Más allá de la amistad [2da Temporada]

Capitulo 22 (Final)

Narra Juan

Ya no puedo aguantar más esto. Es noche buena y festejaré por primera vez con la familia de mi novio, ¿por qué no puedo estar feliz y tranquilo? Todos me tratan realmente bien, debería estar disfrutando de todo esto, pero no puedo, Sol no me deja tranquilo.

Aproveché el momento en el que Martín fue a recibir a un par de familiares para prender mi celular, al hacerlo, vi una cantidad exagerada de mensajes de voz, todos de ella en los que me amenazaba con hacer mi vida un infierno si no volvía con ella. Bueno, en realidad no creo que cambie mucho de lo que es ahora mi vida; aunque no todo es realmente malo, las cosas podrían haber sido distintas con la familia de Martín, así que no creo que todo en mi vida sea malo en este momento.

-¿Qué haces?-sentí los brazos de Martín cruzar por mi cintura, haciendo que me sobresalte al sentirlo.

-Quería mandarle un mensaje a mi madre-comencé mintiendo-pero...-solté un suspiro-pero encontré todos estos mensajes de voz de Sol-subí un poco el celular a la altura de mi hombro para que él también pudiera verlo.

-No le prestes atención, Juan, simplemente ignora lo que te diga hasta que vayas a hablar con ella-asentí-tranquilízate, ¿sí?-volví a asentir, él me giró e hizo que me sentara en la cama, luego se sentó detrás mio y comenzó a darme unos suaves masajes en los hombros para, posteriormente, seguir con mi espalda. Solté un suspiro de relajación al sentir esos suaves masajes que me estaba dando. De repente, cruzó sus brazos hacia mi pecho y comenzó a desabotonar uno a uno los botones de mi camisa, haciendo que mi cara comenzara a arder-relájate un poco, ¿quieres? No quiero tenerte toda la noche con esa cara-bajo un poco mi camisa, para luego empezar a dejar besos por mi cuello y hombro.

-Espera-dije colocando una mano en su cabello tratando de apartarlo un poco-dejémoslo para luego, ¿sí?-dije abotonando rápidamente la camisa-esperemos a luego de las doce, cuando tu familia ya no sepa sus nombres, así no nos prestarán atención-escuché un suspiro por su parte, me di vuelta y acaricié su mejilla-no te pongas así, Martín-le sonreí-tenemos toda la noche para festejar luego del brindis-asintió dándome un corto beso, para luego comenzar a buscarme algo de conversación para matar el tiempo hasta que su madre nos llamase para cenar.

Ya había pasado bastante tiempo hasta que mi suegra nos llamó a cenar. Cuando llegamos al comedor, Martín tomó mi mano y me guio hasta nuestros lugares. Como era de esperarse, nos sentamos juntos en una esquina cerca de los primos pequeños de él.

La cena fue agradable, todos en la mesa parecían apreciarme a pesar de que acababan de conocerme, haciéndome sentir a gusto en aquella mesa. Cuando terminamos de cenar, Martín se levantó y, a pedido de los niños, fue a jugar con ellos, yo solo me dediqué a verlo; siempre le ha gustado jugar con los niños pequeños.

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Veinte minutos después de haber brindado, Martín me tomó de la mano y, a escondidas, me llevó hasta su cuarto, aprovechando que todos estaban distraídos con los fuegos artificiales. Una vez en su cuarto, cerró la puerta tras mi espalda y la trabó.

-Festejemos, tal como lo prometiste-dijo mostrándome una sonrisa lasciva, para luego comenzar a besar mi cuello, haciéndome soltar un par de suspiros. Desabrochó mi camisa y tocó a su antojo mi abdomen, provocándome escalofrío una que otra vez por culpa de sus roces-mejor te llevo a la cama, no quiero quedarme parado-dijo y, sin perder un segundo, me tomó en brazos, me llevó hasta su cama, para luego acostarme.

Comenzó a jugar con mi cuerpo a su antojo, provocando que soltara pequeños gemidos, los cuales se intensificaron cuando Martín bajó su mano hasta mi entrepierna, moviéndola lentamente al principio. Mi pantalón empezaba a molestarme demasiado ya, así que, dándole el gusto a Martín, desabroché mi pantalón, para que él se encargara de bajarlo, y así lo hizo; en cuestión de minutos ya se había deshecho de nuestra ropa.