Tengo una amante - Cho Kyuhyun

Capítulo 12

Hyerin había sucumbido a la tentación de conocer a la mujer por la cual su marido la había dejado. Ese día mientras salía a una reunión cerca de la empresa en la que trabajaba Kyuhyun, la curiosidad de saber quién era esa mujer pudo más que su sentido común, no quería regresar con Kyuhyun, pero si esa mujer se había atravesado en ese matrimonio tentando a su consumado esposo, valdría la pena ver con sus ojos a aquella mujer.

Ella no podía apartar la vista de la mujer que tenía frente a ella. Siempre imaginó a Seulgi como una mujer sin gracia, pero delante de ella tenía todo lo contrario. Vestía una falda entallada estilo lápiz con una blusa bastante femenina que le hacía notar que era una mujer de curvas. El cabello oscuro y largo de ella caía suelto y sus jóvenes rasgos eran muy femeninos con tan solo el maquillaje que lo hacía ver sofisticado y nada vulgar. Hyerin estaba celosa, se encontraba a rabiar en ese momento, porque todo lo contrario a lo que pensaba, Seulgi era más bonita que ella y ahora tenía a Kyuhyun a sus pies.

-Mucho gusto señora Cho- le respondió Seulgi disimulando su incomodidad- Es bueno conocerla.
Ah Ra no se apartaba, sabía que estaba delante de algún chisme importante, pero aún no captaba de que tipo. -Ah Ra, si nos disculpas un momento debo hablar de algo con la señora.
-Disculpe pero mi oficina no está en este piso y no tengo todo el día para hablar con usted...
-No le voy a quitar mucho tiempo, solamente quería ver con quien era que mi marido se acostaba desde hacía meses- soltó Hyerin dejando atónita a la mayor chismosa del edificio.
-Dígame lo que tenga que decir. – le respondió Seulgi, no podía hacer nada más en ese momento porque Hyerin estaba jugando sucio poniéndola en evidencia en su propio trabajo.
-¿No lo va a negar?- le preguntó Hyerin con sorna –Perfecto. Vengo a decirte que aunque has causado que Kyuhyun se vaya de nuestra casa, no van a ser felices porque le has robado la felicidad de Minah. Zorra desvergonzada.
-¿Terminó?- le preguntó de vuelta Seulgi ignorando el insulto- Con permiso, iré a trabajar. – dijo mientras llamaba el ascensor y subía en él. Mientras las puertas se cerraban, sabía que antes de llegar a sentarse en su escritorio, todo el edificio sabría qué era eso, una zorra que se metió con un hombre casado.
-No serás feliz a costa de la felicidad de mi hija- le dijo Hyerin antes de que se cerraran las puertas.

Seulgi se sentó en su escritorio e intentó pensar que no había pasado nada. Prendió el computador pero sus manos no dejaban de temblar. No le tenía miedo a Hyerin, no la conocía hasta ese momento pero no tenía por qué temerle. Pero sus palabras le habían dolido y no tenía como negarlo. Kyuhyun era un hombre en aparente felicidad con su esposa cuando la conoció. Él nunca le habló mal de ella durante los 6 meses de relación clandestina que llevaban, pero Seulgi no era tonta y sabía del desprecio que Hyerin tenía con Kyuhyun. Si, era una zorra por meterse con un hombre casado y por ello no podía culpar a Hyerin que la insultara, pero tampoco ella había sido la mejor de las esposas antes para que ahora Kyuhyun le importara.

Minah era su preocupación. La pequeña amaba a su padre y no quería que eso cambiara y en eso Hyerin tenía razón; no podría ser feliz haciendo sufrir a la pequeña. Las lágrimas se hicieron presentes y Seulgi se maldijo una y otra vez mientras intentaba trabajar. Lo que había iniciado como un buen día se había ido a la basura.
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Kyuhyun había pasado todo el día silvando mientras trabajaba. Sungmin que estaba sentado cerca solo reía entre dientes porque sospechaba a que venía el buen ánimo de su amigo. Lo dejó trabajar tranquilo pero primero aumentó el sonido de sus audífonos, tanta melodía lo tenía cansado.

Pero Kyuhyun estaba en otro mundo. Se trasladaría en esos días al apartamento que había alquilado y así Minah podría pasar los fines de semana con él, le encantaba la idea de estar con su pequeña y facilitar la transición de su divorcio con Hyerin. Quería que todo estuviera bien para que cuando fuese el momento que la pequeña se enterara de que estaba enamorado de Seulgi no fuese tan duro de asimilar. Pero aquella tranquilidad se vio amargada, cuando una llamada de su pequeña apareció en su teléfono... Ya sospechaba lo que había sucedido.
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