Alina (Elijah /Niklaus Mikaelson)

Capítulo 18: Recuerdos en el pantano

Se había ido, había mordido a su hermano mayor, y solo se fue como si nada. Con esto los pocos puntos que había ganado conmigo los había perdidos, pues esto nunca se lo perdonaría.

Luego de esto entramos en la casucha, Hayley al parecer necesitaba encontrar algo de su familia, la cual había vivido en este pantano, según le había dicho Tyler.

—No tienen que ayudar—dijo la loba, mientras le ayudábamos a buscar— Puedo escarbar en la feria de antigüedades de hombres lobo yo sola—

—Es cierto amor, tenemos que cuidarte esa herida, ¿porque no nos vamos?—dije sonriendo a Elijah, pero él no le encontró el chiste—

—Sabes muy bien que esa mordedura, es más una molestia que otra cosa en realidad, al igual que Nik—me dijo seriamente— nos quedaremos a ayudarle—dijo y asentí de mala gana—

—Bien, porque yo voy a necesitar que alguien me lleve a  casa en algún momento... —dijo la loba, yo solo rodé los ojos, porque no la dejábamos aquí y ya, oh cierto, el hijo de Nik, comienzo a desear que esa renacuajo nazca, ya, sí, era una niña, según me dijo Elijah cuando volvió— gracias, por cierto, a ambos por quedarse aquí—dijo y rodé los ojos, ella realmente me está poniendo difícil el no matarla, y terminar con todo de una buena vez, de repente Elijah, me vio, y fue como si leyera mi mente, por lo que vi en su expresión, y negó con la cabeza, yo solo le sonreí inocentemente—

—Dijiste que la gente de este pueblo eran toda la familia que te quedaba—dijo Elijah de repente a la loba, y ella asintió—Puedo identificarme —dijo mientras rebuscaba en las cosas de la casucha—

—Estás pensando en Klaus—dijo la loba—

—Quizá era demasiado proclive a condenarle. En los mil años que hemos estado juntos, mi hermano ha cometido numerosos actos innombrables, pero también lo ha hecho Reebekah. Y yo—le dijo, pero esta vez mirándome, tenía razón, hasta yo haba hecho muchas cosas malas—

—Todos hacemos cosas malas—le dije acercándome a él, sin importarme que la lobita seguía ahí, pero para mí buena suerte, ella salió—pero ni por un segundo te compares con Niklaus—continúe, y le bese— eres mejor que él— dije y me sonrió—vamos, aún tenemos que tener un ojo puesto sobre Hayley—dije mientras ambos salíamos de la casa, al salir encontramos a la loba con un libro en las manos—

—Alguien dejó esto aquí—dijo ella extrañada—

— ¿Qué es? —Pregunte indiferentemente, mientras me acercaba a ver el libro—

—Una Biblia con un árbol familiar que se remonta a antiguas generaciones—dijo ella ojeándolo, era un libro extraño, lleno de nombres—

— ¿Qué son estos nombres? —Pregunte con curiosidad— ¿Quién es Andrea? —Dije cuando llego a la última página, y ese nombre era el último que estaba escrito—

—Creo que soy yo. Ese es el día en que nací—dijo sorprendida, pero yo me encontraba feliz, pues al fin había encontrado lo que habíamos venido a buscar—

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Habían pasado varias horas desde que venimos al pantano, y a Elijah comenzó a subirle la fiebre por la causa de la mordedura causaba por Nik, sabía que no podía hacer nada, ya había visto en varias ocasiones vampiros morir por ese tipo de mordedura. Pero aun así no deje intentar que se sintiera mejor, me llenaba de enojo, al ver como estaba y no poder hacer nada.