9.

1.7K 111 5
                                    

-Mad, despierta. -Dijo Alejandro en mi oido.

Abrí los ojos lentamente y todavía estaba en el auto. Pero el problema era que ya no estaban Clhoe ni Rubén, al percatarme de eso me levanté rápidamente y salí del auto, no tenía ganas de hablar con Alejandro después de lo sucedido. Entré a la casa y subí a mi habitación, le puse seguro a la puerta y senté frente al piano y recosté mi cabeza sobre las teclas formando una rara combinación de sonidos.

-¡Madisson, ábreme! -Gritó Alejandro del otro lado de la puerta. -Necesitamos hablar.

-Será mejor que te vayas, porque no voy a hablar contigo. -Dije todavía recostada en el piano.

-Ay por Dios, deja de hacer tanto drama y ábreme. -Dijo y empezó a golpear la puerta. -No me provoques.

Me quedé callada y ya no escuché más golpes, pasaron 10 minutos apróximadamente y debido a mi aburrimiento decidí empezar a tocar el piano y a cantar.

Voy a recoger la piezas y -construir una casa de lego. -Comencé a cantar seguido del piano. -así, cuando las cosas vayan mal... Podremos derribarla. Mis tres palabras tienen 2 significados, hay una cosa en mi mente, es todo para tí. -Cerré los ojos y seguí cantando, hasta que sentí unas manos en mis hombros.

-¿Lego House, no? -Dijo Alejandro a mi lado.

-Sí, esa canción es muy linda. -Dije tranquilamente, después de un rato ya había logrado calmarme.

-Oye Mad, se que no te gustó que hablara con Flor, pero es que ella fue la que nos buscó conversación y pues, no sabía como evadirla. -Dijo algo apenado.

Los hombres nunca van a evadir algo que les gusta. -Pensé.

-Primero, se llama Florencia, no Flor. Segundo, ya no importa. -Sonreí. -Soy muy dramática.

-Bueno. -Sonrío. -¿Algo de lo que quieras hablar?

-Sí, de que Clhoe seguro mató a Rubén cuando llegaron a casa. -Reí.

-La verdad que sí. -Sonrío.

-Mad, te lo voy a preguntar y quiero que me respondas con toda sinceridad... ¿Porqué te molesta que hable con Florencia? -Me miró serio.

-Me da muy mala vibra. -Mentí. -Y aparte es demasiado puta, ¿porqué te cae tan bien? -Crucé mis brazos.

-Bueno, es amigable, y muy linda. -Alargó la última palabra y lo miré con desprecio.

-No es linda, Alejandro -Volví a mentir. -Bueno, o tal vez sí. -Suspiré.

-Es linda, pero no más que tu, obvio. -Sonrió.

-Me caes muy bien, Alejandro. -Sonreí tiernamente.

-Y tu a mí, Mad. -Se acercó un poco más a mi y me abrazó. -Oye, sigue tocando, quiero escucharte

Volví a lo de antes, pero con diferente canción Un año más de Deny- Un año más, un año más, cierro mis ojos al recordar que hoy es día en que el mar quema mi piel. -Seguí cantando hasta terminar la canción, y volteé mi cara hacia un lado, donde se encontraba Alejandro.

-No sabía que cantabas, tan, tan hermoso. -Tenía una sonrisa de oreja a oreja. -Tu voz es angelical, esta dicho.

-No es para tanto. -Sentí mis mejillas arder. -La verdad es que no canto muy bien que digamos.

-¿Qué no cantas muy bien? ¿¡Que tonterías dices!? -Rió. -Oye, sabes que hace un rato me llegó un mensaje de tu escuela, el cual decía que organizaran un concurso de bandas y también pueden participar personas que no sean alumnos del colegio, y bueno, estaba pensando que...

-Oh, no no no no, ni lo pienses, te equivocaste de chica, no lo haré. -Lo interrumpí.

-¡Ay Mad, por favor! Será muy divertido. -Agarró mis brazos y empezó a moverlos de un lado a otro.

-Ay no lo sé, no pienso pasar vergüenza ahí enfrente de todos. -Bajé la mirada.

-Nunca pasarías vergüenza, más bien los dejarías impactados con lo hermoso que cantas. -Sonrió.

-Deja que lo piense y en unos días te daré la respuesta. -Cubrí mi cara.

-Te van a escuchar cantar, te van a escuchar cantar. -Agarró mis manos haciendo que me levantara y empezó a moverme de un lado a otro.

-Alejandro ya. -Empecé a darle pequeños golpes.

-Ay ya no me pegues -hizo puchero-

-¿Sabes que eres muy tierno? -Lo miré fijamente y sonreí.

-Lo sé, lo sé. -hizo una mueca.

-Oye, ¡pero que egocéntrico! -Reí a carcajadas.

-¿Qué crees? -me miró.

-¿Qué?

-Aprendí de ti, obvio. -Me sacó la lengua y empezó a dar vueltas.

-No lo creo. -lo detuve.

-Sabes que no, las mejores cosas las aprendo de ti, buenas noches, cariño. -besó mi mejilla y salió de mi habitación.

Me lancé a mi cama y comencé a pensar...

No sé que me pasa, ¿me estará empezando a gustar?

¿Un niñero?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora