CAPITULO 13

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Aterrorizada, Sakura comenzó a abrir la puerta para derribar el lugar hasta encontrar a Syaoran, pero Jaden la agarró justo antes de que cometiera un suicidio.

—No seas estúpida —le gruñó en el oído mientras la seguía sujetando con la mano sobre el brazo—. Te desgarrarán… y disfrutarán cada segundo de ello. ¿Y qué bien nos haría eso a ninguno de los dos? Créeme, no quiero raspar tus sangrientos pedazos del suelo y el techo. O que tus restos ensucien la suela de mis zapatos.

Ella torció el labio en aversión ante lo que describió. Básicamente, también era lo último que quería...

Liberándole el brazo, él le dio un codazo para que se apartara, de forma que quedara oculta por la puerta antes de que la abriera.

Ella se mordió el labio mientras la dejaba sola en la habitación. Él tenía razón. Lo que casi había hecho habría sido una estupidez de la peor clase.

Gracias a los dioses, la había detenido. Pero no pudo pensar correctamente después de escuchar esa noticia. Syaoran no podía estar muerto.

Las lágrimas la ahogaron mientras una imagen de él hecho pedazos la atormentó.

¿Por qué me importa?

No tenía ni idea. Y aun así no había modo de negar el dolor que le aplastaba el pecho ante el pensamiento de él…

Tengo que saber qué pasó.

Poniendo la oreja en la puerta, intentó escuchar con todas sus fuerzas, pero no pudo oír nada fuera. Ninguna pista sobre lo que había pasado o pasaría. Venga… alguien me dirá algo.

Cualquier cosa.

El tiempo pasó tan despacio que le provocó náuseas. Justo estaba a punto de volverse loca, cuando Jaden por fin regresó. Se manifestó en el cuarto, directamente frente a ella.

—¿Y bien? —preguntó con esperanza.

Él vaciló y el corazón le dejó de latir mientras se preparaba para lo peor. Cuanto más tardaba él, más aumentaba el dolor, hasta que no tuvo ni idea de cómo fue capaz de contener los sollozos.

—No está muerto —dijo por fin.

Por aquella simple pausa mezquina, podría haberle dado de patadas mientras soltaba un audible sollozo ante las buenas noticias. El alivio ante aquellas tres palabras fue asombroso. Y por ello, estaba tan agradecida, que casi podría besarlo.

Syaoran no estaba muerto.

¡Oh gracias, dioses, gracias!

—¿Dónde está? —le preguntó a Jaden.

Él tragó de forma audible.

—No creo que quieras que conteste a eso —el tono en su voz le devolvió el terror multiplicado por diez.

¿Qué podría haber pasado? ¿Noir lo tenía enjaulado como habían hecho con Touya? La mente recorrió enloquecida todas las horrorosas posibilidades mientras recordaba las imágenes e historias que Jaden le había contado sobre éste lugar y de lo que aquí ocurría.

—Jaden —le regañó—. Vamos, por favor. ¿Después de todo lo que me has dicho? Tengo que saber dónde está.

Esto es… malo. Sakura es mejor que te quedes aquí por ahora.

El corazón le saltó cuando ella escuchó a Noir maldecir detrás de la puerta mientras intentaba abrirla.

—¡Jaden! Pedazo de mierda sin valor, ven aquí. ¡Ahora!

EL GUARDIÁN  (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora