Collision [•Steve Rogers•] (EN EDICIÓN)

7. Indicios y Disculpas

Mi sobrinita no me dejó y aunque yo trataba de fingir fortaleza, ésta pequeña sabía perfectamente que estaba mal.

Creo que todos los niños podían sentir eso.

Acaricié el cabello de la niña y sonreí, ya no quería llorar más, estaba harta, era suficiente, y no le estaba dando el mejor ejemplo a mi sobrina.

Notamos que abrieron la puerta, lo cual llamó nuestra atención.

Entrecerré los ojos esperando que no fuera Stark, porque aunque tuviese razón, en este momento no estaba para sus comentarios y mucho menos para demostrarle que estaba decaída por él.

Afortunadamente no era él, sino que se trataba de una persona que de cierta manera me alegraba ver.

Steve nos miró, y se acercó.

— ¿Estás bien? —asentí—. A veces Stark dice cosas que...

—Lo sé, ya lo conozco, es un imbécil.

— ¡Tía Sophie! —dijo la niña sorprendida y riendo ante mi sutil insulto para Iron Man.

"Imbécil" no era una palabra fuerte, pero para el vocabulario de los niños sí era un insulto. Laura y Clint siempre estaban en contra de cualquier maldición en frente de los niños, aunque a mí siempre se me salían algunas palabrotas cuando hablaba, lo que provocaba las carcajadas de los niños y las miradas asesinas de sus padres.

—Lo siento, princesa—dije torciendo la boca para después besarle la frente y suspirar—. ¿Qué te parece si vas a jugar con Coop y tu papi? Te prometo que ya estoy bien.

La niña asintió y volvió a abrazarme y besarme la mejilla.

—Nomaste—me dijo juntando ambas manos y con el afán de hacerme sonreír.

—Nomaste, cielo—dije con una pequeña sonrisa.

La niña sonrió para después salir dejándome sola con Steve que ahora ya estaba frente a mí.

— ¿Puedo sentarme?

—Claro.

Le hice espacio en el sofá y él se sentó a mi lado.

Su presencia me apaciguaba, estar a su lado siempre era como sentir que no había nada malo, era sentir que todo iba a estar bien, que ante cualquier situación había una salida.

Limpié mis lágrimas de la mejor manera que pude, Steve solamente me observó otra vez figurándose cómo debía empezar la oración.

—Quería preguntarte... ¿Cuál es el problema contigo y con Stark?

— ¿Qué? No me digas que tú lo soportas...

Soltó una risa mirando hacia el suelo.

—La mayoría del tiempo no, pero es diferente... Tenemos desacuerdos, pero supongo que somos amigos....

— ¿Quieres que te lo diga? ¿Por qué nos odiamos tanto? —resoplé—. Él es un déspota, no soporto a las personas así, y él no soporta que le digan que está mal, mucho menos si es alguien "inferior".

Steve conocía a Tony, y yo no tenía que decirle que el hombre era un idiota egoísta la mayoría del tiempo, aun así, pareció no comprender del todo la razón de mi odio hacia él. Y es que el despotismo es algo que toleras hasta cierto punto. Comprendí que si quería que Steve me entendiera a mí, debía explicarle como se dieron las cosas para que Tony Stark y yo nos detestáramos tanto, que sí, en parte yo tenía cierta culpa pero no fui quien comenzó todo.