Antes de que todo acabe [Nishinoya yuu]

Capítulo 1

POV por Maira

Por fin, por fin iba a empezar la preparatoria, pero no al Aoba Johsai, no a la preparatoria de Tooru, si no a Karasuno. Desde pequeña fijé mi vista en esa preparatoria.

El pequeño gigante llamó mi atención desde que le vi aparecer en la cancha.

Recuerdo perfectamente ese día.
*Flashback*
Tooru y Hajime estaban viendo un partido y yo llegué llamando a mi hermano porque me había hecho daño.

Al ver esa gran espalda y el número 10 deje de quejarme y simplemente me senté junto a ellos.
-¿Que te ha pasado neesan?- Tooru no obtuvo respuesta a su pregunta.

Yo simplemente miraba atónita como sacaban y golpeaban el balón. Era espectacular...

-Sabes Maira-chan, algún día espero jugar allí...

Miré a mi hermano y le sonreí ampliamente. Hajime también parecía muy feliz.

-Entonces... Entonces yo estaré contigo niisan- miré los ojos de mi hermano, esos preciosos ojos marrones, los cuales reflejaban una gran alegría. -Tooru-kun, quiero que me enseñes a jugar al voleibol.- el simplemente asintió sin dejar de mirar la pantalla.
*Fin Flashback*

"En mi casa"

Estábamos sentados en el sofá del salón, un sofa de un verde oscuro. A mi lado estaba Hajime y enfrente Tooru.

-Shitykawa, Maira-chan juega mejor que tú.- Dijo Iwaizumi mirándome con una sonrisa.
-Iwa-chan, que cruel... - Tooru le miraba con un puchero. -Pero, Maira-chan, sabes que tu también te apellidas Oikawa.
-No lo entiendo...
-Al no hacer diferencias tú también eres Shitykawa.

Miré a Hajime con irá, mientras que Tooru se aguantaba la risa.

-DESGRACIADO- Tiré a Iwaizumi del sillón dándole un empujón.
-Que daño... - Dijo el castaño mientas se volvía a sentar a mi lado.
-Lo siento Hajime... - le dedique una sonrisa mientras le dejaba sitio.

Mire a mi hermano, el cual llevaba su uniforme del seijou. Le miré de arriba abajo, la verdad le quedaba bastante bien.

-Maira-chan, tu vas a Karasuno. ¿No?- Hajime me miro como curiosidad.
-Si,desde pequeña quiero ir a Karasuno, además. En el Aoba con todas las fans de Tooru no creo que viviera mucho tiempo.
-Es una pena neesan. - mi hermano puso su mano sobre la mía y la acarició.

Iwaizumi pasaba más de un 50% del tiempo con Tooru y yo pasaba un rato con ellos. Siempre me han protegido y me han ayudado.

-Pero Maira-chan, no cautives a todos los chicos, que no quiero tener que asesinar a tanta gente- Tooru me miro con una sonrisa pícara.
-¿Dices que no haga lo mismo que tú?- apoye mi cabeza sobre mis manos. Mire a Iwaizumi quien empezó a reírse hasta casi caerse del sofá, otra vez...
-Exacto, eres preciosa Maira-chan, así que no vallas atrayendo chicos.
-Shitykawa tiene razón Maira-chan.
-Iwa-chan, no me llames así..
-Das asco.- al decir eso Iwaizumi sonrió levemente. En general era algo frío y serio; a veces incluso daba miedo. Pero es una gran persona y uno de mis mejores amigos.

*Al día siguiente*

Me puse el uniforme del Karasuno, no me quedaba especialmente bien, pero es que me gustaba demasiado...

Baje a desayunar, allí estaban mi hermano y su amigo, que venía a desayunar muy a menudo.

-Ohh, Maira-chan, estas preciosa- me dijo Tooru mientras me acercaba un plato con tortitas
-¿Tu crees? - di una vueltecita y luego le sonreí.
-Verdad que está guapa Iwa-chan- Hajime se dió la vuelta para mirarme y me sonrió- Oye Shitykawa ¿Te importa que me quede con Maira-chan?
-Ni lo sueñes- Tooru parecía muy serio, siempre me había protegido.
Yo simplemente me reí y me fui a sentar donde estaba el plato de comida.
¿Ya? ¿Ya era hora de empezar de cero? Una nueva escuela, no me conocen, no me pueden juzgar, solo podrían saber que soy hermana del jugador del Aoba Johsai "Oikawa Tooru"

Había infinidad de fotos de Tooru conmigo, yo siempre le animaba y le admiraba muchísimo, siempre que podía, cada vez que le pedían fotos me decía que quería que yo también saliera.

Pero había una foto en concreto que me encantaba. Era del final de la temporada del año pasado. Salia con el, un Tooru con su equipación del Seijou, y yo, una adolescente con su uniforme de secundaria agarrándole de su azulada chaqueta mientras uno de sus brazos pasaba por mi cintura.
Su sonrisa era sincera; si es verdad que sonríe mucho, pero pocas cosas le hacían reír de verdad. Mis ojos verdes le miraban con admiración y sonreía por la felicidad de mi hermano.

Era preciosa, simplemente, sin más. Tal vez no era para tanto, pero a mis ojos era la más bonita de todas.
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