CAPITULO 1

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CAPÍTULO 1

El infierno tenía muchas connotaciones, cada una tan única como el individuo que lo definía.

Para algunas personas, la idea de estar atrapado toda la eternidad en un video de Michael Bolton era el epitome del horror. Para otras, sería estar atrapado en un ascensor con alguien hablando demasiado alto por su teléfono móvil y ser incapaz de destripar a esa persona por su grosería.

Para Sakura Kinomoto, infierno era la oscuridad que la rodeaba y en la que resonaban los gritos de los malditos siendo torturados. Y no era solamente el alto sufrimiento o las súplicas de piedad hacia aquellos a los que no les importaba el mal que provocaban, sino los recuerdos que aquellos gritos evocaban. El inquietante terror de algo en lo que nunca quiso pensar de nuevo. Enterrados hace mucho tiempo, los recuerdos de aquella noche de su vida y las crudas emociones que exponían, todavía tenían la capacidad de ponerla de rodillas.

No pienses en ello.

¿Cómo podía no hacerlo? Aquella noche había sido la última vez que había tenido una familia que la amara. Entonces, como ahora, sólo fue capaz de ver la opresiva oscuridad que le provocó un dolor en los ojos. La oscuridad había presionado con tanta fuerza contra ella que se quedó ciega además de muda. Y cuando por fin se abrió una brecha en la oscuridad y vio la luz, todo lo que encontró fue sangre y terror…

Ya no eres una cría.

No, era una loba adulta. Más que eso, era una guerrera bien entrenada con más de mil años de duro combate y entrenamiento a las espaldas. No había ni una sola alma en Azmodea que pudiera dañarla.

Te olvidas de Noir.

Bueno. Había una.

¿Y en cuanto a Azura?

Vale, dos… Pero eso no es nada del otro mundo. Había tenido peores pronósticos más veces de las que podía contar.

Sí, pero ellos no disponían de los poderes de un dios primario.

¿Mente? ¿Intentas volverme una cobarde?

Intento que entres en razón antes de que sea demasiado tarde. No hemos vivido tanto tiempo para ser devoradas por la estupidez… no con toda la gente de ahí fuera que quiere matarnos. ¿Y para qué? ¿Por Touya? Él te matará cuando averigüe lo que hiciste.

¿Qué tipo de idiota eres?

Al parecer, una con un suministro ilimitado de estupideces. Y si hubiera sido algún otro aparte de Touya el que estuviera atrapado aquí, jamás hubiera hecho esto.

Pero le amaba demasiado para abandonarlo a este final. Él la había acogido cuando nadie más lo hizo. Cuándo no tenía la obligación de hacerlo, no realmente. La había entrenado y apoyado. Le había enseñado cómo sobrevivir y luchar. Sin él, estaría muerta.

Incluso te llamaría estúpida por esto.

Claro que lo haría.

"La bondad es una fruta podrida que envenena a aquél que la toma. Lánzala ante tus enemigos y deja que se echen a perder ellos en cambio".

¿Cuántas veces le había dicho eso?

Aún así, a pesar del odio que él había llevado en su corazón y que había expresado repetidamente contra todos, la había criado casi como a una hija, pero sin perder nunca su papel de hermano mayor, aunque entre dioses y semidioses el tiempo no tenga el mismo valor. Jamás, ni una sola vez, fue tacaño con su amor, paciencia o bondad.

No con ella.

Otros… vieron un lado de él que muy raras veces mostraba en su dirección. Gracias a los dioses.

EL GUARDIÁN  (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora