Capítulo 4: Niklaus

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Editado.

En aquellos segundos en donde mi vida colgaba en las manos de Klaus, no pude evitar sonreí por dentro por cómo todo había terminado. Como un milenio escapando con eficacia de este había sido arruinado por una sencilla casualidad al venir a buscarme a mí misma en este pueblucho.

— Te he estado buscando por todo este tiempo— soltó como si aquello fuera alguna novedad para mí, por lo que no pude evitar sonreírle de lado.

— Creo que es el objetivo cuando huyes de alguien— comentó sarcásticamente antes de él apretar su agarre, y aunque aquello no iba a matarme comenzaba a cortarme la respiración—. Sabía que me ibas a matar si lo hacías—dije con dificultad al estar obstruyendo mis cuerdas vocales.

— ¿Matarte? —preguntó sonriendo de lado disfrutando claramente de la situación, para luego soltar su agarre y dejarme caer al suelo de golpe mientras me yo intentaba recuperar el aliento—. No mataría a mi esposa, amor—mencionó agachándose para llegar a mi altura antes de tomar mi rostro e intentar besarme.

—No creo que debas llamarme así, no después de tanto tiempo—escupí con rabia sin él soltar mi rostro, al contrario, apretó aún más su agarre.

— Nuestro matrimonio era un vínculo eterno, ¿no lo recuerdas? —preguntó con clara ironía sin yo dejarle de ver con puro desprecio—. Es hora de recuperar el tiempo perdido amor...

— Tantos años vivo te han afectado el cerebro si crees que te haré caso en algo— escupí con rabia antes de él besarme y yo morderle el labio hasta que comenzó a sangrar—. No te atrevas a tocarme maldito animal— solté con rabia antes de sentir con estrellaba mi cara contra el piso.

— Has endurecido tu carácter Ali— comentó antes de agarrarme por la cintura y subirme a sus hombros—. Pero eso se puede cambiar con facilidad.

— ¡Bájame Niklaus, bájame! —grité con desesperación mientras Rebekah miraba todo como si fuera solo un espectáculo—. Maldita la hora en la que conocí a los Mikaelson— solté furiosa antes del híbrido usar su super velocidad y llevarme en un segundo a lo que parecía ser su habitación.

— Esta es mi habitación, necesitábamos hablar a solas—explicó antes de tirarme a la cama y él sentarse a mi lado—. Estás más hermosa de lo que recordaba...—me alagó como si hace unos segundos su mano no hubiera estado a punto de dejarme inconsciente.

— Y tú más animal e idiota de lo que recordaba— comenté sin miedo alguno haciéndolo extrañamente reír.

— Es increíble la rabia que sientes hacia mi persona, cuando pasamos tantos buenos años juntos...—comentó suspirando.

— Hasta que me mataste y me convertiste en un monstruo por lo que ni intentes echarme la culpa de lo que pasó entre los dos— me defendí sentándome lo más lejos de él posible.

— ¿Qué te trae por aquí?, sé que no has venido a hacerme una visita—preguntó cambiando aquel tema con demasiada rapidez, por lo que concluí que me había dado toda la razón.

— De visita, necesitaba reencontrarme, sabes lo agotador que es ser inmortal— respondí sonriendo de lado—. Y de paso visitar a unos viejos amigos de lo que hace mucho no los veía...

— ¿Amigos? —preguntó extrañado y claramente celoso—. Puedo concluir que deben ser los Salvatore, ya que son los únicos vampiros viejos del pueblo— comentó comenzándose a enojar de nuevo—. ¿Buscaste un nuevo reemplazo para nosotros?

— No me gusta el drama Klaus, solo son una diversión...—no pude terminar de decir burlonamente ya que de nuevo su mano estaba en mi cuello—. ¿Acaso esto se volverá habitual? —preguntó sin dejar el tono burlón en mi voz.

Alina (Elijah /Niklaus Mikaelson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora