CAPITULO 7

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Sakura tamborileó los dedos contra el escritorio del Guardián con total aburrimiento, esperando a que volviese.

Todavía tienes el portátil, sabes.

Sí, sí, lo tenía.

Y con él, ¡podría enviarle un e-mail a Touya! ¿Por qué no había pensado antes en ello?

Porque soy idiota. Y honestamente, no quería ser pillada haciendo algo que podría lograr que la hiriesen.

Pero…

Él no estaba aquí ahora mismo.

Con el corazón palpitando, fue a la cuenta de Gmail y rogó por tener tiempo suficiente para acabar antes de que volviese el Guardián.

Los dedos volaban sobre el teclado.

Touya,

Estoy todavía en Azmodea. Sé que no me abandonaste por elección, pero tengo que ir a casa. Mis poderes se han desvanecido. No puedo recuperarlos. No sé cuánto tiempo planea mantenerme cautiva el Guardián. Por ahora estoy sana y salva. Por favor dime que tienes un plan.

Hagas lo que hagas, no le des la llave, sea lo que sea eso. Yo no lo valgo.

Con todo mi amor,

Es.

Él era el único que la llamaba así, por el particular color de sus ojos –esmeralda-, y era la manera de hacerle saber que el emailrealmente venía de ella. Oprimió el botón enviar y contuvo el aliento hasta asegurarse de que se había enviado.

Con suerte, comprobaría pronto el correo y le respondería.

Aunque no lo había dicho explícitamente, no creía equivocarse al pensar que el Guardián la retendría hasta que Touya le entregase la llave.

Y para salvarle la vida y liberarla, Touya lo haría. Sin dudarlo.

Por favor, no lo hagas. Su vida no valía la pena en comparación a lo que le ocurriría al mundo si Noir adquiría el poder de Zeus. Bajo ninguna circunstancia podía permitir que eso sucediera.

Volvió a cargar la página, esperando una respuesta. Durante más de una hora, cargó la página sin parar… hasta que sintió el regreso del Guardián. No había manera de pasar por alto el cambio en el aire cuando él estaba cerca. Sus poderes eran tangibles.

Pero no entró en la habitación. Sino en la ducha. Al menos supuso que era él quien había abierto al agua allí dentro.

Después de desloguearse de su cuenta de correo, fue a echar un vistazo para asegurarse. Porque si no lo era, alguien iba a arrepentirse un montón.

Se deslizó lentamente hacia la puerta cerrada, lista para salir corriendo si había otro demonio ahí adentro. No muy segura de sí debería hacerlo, empujó la puerta con el hombro, entonces se congeló.

La armadura del Guardián estaba amontonada en el suelo junto a la ducha. Una ducha la cual no se había dado cuenta antes tenía la puerta de cristal.

Ahora lo hizo.

Y lo vio.

todo él.

El agua caliente se deslizaba sobre un magnífico cuerpo esculpido por vigorosos y poderosos músculos. Oh, sí, bebe. Haría una fortuna con una webcam.

Oh señor. Quiero un trozo de eso. Nunca en su vida había tenido tantas ganas de morder un trasero como ahora.

Se le secó la garganta mientras una oleada de deseo quemaba atravesándole la sangre como lava ardiente. Inconsciente de su presencia, se frotaba con tanto ímpetu que le sorprendía que no se arrancara la piel.

EL GUARDIÁN  (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora