52 ✤ Otra Vez Juntos

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"¡Despierta Beth!"-oyó la muchacha a los lejos.

Era una especie de grito desesperado hacia la muchacha, sin embargo, por más que quiso despertarse no logró más que mover una de sus manos. Le fue tan desesperante la situación pero en cuanto sintió su tacto todo se calmó, incluso sintió como el ritmo de sus latidos bajaba lentamente y en ese momento recordó como había llegado a ese estado.

Beth abrió los ojos pero no vio más que el cielo azul con un imponente brillo solar que la hizo entrecerrar los ojos y colocar una de sus manos sobre estos.

¿Qué está pasando?-se preguntó mientras se levantaba del piso.

¿Qué estás haciendo aquí?-preguntaron tras ella.

Beth giró al oír su voz y es que le había parecido demasiado extraño todo, desde sentir su mano e inmediatamente revivir los recuerdos y ahora su voz que la llamaba a lo lejos. Jong In estaba ahí.

¿Jong In?-susurró con los ojos vidriosos.

Beth se acercó corriendo hacia él dándose cuenta que era quien alguna vez la albergó a su lado y que había abrazado hasta sus últimos momentos.

¡Beth! ¡Tienes que irte!-le dijo luego de tomarla por los hombros.

¡No! ¡No quiero dejarte!-susurró.

Beth, tienes que volver-le susurró el muchacho dulcemente- tienes que hacerlo.

No voy a volver sin ti –dijo Beth para luego tomar su mano.

No puedo volver contigo porque estoy muerto –le dijo el muchacho.

Beth giró la cabeza para mirarlo sorprendida y es que si el muchacho estaba muerto no podía explicar como era que lo estaba viendo. No tardó tanto en entenderlo, si Beth lo estaba viendo era claramente porque ella también estaba muerta. Levantó la vista para mirarlo con algo de sorpresa cuando este le sonrió de medio lado tomando su pequeña mano.

No puedes dejar los regalos que te he enviado, uno está por llegar y el otro lo tienes desde hace dos años –le explicó.

¿A que te refieres?-susurró Beth con los ojos vidriosos.

Jong In llegó porque yo se lo pedí –explicó.

Beth no comprendía lo que los labios de Jong In balbuceaban, sabía perfectamente que un muchacho igual a él había aparecido dos años antes pero nunca comprendió el motivo, ni la razón. Simplemente había creído que era destino.

No entiendo –susurró nerviosa- Jong In llegó a mi...

Yo se lo pedí –contestó- habían pasado mil días desde que dejé de estar a tu lado y preparé ese regalo especial para ti.

Beth no podía creer lo que estaba oyendo, giró la cabeza mientras negaba cuando sintió dolor en el pecho y eso la aturdió.

Será mejor que te vayas, no quiero que permanezcas aquí –le dijo el muchacho con los ojos igual de vidriosos- todavía no ha llegado tu momento cariño.

Sweet Peach ✤ Kim Jong InDonde viven las historias. Descúbrelo ahora