Capítulo 8

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Kyuhyun.

Seulgi se quejó de pura satisfacción cuando su miembro entró en ella. Kyuhyun empezó moviendo sus caderas al mismo tiempo que su constante empuje.
Kyuhyun pensó que perdería su mente, con su mirada en un principio centrada en ver su miembro entrando y saliendo de su canal.

Luego cerró los ojos y disfrutó de la forma en que su cuerpo lo apretaba, contrayéndose y liberando más de su carne. Ella era exuberante y salvaje, con un poder femenino increíble y fuerte.

En esos momentos todo era perfecto.

Mientras ella gemía y jadeaba de placer, su mente se concentraba en la carne que lo rodeaba. En el placer que amenazaba con destruir todos sus sentidos hasta que se derritió en ella. Se meció contra ella una y otra vez, con la necesidad de gritar para que se viniera una vez más como una máxima prioridad.

Él desaceleró el ritmo y la instó con lo que quedaba de su voz -Súbete en mis caderas.
Sus palabras parecieron desatarla, y aumentó la satisfacción de Kyuhyun. Antes que pudiera llegar al clímax, se retiró de ella. Dio la vuelta alrededor de ella y la enganchó en un beso, con su lengua buscando su boca agresivamente. Ella se aferró a él, con sus manos trazando sus mojados hombros. Él retrocedió el tiempo suficiente para cerrar el agua.

La tomó y salió de la ducha. Se tomaron su tiempo secándose entre sí, con el juego sensual de la toalla sobre su piel áspera amenazando con enviarlos a
El agua estaba en gotas sobre sus pechos. Casi se los frotó con la toalla, pero parecía demasiado dulce. Se quedó mirando, hipnotizado mientras una gota rodaba sobre su pecho.

Antes que la gota pudiera caer bajó su boca a su suavidad y la succionó. Ella abrió la boca y la toalla cayó al suelo. Lamiéndola, saboreándola, y ella enredó sus dedos en su cabello.

Ella se dejó caer de rodillas y le deslizó hasta su sexo. Cuando sus labios lo tocaron, casi la levantó en sus brazos allí y la llevó a la cama. En su lugar, cerró los ojos y se bebió sensación tras sensación. Ella chasqueó la lengua, probando, con sus largos dedos envolviendo su longitud. Temblores pasaron a través de Kyuhyun mientras Seulgi estaba tocándolo y lamiéndolo con calientes lengüetazos.

-No- Él calmó sus movimientos. -Espera.
Una pequeña arruga apareció en su frente. -¿Qué sucede?
-Nada.- Él trató de sonreír, pero sus labios se abrieron en éxtasis mientras ella le otorgaba un beso más en la cabeza, con su lengua acariciándolo en un camino delicado y atormentado. Se estaba volviendo salvaje. Pero la detuvo, la necesitaba de otra manera.
Ella se puso de pie y tendió la mano a él y Kyuhyun la siguió mientras ella se dirigía hacia la cama y caían sobre ella en una maraña de brazos y piernas.

Yació sobre su espalda, con sus brazos extendidos y sus muslos entreabiertos en señal de bienvenida. Kyuhyun se lamió los labios mientras la anticipación lo recorría.
Se calmó dirigiéndose hacia el baño y tomando un nuevo condón en pocos segundos se lo enfundó. Regresó y se acomodó y su miembro entró en la humedad suave, deseaba esto hasta el final y luchó con lo que su cuerpo le pedía.

Su respiración se quedó sin aliento. Salvaje deseo destrozaba su paciencia.
Subió sus piernas hasta que abrazaron sus caderas. Cerró los ojos y se ancló en los antebrazos para no aplastarla en la cama. Sus manos acariciaron frenéticamente sus hombros, luego sus brazos mientras se presionaba profundamente y se quedaba inmóvil sobre ella. Él se estremeció, con el sudor corriendo por su cuerpo debatiéndose entre el control total o entrar en ella con fiereza animal.

-Por favor.- Ella se estremeció, con su declaración entrecortada como una señal de que no podía resistir más. Con un gruñido él empujó duro y profundo como una bestia desatada. Sus caderas ondularon, deslizándose en su contra, con cada estocada haciéndola gemir y temblar bajo su control.
El sudor goteaba sobre su cuerpo, reemplazando al agua y volvía sus movimientos sin sentido y calientes, como un hombre que busca la disolución en su placer. Primitivo y animal, quiso rugir y borró todo pensamiento.

Tengo una amante - Cho KyuhyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora