Collision [•Steve Rogers•] (EN EDICIÓN)

44. Divididos

Tal parecía que estábamos alterando demasiado los nervios de Tony, que por lo visto casi estaba explotando; más porque sí era cierto que el equipo se dividió al momento que unos decidieron firmar y otros no.

Lo dije, un equipo que discutía era demasiado disfuncional, y había discusiones que no se podían evitar, como en esta ocasión, los Acuerdos de Sokovia nos habían separado....

Y en este momento Tony ni siquiera quería escuchar las razones por las que nos arriesgábamos a venir. Lo sabía... Tony jamás escuchaba si no quería hacerlo y no íbamos a hacerlo entrar en razón, por tanto, solo había una solución de por medio.

Ahora con el motor dañado del helicóptero, había otra única alternativa, y sin necesidad de decir nada, el resto de nuestro equipo lo tenía bastante claro.

Además de mirar al millonario, filántropo, blah, blah, blah... de repente me tomaba segundos para mirar a Peter, puesto que no dejaba de pensar con fastidio en lo decepcionada que estaba de él, y preguntándome qué le habría dicho Tony, y qué habría pasado como para que estuviese tan convencido de que Iron Man estuviese en lo cierto. No sé... tal vez Stark se había enterado de que Peter tenía ciertas necesidades y seguramente le ofreció algunas cosas, o quien sabe...

Todo esto era tensión más tensión.... y muchísimo más se sentía entre Steve y Tony.

—Ya me cansé—dijo Tony exasperado—. ¡¡Entregarás a Barnes y vendrás con nosotros!! ¡¡Porque o es con nosotros o con un escuadrón de Fuerzas Especiales al que no le interesa ser amable!! —gritó, después miró a Steve casi suplicante—. Te lo pido....

A decir verdad, me sorprendieron bastante las últimas palabras del millonario, pues lo veía casi desesperado, pero si él no iba a colaborar, teníamos que pasar por encima de él... o más bien, por encima de todo su equipo.

—Lo encontramos—anunció Sam—su Quinjet está en el hangar 5 en la pista norte.

Todos supimos qué hacer.

Steve levantó los brazos y esperó a que la flecha de Clint lo liberara. La puntería de mi hermano como era habitual no decepcionó.

Tanto Steve como yo, sonreímos al ver que esto había distraído a Tony.

—Ahora Lang...

—Oigan, algo está...—comenzó a decir Peter, pero no le dio tiempo de terminar debido a que Lang en tamaño pequeño lo golpeó quitándole el escudo de Steve.

Me parecía fascinante el invento de Hank Pym... de verdad era una habilidad increíble el hecho de que un soldado de tamaño tan pequeño tuviese tal fuerza.

Y la verdad, el golpe hacia Peter me hizo sonreír, porque estaba algo (por no decir "muy") molesta con él, y lo sentí como un buen efecto del karma.

— ¿Qué... qué fue eso? —preguntó Rhodey confundido.

Después de que Scott recuperara su tamaño normal, se posicionó al lado de Steve.

—Creo que esto es tuyo, Capitán América...—dijo tendiéndole el escudo a mi novio.

—Ah genial...—se quejó Tony—hay dos en el estacionamiento, uno de ellos es Maximoff, dejénmela a mí, Rhodey, ¿te encargas del resto?

Obviamente, War Machine no perdió oportunidad y junto a Tony, se elevó, a diferencia de que el moreno ahora trataba de buscar a otros más en nuestro equipo.

— ¡Barnes es mío! —exclamó el príncipe Wakandiano dándose la vuelta para apresurar el paso hacia quien creía el culpable de la muerte de su padre.