45 ✤ Balada para ti y para mí.

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Se sentó en el piso a mirar la televisión mientras esperaba a la joven que llegó justo cuando este había cambiado de canal.

¿Todo bien?-le preguntó este mientras la veía entrar.

Si –sonrió mientras dejaba en la mesa lo que parecía ser una botella envuelta en papel.

¿Qué es eso?-Jong In se levantó y se acercó para tomarla entre sus manos.

Hoy fueron a supervisarnos y como todo salió excelente nos regalaron un vino a cada uno –sonrió viéndolo- increíble pero cierto.

Este le regresó la sonrisa pero se le esfumó cuando vio el pequeño arañón que tenía en el pómulo.

¿Qué te pasó en la cara?-Jong In pronunció mientras la miraba de cerca.

Beth quiso alejarse pero en el momento en el que sus manos tomaron su pequeño y suave rostro supo que no podía alejarse, aun cuando no se miraban a los ojos ambos estaban ligeramente nerviosos con sus cercanías.

Me arañé con un cartelito, me pegué en la mejilla cuando caminaba por un pasillo –susurró mirándolo.

Las manos le temblaron, quiso hacerlas puños pero no pudo porque su cuerpo no le respondió, finalmente cuando estaba por darse por vencida se alejó algo brusco.

Iré a ponerme algo cómodo para hacerte la cena –le dijo nerviosa.

Eso había sonado tan dulce que solo pudo asentir con la impresión en el rostro, la vio caminar a paso rápido mientras se quitaba el moño alto. Se tocó el pecho e hizo una "o" con la boca para dejar salir el aire que estaba atrapado en sus pulmones.

Beth se encerró y ni bien entró soltó al igual que él el aire que tenía atrapado, si bien se habían abrazado mientras dormían todavía le aceleraba el pecho tanta cercanía, no iba a negar que le gustaba pero no sabía cómo reaccionar ante ello. Se cambió como pudo y salió hacia la sala para poder cenar ya que la barriga le estaba crujiendo de hambre.

La botella estaba ahí en la mesa y al lado yacían dos copas, giró para buscar con la vista a Jong In pero no halló más que silencio. La curiosidad la picó por lo que buscó un cuchillo y destapó la botella bastante rápido.

Vertió un poco sobre una copa y bebió un sorbito, le supo a vida plena. Mientras cerraba los ojos caminó a paso lento hasta donde estaba la pequeña radio que tenían y no usaban, se sorprendió de verla destapada. Solo presionó el botón de reproducir y automáticamente se levantó para regresar a la mesa.

Se detuvo a la mitad del recorrido cuando oyó el piano, se sintió extraño de que Jong In escuchase ese tipo de canciones, era hermoso al menos el inicio y estaba segura que el coro también lo era, no parecía ser una de esas canciones que empiezan de manera dulce y terminan como una canción de heavy metal.

Miró la radio como si estuviera poseída mientras le daba otro sorbo cuando oyó la puerta abrirse, giró hacia esta hallando a Jong In con unas bolsas, al parecer había comprado comida, se acercó hasta esta guardando la llave y la miró a los ojos, luego miró la botella, finalmente posó los ojos sobre la radio que estaba encendida con aquella canción que lo había enamorado esa tarde. Su sorpresita estaba arruinada.

He comprado comida –dijo queriendo disimular

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He comprado comida –dijo queriendo disimular.

Se acercó a la mesa ocultando la cara de incomodidad, sirvió algo de vino en la copa que estaba vacía y giró a verla.

¿Pasa algo?-le preguntó esta.

No –respondió de inmediato.

¿Has oído la radio hoy?-preguntó viéndolo- estaba ese CD puesto y me pareció bonito dejarlo. ¿Te gustan las baladas?

Solo lo dejé puesto, lo compré esta mañana cuando venía a casa –le respondió.

Beth sonrió ante eso, dejó la copa sobre la mesa mientras cerraba los ojos y meneaba la cabeza.

Esa canción es muy bonita-sonrió.

Si –contestó él- lo es.

No me respondiste –dijo abriendo los ojos- ¿Te gustan las baladas?

Desde hoy me gustan –le dijo este sirviendo un poco de vino.

Beth extendió su copa hacia Jong In y la movió frente a este para que la sirviera, Jong In solo vertió un poco de vino. Se cuestionó sobre si realmente había preparado una buena sorpresa, todo se había ido al water en ese momento y no sabía como salvar la situación.

¿Quieres...

Sí, si quiero bailar –le dijo este girando a verlo.

Jong In se quedó sorprendido ante eso, Beth sonrió y se acercó a él de un salto. Jong In nunca pensó que iba a pasar tan rápido, la miró nervioso para luego colocar sus manos alrededor de la cintura de ella y esta subió ambas manos hacia su cuello.

El vino le había dado valor pero no poder, se hizo polvo nuevamente cuando sus pupilas miraron las de él.

¿Beth?-le susurró cuando la vio con la nariz ligeramente roja.

Estaba empezando a embriagarse y la idea no le gustó, si iba a suceder algo entre ellos tenía que ser cuando esta estuviese sana.

Jong In –susurró viéndolo a la cara- No sé bailar baladas... ¿Me enseñas?

Parpadeó rápido porque incluso él tampoco sabía moverse, se quedó escuchando la última parte de la canción hasta que la valentía lo impulsó a decir algo sumamente cursi.

Alguna vez leí esto –le dijo susurrando.

Beth frunció el ceño.

Una mujer siempre sabrá bailar, si su cintura está en los brazos del hombre correcto –pronunció nervioso.

Una mujer siempre sabrá bailar, si su cintura está en los brazos del hombre correcto –pronunció nervioso

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¡Ag! xD Siento que es el capítulo más monse del fanfic. Sin embargo, espero les agrade... 
¡Holaaa! Siento que ha pasado una vida desde que publiqué. Tuve exámenes y "horribles". Por suerte voy aprobando todos los que me han entregado.

¿Leyeron ya Chérie?

Sweet Peach ✤ Kim Jong InDonde viven las historias. Descúbrelo ahora