EL GUARDIÁN (Terminada)

CAPITULO 19

Syaoran vaciló fuera de la sala del trono. En la batalla, convenía orientarse antes de lanzarse sin meditarlo bien. Esa, era la forma más rápida en la que podías ser destrozado, y él había sido machacado las suficientes veces como para comprobar que era un hecho.

Y aunque sabía que podría sobrevivir a un buen destripamiento, Sakura no, así que no iba a correr riesgos con su seguridad.

Mientras escuchaba los sonidos familiares de violencia y batalla que resonaban en torno a él, recordó la vida que había tenido que soportar todos esos últimos siglos.

No quiero volver a eso. Nunca.

No era un cobarde. Pero estaba cansado de luchar por cada pequeña cosa. De estar en guardia ante todos los seres con los que entraba en contacto, sabiendo que no dudarían en atacarlo si se les daba una oportunidad.

Sakura lo había echado a perder introduciéndolo a otro mundo, uno que no quería abandonar jamás.

Lo que significaba que tenía que deshacerse de estos bastardos para que ellos pudieran...

Comprometerse el uno con el otro. Así es como Sakura lo había descrito. Y esa era la vida que él quería ahora. Una con ella.

Esa era la vida, la única cosa, por la que estaba dispuesto a luchar.

Cerrando los ojos, se conectó con los poderes que le habían sido arrebatados por Noir desde la pubertad. Los cuales eran más fuertes ahora de lo que habían sido hasta hace una hora, y todavía no tenía toda su fuerza. Eso le hizo preguntarse lo que podría hacer con su máxima potencia. Tenían que ser impresionantes, dado lo que sentía en estos momentos.

No era extraño que Noir lo hubiera mantenido bajo su talón. Con toda su fuerza, tendría la capacidad de hacerle sudar la gota gorda al imbécil.

Los lobos deberían haber pedido un precio más alto cuando lo vendieron. Estúpidos bastardos.

Con esos poderes, era capaz de ver todo lo que sucedía en el interior de la sala del trono.

Spinel y Eriol estaban allí involucrados en una lucha sangrienta, y aunque se encontraban mano a mano no estaban solos.

Ni mucho menos.

Touya, junto con otros dioses del sueño y un Dios griego que no reconoció, luchaban contra otro grupo de su propia especie. Y mientras observaba y escuchaba, por fin entendía por qué todo el mundo estaba detrás de ellos. Por qué los Dioses estaban detrás de Sakura.

El estómago se le revolvió.

Spinel no estaba aquí sólo por él.

Había alguien más importante para todos en esa sala. Miró por encima del hombro.

La misma persona que lo era todo para él.

En su forma de loba Sakura echó a correr junto a él, se le heló la sangre. Por suerte la atrapó contra su pecho y la abrazó con fuerza antes de que cometiera un grave error.

Luchando contra su agarre para liberarse, volvió a ser humana. Se agachó junto a él para dedicarle una mirada de fastidio.

—¿Qué estamos esperando?

Sensatez.

Pero era un poco tarde para eso. ¿Qué diablos? No la arriesgaría cuando por fin habían comenzado una relación, para empezar.

Inclinó la cabeza hacia los combatientes del interior.

—Los Phonoi y esas perras de mis sueños están ahí.