CAPITULO 12

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La mirada en el rostro de Jaden fue desgarradora.

—No tengo forma de abandonar este lugar. Nunca. Para proteger lo que más amé, me condené por completo. Pero Syaoran no fue tan estúpido. Él puede ser liberado. No será fácil, pero se puede lograr.

Aquello le provocó a Sakura el primer ramalazo de alegría que hubiese tenido en mucho tiempo. Syaoran no merecía estar condenado en este lugar.

Si pudiera liberarlo

—¿Cómo?

—Tendrías que teletrasportarle fuera, y luego ocultarle y protegerle hasta que su poder se recargue a su máximo nivel. Hasta que lo haga, Noir puede reclamarle de vuelta si lo encuentra.

—¿Cuánto tiempo tomará?

Jaden tomó un minuto para pensarlo.

—Un mes… tal vez un poco más, o incluso un poco menos. Dependería de cuán drenados estén sus poderes cuando salga de aquí.

Sin embargo, podía ser liberado.

Eso le dio esperanza.

Jaden se inclinó para susurrarle en la oreja.

—Y para responder a la cuestión que tanto miedo tienes de plantear, sí. Creo que puede ser salvado. Pero no será fácil. No tiene motivos para creer o confiar en nadie. Todos le hemos traicionado. Amarga y repetidamente. Comerciamos con su inocencia por nuestro propio egoísmo, colgándolo para que se secara una y otra vez.

Las lágrimas la ahogaron al volver a pensar lo poco que había visto. ¿Cuántas más y peores historias había ahí? También temía hacer esa pregunta.

Jaden estaba en lo cierto. Era un milagro que Syaoran siguiese cuerdo. El cómo podía mostrar cualquier tipo de compasión por ella o cualquier atisbo de bondad hacia otra persona era un testimonio de su fuerza.

Tenía que sacarlo de ahí.

—Simplemente no le mientas —le advirtió Jaden—. Nunca te perdonaría por ello.

—Entonces debería decirle que soy mitad lobo y…

Jaden interrumpió sus palabras airadamente:

—Te comería para el almuerzo. Escúchame, Sakura. Él ha centrado todo su odio en la familia que le mintió y le vendió. No me ha perdonado, pero nunca me quiso o me tuvo en consideración, así que no me odia por lo que hice. En su mente, un lobo es el símbolo de la traición, la perfidia final. Nunca confiará en ti si sabe que eres uno de ellos. Puesto que no sabe lo que eres, no tiene razón para preguntar por ello. Por lo tanto, por el bien de los dioses y por ti misma, no se lo digas.

Si solo fuera así de fácil. Pero su moral era diferente a la de Jaden.

—La omisión es ya de por sí una mentira.

Jaden gruñó con frustración.

—Esa es tu decisión. Sin embargo… —En esta ocasión, proyecto el pasado de Syaoran a ella sin tocarla.

Vio a Syaoran de rodillas en la arena del desierto, aferrándose a la mano de su padre adoptivo mientras imploraba piedad.

—Por favor, It. —La palabra egipcia para padre—. Por favor no me venda. Haré lo que me pida. ¿No he sido siempre un hijo respetuoso para usted en todos los sentidos? —Levantó las manos para mostrar los cortes y callos en las palmas y los dedos por haber ayudado a su familia con los quehaceres—. Ni una sola vez he pedido algo. Nunca me he ido a dormir sin decirle lo agradecido que estoy de tenerlos a todos ustedes como mi familia. No entiendo por qué me vendería.

EL GUARDIÁN  (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora