Capítulo 7

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Seulgi.


Seis meses... Seis meses de mentirme a mí misma que no volverá a suceder, de decirme que es un error, un error que cometo cada vez más rápido, cada vez más desesperada porque ocurra. Han pasado seis meses desde la noche de la fiesta de la empresa y de que necesito con desesperación los brazos, los besos y las caricias de Kyuhyun. Intento convencerme de que lo que hago está mal,de que es un hombre casado, de que cada noche vuelve a los brazos de ella... Pero no lo consigo.

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Seulgi y Kyuhyun se veían en el mismo motel desde hacía 6 meses. A veces se veían después de trabajar, otras veces después de las copas con sus compañeros de trabajo. Esta vez como algunas muy raras... Hyerin estaba de viaje.

Tomaron el ascensor hasta la habitación del tercer piso en un silencio total. La habitación que siempre que usaban cuando estaba disponible. El brazo de Kyuhyun se deslizó alrededor de los hombros de Seulgi, con un tacto ligero y suave. Cuando ella lo miró de reojo, su mirada sostenía un incendio que inició un fuego en la parte baja de su estómago. Aquí se iniciaba el deseo, esperando darse el uno al otro lo que podían sin importar que fuera por poco tiempo.
Su mano apretó la suya, y cuando salieron del ascensor en su piso, rápidamente encontraron la habitación. Él utilizó la llave ya gastada para abrir la puerta. En el conocido interior Seulgi se abrazó a él pero el olor a ella le atormentó un momento, aquel perfume que ella había aprendido a conocer en este tiempo.
Sus brazos rodearon su cintura y el calor de su cuerpo rodeó a Seulgi con deseo. Ella vibró con emoción mientras le daba un suave y casto beso.

Puso un beso en su frente. -Necesito una ducha. ¿Quieres unirte a mí?- le preguntó Kyuhyun.

Temblando por dentro con anticipación, Seulgi asintió agradecida. Quería que se sacara el perfume de ella de su cuerpo, la marca del beso de despedida de su piel y las caricias de sus manos al despedirse de él.

-Entraré primero y probaré el agua.- ¿Sucede algo?-preguntó.
Lo único que podía hacer era decirle la verdad. –Tienes el perfume de tu esposa contigo.
Kyuhyun se quedó en silencio avergonzado, luego carraspeó un poco –Siento mucho esto Seulgi, pero sé que ambos no podemos resistir esto entre nosotros, si todo fuese diferente...
-No te estoy pidiendo nada diferente- dijo ella- Es solo eso.- le sonrió intentando mostrarse relajada y desinteresada de algo más.

Ella puso su bolso sobre la pequeña mesa de un rincón, mientras él se sentaba en la cama y se quitaba los zapatos y los calcetines, su estómago y espalda hormiguearon. Sí. Esto era lo que deseaba y necesitaba, a Kyuhyun. Mientras ella volvía a sentir aquella corriente, aquella tensión pasional cuando él se sacó la camisa y ella sonrió.
Él le devolvió la sonrisa, y en esos segundos antes de que él se volviera y desapareciera en el cuarto de baño, admiró su pecho. El hombre gritaba sexy, y esa palabra subestimaba su atractivo, no necesitaba músculos marcados, ni piel morena por el sol para ser sexy.

Se sentó en la cama y escuchó el agua correr en el baño, ella no podía poner los acontecimientos en orden, porque su mente estaba un poco cansada, pero sus pensamientos se centraron también en lo mucho que deseaba a Kyuhyun.
En lo mucho que lo amaba.
Mientras se quitaba las botas, las medias, y su ropa quedando en tan solo ropa interior, se maldecía por haberse enamorado de él. Era una estúpida, en esos seis meses él no le había hecho promesas, no había dejado de vivir con su esposa, no le había dicho que tendrían algo más que el sexo... Pero se había enamorado de él, de sus atenciones, de sus palabras, de su cariño por Jonghyun, de sus caricias, de su pasión y su deseo por ella. Ella tampoco le había exigido algo, no le había pedido que dejara a Hyerin... ¿Por qué lo haría? Si él la amara lo haría sin que ella se lo pidiera, sin que ella lo exigiera. Y era estúpida también pero prefería estos momentos a no tener nada.

Tengo una amante - Cho KyuhyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora