Collision [•Steve Rogers•] (EN EDICIÓN)

11. Estúpida Discordancia Sentimental

El tiempo es un concepto relativo, porque tanto puede pasar de manera lenta como de manera veloz. He aprendido que eso tiene mucho que ver con el estado de ánimo de uno mismo. Porque a mí me ocurrió que hubo años en los que el tiempo parecía pasar de manera desesperante, pero ahora... ni parecía que los días pasaban.

Cuando eres feliz el tiempo parece transcurrir sin que te des cuenta. El tiempo parece eterno y ni siquiera lo sientes, porque lo gozas. De repente parpadeas y ya te encuentras con que pasaron dos meses desde que tomaste la mejor decisión de todas... comenzar un entrenamiento como Vengadora.

Olvidaba lo bien que se sentía ser por completo feliz, había olvidado lo bien que sentía volver a ser yo misma.

Ahh... era tan increíble...

Mi instrucción como Nueva Vengadora me hacía feliz, convivir con mis amigos Vengadores me hacía feliz, saber que las cosas con Natasha se encontraban ya más tranquilas me hacía feliz... y sobre todo, pasar tiempo con Steve me hacía plenamente feliz.

Y es que con él era bastante diferente...

Sí, creo que he pasado la mayoría del tiempo con él, incluso sin decir palabras, siempre me hacía sonreír. Aunque últimamente yo no he tenido inquietudes, las pocas veces que las tenía sabía que podía contar con él de manera incondicional.

Los temas de conversación con él jamás aburrían, ya que yo siempre fui fanática de la historia y Steve era la persona más perfecta para hablar y debatir sobre historia, sobre la depresión del 29, sobre los inicios de la Segunda Guerra Mundial, sobre las revoluciones, las guerras y sobre como todas las cosas fueron cambiando a lo largo de las décadas... ambos hemos crecido demasiado en conocimientos históricos, aportándonos datos el uno al otro. Hablamos además de historia, sobre música, películas, siempre encontrábamos nuevas cosas de qué hablar.

Como compañero y líder vengador, tenía todo mi respeto, ya que siempre se encargaba de explotar lo mejor que cada uno de nosotros teníamos y nos ayudaba a canalizarlo de manera racional y útil.

Siendo honesta, mis años de "descanso" habían hecho que perdiera un poco (y dije solo un poco y que quede grabado...) de práctica, lo cual, era bastante lógico, ya que habían pasado años desde la última vez que estuve en acción y había perdido varias cosas, poco a poco las he ido recuperando, en especial mi destreza total. Ya actuaba con menos inseguridad y analizaba mejor mis objetivos, ya no actuaba tan a la ligera ni de una manera torpe, así que White Fox había regresado de verdad.

Ahora, Steve y yo nos encontrábamos enfrentándonos en combate cuerpo a cuerpo. Normalmente en situaciones así el súpersoldado solía vencerme todo el tiempo, y esto provocaba sus llamadas de atención: "mantén tu atención en el objetivo", "no te distraigas", "anticipa los movimientos de tu oponente", blah, blah, blah... regaños, regaños que ya había escuchado unas 300 veces en el pasado.

El día de hoy ya había llegado a un punto en que todos esos regaños ya me habían fastidiado... sí, estaba bien, adoraba a Steve, pero tanto parloteo mandón ya estaba agotando mi paciencia.

Por ello, esta vez puse toda mi atención en un solo fin: hacer que Steve cayera al suelo para hacer que cerrara la boca de una vez.

Esta era la revancha número 27 contra el soldado de otro tiempo, 27 veces vencida por él. Sí, llevaba la cuenta exacta ¿Qué tiene? Además la fuerza del súpersoldado era bastante superior y algo descomunal, tenía mis razones para ser vencida por él, pero como mencioné con anterioridad, no me gustaba que nadie me venciese y Steve no era la excepción... a veces parecía capricho pero con una vez me bastaba para estar satisfecha conmigo misma.