Capitulo 20

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Narra Juan

Y ahí nos encontrábamos nosotros, mirándonos sin saber exactamente qué decir. De repente el soltó un suspiro y me tomó de la mano, abrió la boca un par de veces, pero no dijo nada.

-Lo siento-dijo al fin luego de unos minutos-no quise comportarme como lo hice, es solo que...-se detuvo desviando la mirada de mi rostro-e-es solo que creí que estabas jugando conmigo; c-creí que volverías con ella después de todo lo que hemos pasado-pasé mi mano por su mentón haciendo que me mirase.

-No seas tonto, Martín-le dediqué una pequeña sonrisa-te he perdido una vez, ¿por qué te perdería una vez más?-sentí como mis mejillas comenzaban a arder haciendo que desvíe la mirada hacia el suelo, sentí que Martín apretaba un poco mi mano. Luego de los segundos más largos de mi vida, me tomó del mentón y, antes de que pudiera siquiera mirarlo, me besó; necesitaba la calidez y el sabor de sus labios, realmente lo necesitaba. Se separó luego de unos minutos dedicándome una pequeña sonrisa. Realmente lo necesitaba junto a mi nuevamente, necesitaba volver a sentir su calidez.

Nos tomamos unos minutos para hablar de lo que había pasado estos últimos días y lo que ha pasado. Luego de hablar, decidimos salir de aquel cuarto, al abrir la puerta nos encontramos con Cande y Mio, quienes retrocedieron al vernos. Solté una carcajada al verlas así; han pasado siete años y no han cambiado ni un poco, cada vez que tienen la oportunidad de espiarnos lo hacen sin ningún tipo de vergüenza.

Decidimos marcharnos de allí eso de las tres de la tarde, las chicas no me dejaban marcharme sin antes cerciorarse bien que estaríamos bien; a veces creo que se comporta como una madre o una hermana mayor. Cuando salimos, Martín me llevó a la casa de su madre, donde él se estaba quedando unos días. Una vez que llegamos a la casa de mi suegra, él me llevó a la que era su habitación y, sin previo aviso, me tomó en brazos y me llevo hasta el cuarto que compartíamos, me acostó en la cama, para luego acostarse a mi lado, le dirigí la mirada recibiendo de él una pequeña sonrisa, mientras cruzaba su brazo por mi cintura.

-Realmente extrañaba estar así con él-pensé acercándome a él, para luego besarlo, Martín no tardó en corresponder e intensificar el beso en cuestión de segundos. No pasó mucho hasta que tuve su cuerpo sobre el mio.

-Lo que mas he extrañado de estar contigo, es el momento en el que te demuestro cuanto te amo-dijo haciendo que mi rostro comenzara a arder, él me dedicó una sonrisa para, acto seguido, volver a ocupar su boca con la mía. No tardó mucho en separarse de mi boca para centrarse en mi cuello, logrando hacerme soltar un par de suspiros.

-E-espera, estamos en la casa de tu madre-intenté en vano separarlo de mí, solo conseguí que sostuviera mis muñecas por encima de mi cabeza-M-Martín, p-por favor, no podré verle la cara a tu madre por la mañana-se separó de mi y me miró soltando un suspiro.

-Relájate, ¿sí? Ella no se enterará de nada-desvié la mirada dubitativo-, y si tanto te preocupa, gime solo para que yo lo escuche-ahora siento que me desmayaré por la sangre agolpada en mi cabeza; ¿cómo puede decir algo como eso y no inmutarse? Realmente lo envidio, yo no podría siquiera pensar algo como eso, mi cara me delataría.

-E-está bien, s-solo espero que no nos escuche-cerré los ojos por unos instantes con la intención de distraer mi mente, pero se me olvidó de golpe donde me encontraba cuando comenzó a tocarme.

Desperté por la luz que entraba por la ventana, me sentía realmente cansado, pero aún así me levanté, tomé algunas prendas de la cómoda de Martín, para luego dirigirme al baño. Luego de ducharme, volví al cuarto de Martín, él ya se encontraba despierto así que me miró cuando entré al cuarto, por mi parte, me senté en la cama a su lado.

Más allá de la amistad [2da Temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora