Alina (Elijah /Niklaus Mikaelson)

Capítulo 42: Los problemas siguen aunque me vaya

Me dirigí a pedir un boleto de avión a New Orleans, pero el que próximo que salía, era en una hora, por lo que tuve que esperar. Me fije que las personas me estaban observando y recordé que hace poco estaba escavando en la tierra por lo cual estaba llena de mugre. Fui directamente al baño de aquí, los cuales convenientemente tenían una ducha, me bañe rápidamente y luego me vestí con ropa limpia.

No tarde mucho en vestirme y arreglarme un poco el pelo, por lo que aun tenia treinta y ochos minutos para abordar el vuelo. Luego recordé que mi celular tenía la batería muerta, por lo que aproveche para ponerlo a cargar.

Al no tener más nada que hacer durante esta hora, me senté en uno de los bancos y me quede dormida…

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Me desperté por la llamada del vuelo al que tenía que abordar, ni siquiera me había dado cuenta, me había parecido que solo había pasado unos minutos. Rápidamente desconecte mi celular y aborde el avión.

Este despegó sin problemas, y luego de que nos indicaran que ya podíamos usar nuestros teléfonos y demás tecnología, decidí llamar a Nik.

—hola, ya voy de camino—dije antes de que él dijera algo—

— ¿tan pronto? —Dijo y le note emoción en su voz— te he extrañado, ¿Cuánto tiempo durara el vuelo? —Dijo el seguro con una sonrisa—

—Unas doce horas, estoy en Polanda—dije como si nada pues ya no importaba que él supiera donde estaba, total Damon estaba a miles de kilómetros de mí—

— ¿Polanda?, extraño lugar para esconder algo—dijo y reí— no importa, iré a recogerte cuando llegues—dijo y sonreí a la nada, me encantaba que fuera el Nik que amaba—

—por cierto, ¿podrías llevar a Davina contigo? —Pregunte, cuando recordé que habían muchas personas las cuales estarían mas que felices si le pusieran la mano a mi grimorio— dile que yo la busco, y no digas nada del grimorio—dije seriamente—

—De acuerdo, love, hasta entonces—dijo antes de colgar, y yo sumergirme en un profundo sueño—

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Una azafata me despertó de repente, pues al parecer habíamos ya aterrizado. Luego de desperezarme me levante de mi asiento y salí del avión para luego a buscar mi maleta, y después buscar a Nik.

No tarde mucho en encontrarlo, ya que había estado buscándome.

—Llegaste—dijo él sonriéndome antes de besarme—

—Corten con eso delante de mí— dijo una voz niñada, interrumpiéndonos—

—Hola Davina—le sonreí—

— ¿para que querías que viniera? —preguntó ella directamente—

—Traje lo que prometí—dije y ella me vio sorprendida— pero antes necesito que hagas un juramento de sangre para firmar lo que acordamos—dije y Nik me miro extrañado—

—Está bien—dijo ella sin dudar— vamos a lugar menos concurrido— dijo y tenía razón, por lo que le seguimos hasta un viejo almacén del aeropuerto—

—Me mordí la mano— te ayudare en volverte poderosa, pero no podrás ponerte en mi contra ni en contra de los míos— dije y ella asintió, mientras Nik nos veía divertido. Ella se cortó un poco y cerramos el trato— perfecto, ahora aquí tienes el primer hechizo que aprenderás, es sencillo— dije al sacar el grimorio, y abrirlo—