Narra Martín
"Nos encontrábamos en la estación de ómnibus, ambos nos mirábamos sabiendo que podría ser la última vez que nos veríamos; que sería la última vez que podría mirarlo a la cara, besarlo y estrecharlo entre mis brazos. De repente vi sus lágrimas resbalar por sus mejillas, y la angustia en su mirada; verlo así me deshacía en mil pedazos.
-No llores-¿cómo podía decirle que no haga algo que ni yo podía contener?-no será la última vez que nos veamos, Juan, haré lo imposible por volver a estar a tu lado-posé mis manos en sus mejillas.
-N-no me olvides, p-por favor no lo hagas-su voz quebrada hacía que me doliera cada vez más la despedida.
-No lo haré-cada vez más lágrimas mojaban mi cara.
-Es hora de irnos, Martín-escuché decir suavemente a mi madre; la hora había llegado, había llegado el momento de dejarlo por quién sabe cuánto tiempo-no olvides que te amo, Juan, te quiero más que cualquier cosa en el mundo-dije acercándome a su rostro-te extrañaré mucho el tiempo que esté lejos-le dije para luego plantarle un último beso; el beso que más me dolerá en toda mi vida."
Desperté desorientado, no recordaba dónde me encontraba, lo único que recordaba era ese sueño, el sueño que tengo todas las noches desde hace siete años, desde que me aceptaron en aquel club de fútbol que tanto quise entrar, pero que me costó dejar a quien más quería. Miré a mi alrededor recordando que me encontraba viajando de nuevo a casa, dónde había dejado aquella relación con mi mejor amigo.
-¿Aún me recuerdas?-me pregunté desviando mi mirada hacia la ventanilla. Ha pasado tiempo desde que hablamos por última vez, luego de un par de semanas, él dejó de contestar a mis mensajes y, cada vez que lo llamaba, me atendía la dichosa operadora diciéndome que Juan había cambiado de número, perdí completamente el contacto con él-tal vez debí haber dejado el sueño de jugar fútbol y haberme quedado con él-hubiera sido la mejor opción. Solté un suspiro percatándome de que ya estaba llegando a la terminal, divisé por la ventanilla a mi madre, quien me esperaba sentada en una de la bancas. Cuando el micro se detuvo al fin, tomé mis cosas y bajé lo más rápido que pude.
-¡Martín!-no me dio tiempo ni de levantar la vista, mi madre ya se encontraba abrazándome-has crecido mucho, hijo-se separó y me miró con lágrimas en los ojos-te he extrañado mucho-tomó mi bolso de mano-volvamos a casa, hijo, debes de estar cansado. Quédate en tu habitación y mañana podrás ir a ver tu departamento-asentí, para luego comenzar a caminar hacia la salida de la terminal.
Cuando llegamos a la casa de mi madre, llevé mi equipaje a la que era mi habitación y me acosté, sentía mi cama pequeña ahora; es normal, después de todo, ya no tengo quince años como en aquel entonces. Mi mente comenzó a llenarse de recuerdos de hace siete años, recuerdos de mis amigos, de las noches en las que nos pasábamos jugando videojuegos hasta que amanecía, de las miles de estupideces que hicimos aquí, de Juan.
-Juan-susurré sintiendo que, de repente, mi mente solo lo recordaba a él, solo recordaba las veces que lo había tenido aquí durmiendo, jugando videojuegos y, mi recuerdo más preciado, nuestro primer beso, aquel que se lo había dado para que dejara de llorar, aquel que nos terminó uniendo como algo más que solo mejores amigos. Sentí una opresión en el pecho; sus recuerdos me lastimaban muchísimo. Solté un suspiro pesado sintiéndome realmente mal.
Pasé el tiempo en mi cuarto intentando distraerme con lo que encontrase, pero esto solo me funcionaba por unos minutos, luego, los recuerdos volvían a mi mente, atormentandome cada vez más. Cuando me aburrí de estar encerrado en mi cuarto, decidí bajar a la sala, dónde se encontraba mi madre, ella me dirigía una mirada junto con una sonrisa, la cual correspondí con una sonrisa forzada mientras me desplomaba en el sillón, froté mi sien comenzando a sentir una leve jaqueca. No debía estresarme tanto, el viaje ya me estrezó bastante.
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Más allá de la amistad [2da Temporada]
Ficção AdolescenteLuego de lograr superar los obstáculos que se le presentaron a Juan y Martín, y lograr comenzar una relación, un nuevo obstáculo aparece en sus vidas. Luego de siete años de estar separados por la ambición de Martín, las cosas deberán comenzar de nu...