Alina (Elijah /Niklaus Mikaelson)

Capítulo 20: Ayudando a los lobos

Genial, simplemente genial, ahora estoy en medio de una pelea familiar de los vampiros originales, y eso jamás termina bien. Fui a mi habitación a descansar ya que tenía mucho tiempo que no lo hacía, y con el día que tuve hoy me hacía mucha falta. Poco después de acostarme, entró Elijah, quien se veía preocupado.

—hey, no te preocupes ya se le pasara—dije refiriéndome a Nik—

— Es que siento como si le traicionara, al solo estar contigo—dijo él sentándose en la cama, a mi lado—

— Hey—dije acercándome a el— tu hermano me perdió hace mucho tiempo, y no fue tu culpa, fue la de él, así que no es traición—dije antes de besarlo—

Se acostó a mi lado, poniendo su brazo debajo de mi cabeza, para acurrucarme con él. Realmente me gustaba dormir a su lado, olvidaba todo al solo tenerlo cerca, esto definitivamente lo valía todo, hasta la ira de Nik.  Poco después me quede profundamente dormida.

Un ruido seguro proveniente del piso de abajo me despertó. Poco a poco abrí mis ojos con pereza, realmente no quería levantarme, preferiría dormir un día, tal vez dos, o los suficiente hasta que Nik se calme, aunque si fuera por eso, dormiría toda la vida. Cuando termine de abrir mis ojos, me di cuenta de que Elijah, como siempre, no estaba a mi lado, ya se le estaba haciendo costumbre.

Me pare rápidamente de la cama, y me di una ducha rápida, para quitarme el sueño. Al terminar me puse un vestido blanco veraniego, y unas sandalias, pues hacia mucho calor en esta ciudad. Salí de mi habitación a ver dónde estaba la gente de esta casa.

—De ninguna manera. Yo pagué eso—oí que decía Reebekah, mientras bajaba las escaleras, y pude ver que unos hombres estaban sacando todo de la casa—

—Oh por favor. No has pagado nada en tu vida—dije riendo, mientras terminaba de bajar las escaleras—

—Difícilmente veo que eso sea relevante—dijo ella al verme— Nik nos está castigando simplemente—le mire riendo—

—Bueno, le hemos hecho daño, mucho, aparentemente —dijo Elijah saliendo de la sala, y sabía que esa indirecta iba para mí, por lo que solté un suspiro— Creímos lo peor de él la única vez en un millón cuando lo peor no era la verdad—

—oh vamos, teníamos nuestra razones, Nik nunca ha sido un santo—dije con ironía, mientras veía que Elijah estaba vestido para irse — ¿Dónde te crees que vas? —Dije viendo que al parecer se iba—

—A asegurarme de que Hayley no sufre por nuestros errores. Niklaus se siente vengativo. No podemos confiar en que esté a salvo—dijo él, defiendo a la lobita, realmente sino fuera porque lleva el hijo de Nik, estaría muerta—

—Está bien, voy contigo—dije tranquilamente, mientras Elijah me miraba extrañado— ¿Qué? —dije sonriendo—

—Solo que es extraño que no hagas una escena de celos—dijo él y tenía razón—

— ¿Porque debería?, si tu no sientes celos por Nik, yo no tengo derecho a sentirlos por Hayley, ¿no?—dije tranquilamente, y Reebekah soltó una risa bastante sonora— ¿ahora qué? —

—Nada—dijo ella aun riendo— pero creo eres tonta sino lo puedes ver—dijo ella yéndose sin decir más nada, mientras yo me quedaba confundida—

—No le hagas caso, vamos—me dijo Elijah seriamente, mientras ignoraba a su hermana—

Sin perder tiempo, los tres salimos de la casa, hacia el nuevo hogar de Nik, el cual era la casa de Marcel. Entramos sigilosamente, pero al hacerlo vimos que la lobita esta sola en unos de los pasillos de la casa, cuando de repente unos de los vampiros que recordaba andaban con Marcel, le dijo algo. En ese momento Elijah intervino y le rompió el cuello.