Capítulo 9

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Hyerin

Hyerin tomaba un respiro mientras se subía en el avión desde la paradisiaca isla de Jeju de regreso a Seúl. Había tenido un congreso de contabilidad esa semana y había sido excelente para ella salir de su monótona vida que tenía al lado de su familia. Sabía mejor que nadie que la única culpable de su situación era nadie más que ella, había planeado hacía diez años atrás salir de casa de su madre y había utilizado a Kyuhyun para lograrlo. Si, se había sentido atraída por él en aquella época, pero también había estado dispuesta a lo que fuera para dejar aquella casa donde su madre le maltrataba cada vez que se le antojaba.

Kyuhyun había resultado mostrar un grado mucho más alto de responsabilidad y hombría cuando decidió dejar sus sueños por cuando ella le dijo que estaba embarazada y le agradecía cada día por haberlo hecho.
Pero su amor se había transformado en eso, agradecimiento, monotonía y costumbre. Kyuhyun se había dedicado a trabajar y ella a estudiar, él se había esforzado mucho durante todos estos años, pero ella ahora quería más, quería un hombre que la sedujera, que la enamorara cada día con detalles a su nivel. No solo era salir a pasear con su hija, quería que él le invitara a restaurantes finos o regalos costosos. Pero Kyuhyun siempre trabajaba mucho por poco dinero. Hyerin era la envidia de sus amigas, cada una de ellas le decían que Kyuhyun era el esposo perfecto; atractivo, dedicado, trabajador y sobre todo... Un hombre fiel.

Porque así ella lo despreciara de manera intima, sabía que él era incapaz de engañarla con otra mujer.

Pero ella...

Había insistido en asistir a ese congreso por una simple razón que nada tenía que ver con su carrera, había un hombre que le hacía sentir tan sensual y femenina como nunca antes y no podía dejarse en evidencia.

Park Junsoo era uno de sus superiores en la empresa donde ella había empezado a trabajar después de la graduación. Era un hombre un par de años mayor que ella y también casado, pero su esposa trabajaba en Japón largas temporadas del año, así que la atracción que sintió por él fue algo instantáneo. Él le hacía sentir una mujer deseada, segura. Le llenaba de regalos que podía lucir sin que Kyuhyun sospechara algo, salían a comer a los mejores lugares de la ciudad. Se sentía como una reina.

Y el sexo era glorioso.

Kyuhyun era un hombre viril, pero había sido el único hombre con el que había tenido intimidad y no tenía con quien compararlo. Kyuhyun era dulce y romántico y ese tipo de intimidad le aburría cada día más y más. Pero cuando conoció la pasión arrebatada de Junsoo, las nuevas experiencias sexuales y la anticipación de verse con otro hombre, el deseo hacía Kyuhyun se estaba extinguiendo cada día más. Le daba físico asco dejarse acariciar por él mientras su cuerpo solo deseaba a Junsoo.

-¿Qué es lo que vas a hacer?- le dijo su amiga, compañera de trabajo y cómplice YuRi. Era la única de su grupo que sabía de aquella relación adúltera –No tienes miedo de que Kyuhyun sospeche de algo de tu... aborto- dijo en voz baja.

Hacía unas semanas atrás y notando que su regla no había llegado, Hyerin había descubierto que estaba embarazada. Había olvidado tomarse las píldoras y simplemente sucedió. Tomó la decisión de abortar ya que Kyuhyun se daría cuenta por completo que ese bebé no era suyo. Así que había logrado abortar a tiempo para durante el congreso, descansar completamente.

-No lo hará. Él y yo no intimamos hace mucho tiempo así que podré recuperarme sin contratiempos.
-¿No te parece que deberías divorciarte? Kyuhyun no merece que lo engañes.
-¿Por qué siempre lo ves como una víctima? Los hombres siempre le son infieles a las mujeres ¿Por qué no podría yo?
-Pero ese hombre no lo merece
-Pero no me atiende a mí. Su mundo inicia y termina con Minah... ¿Y yo? ¿Y mis necesidades? Además Junsoo me adora. Estoy segura que si decido dejar a Kyuhyun él me recibirá de brazos abiertos.
-Sí, claro cómo te pidió que te hicieras ese aborto... Se le nota. –Respondió YuRi de manera irónica.

Hyerin se olvidó de su amiga y empezó a recordar aquella primera noche en los brazos de Junsoo, aquella noche en el motel donde se encontraron después de unos tragos, se habían coqueteado durante semanas y esa noche ella había encontrado el valor de estar con él.

Se había maravillado al ver el cuerpo tonificado y los músculos trabajados del hombre, como ella se humedeció los labios, acercándose, sobre sus manos y rodillas, hambrienta por su gusto, sólo una muestra de la rica esencia masculina que estaba tentándola. -Estás tan loca como yo —gruñó él, extendiéndose, sujetando los gruesos mechones de su pelo y tirándola hacia atrás sobre sus rodillas.

Dominante, poderoso. Eso era lo que había en su rostro, esa furia en sus ojos. -Quiero probarte -se quejó ella, estimulada ahora por el poder, el hambre que irradiaba la mirada de él, y por la excitación y la adrenalina bombeando a través de sus venas. Con él estaba experimentando un deseo que hasta ahora le parecía oculto y prohibido, donde ella no conocía, cada célula en su cuerpo ardía en este momento. El otro brazo de él caliente se envolvió alrededor de sus caderas, empujándola con él, mientras sus necesidades, por derecho o a la fuerza, se acrecentaron. Cuando su cabeza bajó, ella presionó hacia delante, sus dientes mordieron el labio inferior de él antes de que sus dedos la empujaran hacia atrás. El afilado pequeño calor del tirón en el pelo arrancó un débil gemido de su garganta. A ella le encantaba esto. Necesitaba esto. Él podría ser un macho alfa, pero ella quería experimentarlo. Ella levantó sus manos, sus uñas rastrillaron sobre el pecho de Junsoo mientras su mirada se clavaba en la de ella.

Hyerin tenía los labios entreabiertos, los dientes apretados, cuando jaló una respiración entrecortada. Él no se inmutó por sus uñas. En su lugar, sus labios se curvaron en una sonrisa sexual, sensual de reconocimiento mientras que sus ojos ardían con un oscuro, ardiente matiz. A ella le encantaba. Él liberó sus labios, sólo lo suficiente para forzar a salir el material de su vestido mientras intentaba capturar su beso de nuevo. Ella necesitaba el sabor y el calor de esto. Mientras él lamía, chupaba y conducía su lengua contra la de ella hasta que la hizo estremecerse. Nunca se había estremecido por sexo. Pero ella estaba temblando por Junsoo. Sacudiéndose y temblando, su sexo apretándose, sus pechos palpitantes y un jadeo de placer salió de su garganta. Ella extendió los dedos por el pelo de él y se arqueó más cerca, volviéndola loca con la necesidad de más. Él le empujó la cabeza hacia atrás y esa noche él le enseñó el placer y el dolor, no más romanticismo, ya no lo necesitaba.
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Había llegado del aeropuerto y aquella misma sensación de incomodidad la embargó como sucedía en el pasado, nada había cambiado pero entonces puso su mejor sonrisa al ver a Kyuhyun en la habitación.

-Hola mi amor- le dijo ella dándole su pequeño beso en los labios- ¿Dónde está Minah?
-Está en su clase de música, hoy es viernes- le dijo él y ella se mordió la lengua, era una completa desconocida de las actividades extracurriculares de su hija. –Tenemos que hablar, aprovechando que Minah no está.
-Después de que tome un baño, estoy agotada.- Le dijo ella pero algo llamó su atención, era una maleta... Una muy grande. -¿Y eso?- preguntó confusa.
-Me voy de esta casa. –Le dijo Kyuhyun mirándola a la cara- de eso quiero hablar contigo.

Hyerin se estremeció del susto ¿Kyuhyun había descubierto su relación con Junsoo? -¿Por qué?
-Hyerin nuestra situación está empeorando cada día. Quiero que te quedes aquí con Minah y empecemos los trámites del divorcio. No somos felices, no estamos teniendo nada en común en meses, no sabes nada sobre mí y yo tampoco sobre ti. Somos unos completos desconocidos.
-Pero...- dijo Hyerin, ¿sería posible que no lo supiera?
-He tomado la decisión que es lo mejor que podemos hacer. Yo... -Kyuhyun tomó aire- Yo ya no te amo.
-¿Cómo es posible eso?
-Te seré completamente sincero... Estoy enamorado de otra mujer.  

Tengo una amante - Cho KyuhyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora