ojo. Yo le di una sonrisa tímida y agarré el vaso, bebiendo todo el contenido que había en el en menos de 15 segundos. Deje el vaso en el mesón y pasé la mano por mi pecho, qué recién sentía el frío del liquido pasar.
—Wow, andás re activa hoy nena. –Guido soltó mi mano y colocó la suya en mi cintura, uniéndome más a el. —Más vodka. –Pidió. Llegó el otro vaso, el cual tomé con más tranquilidad. Inconscientemente comencé a bailar junto al chico rubio que me acompañaba. Crucé mis brazos por su cuello y seguimos bailando un poco más pegados. Subí la cabeza y miré sus labios, los cuales formaban una sonrisa, me sentí un poco mareada y dejé de bailar, apoyándome con fuerza sobre Guido, el me llevó a uno de los asientos del lugar, me miró un poco preocupado y pasó sus manos por mi cara, quitando el sudor que tenía. —Nena, ¿cómo te sientes? No debiste tomar tan rápido.
—Me duele la cabeza, ya se me va a pasar. –Cerré los ojos y me incliné hacía adelante, apoyando mi cabeza en su pecho.
***
PERDÓN LA TARDANZA, tenía muchas cosas que hacer nenxs, pero volví c: ojalá les guste el cap, voten y comenten. Linda noche!
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¿Un niñero?
Teen Fiction"Es tu voz, es tu magia y tu locura." Madisson, tiene 17 años. Alejandro tiene 21. Ella suele tener problemas con sus padres y compañeros. Ella ya no está bien. El tiene mucho tiempo libre. Ella no quiere un niñero, y el solo...