Capítulo 1

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(Selene)


-Me estas tomando el pelo ¿No? –conteste al viejo.

El me miró fijamente con una cara seria, ese tipo de cara que no admitía bromas.

-Es una orden –dijo sin alterarse.

-Pero...

-Nada de peros.

-¿Estás seguro? Ya sabes que no he ido una escuela, ni instituto, ni nada de eso.

Y eso no es mentira, cuando mis padres murieron yo tendría unos seis años, salí de la escuela y me echaron del piso, empecé a vivir en los parques. Entonces un día el viejo apareció, me acogió en su casa sin saber nada de mí y me cuido como a una hija. Apenas he salía de su mansión al principio, luego cuando ya crecí empecé a meterme en el mundo del viejo y solo salía para trabajitos y mi círculo de amistades son los trabajadores del viejo. Apenas me mezclo con la gente.

-Te defenderás bien. Además serás mi sucesora, quiero darte lo que pueda antes de irme.

-Y yo lo agradezco, pero no lo entiendo. Llevo toda mi vida bajo tu cuidado y lo que se, lo he aprendido aquí.

-Lo sé, pero ya es hora de que vueles del nido. Todo mi imperio pasara a ti y quiero que lo cuides bien.

-Hagamos un trato. Yo pruebo a ir al instituto mientras cojo las riendas del negocio y si yo no lo veo claro salgo del insti para centrarme por completo al negocio.

-De acuerdo, pero yo decidiré cuando te sales del instituto ¿trato? –dice ofreciéndome la mano.

La acepte, estrechamos las manos a para sellar el trato.

Esa fue la conversación que tuve con el viejo ayer, y hoy ya estoy inscrita y es mi primer día. Como se nota que tiene mucha influencia.

Me arreglo, me pongo una camiseta negra de una banda de rock, unos pantalones negros rotos por la rodilla y unos tacones rojos que los combino con mi chupa de cuero roja. Cojo mi mochila negra de calaveras blancas y bajo.

-Me voy –grite saliendo por la puerta.

Me subí a mi coche, un lamborghini veneno negro. Lo puse en marcha, lo hice rugir, me encanta el sonido del motor. Me puse camino al instituto.

En cuanto llegue aparque el coche, note como muchos miraban mi coche con envidia. Salí del coche, todos me miraron sorprendidos, muchos hicieron silbidos de admiración. Bloquee el coche y me puse camino al instituto, todos hacían un pasillo según caminaba, me sentía importante.

Me entretuve buscando mi taquilla. Cuando sonó el timbre, todo el mundo empezó a correr para llegar a sus clases. En cuanto encontré mi clase entré sin picar a la puerta, todos levantaron la cabeza para mirarme.

Vi un asiento libre en la última fila y me dirigí allí, me senté, más bien me tire sobre la silla. Todos tenían la mirada en mí, eso me incomodo bastante.

-¿Qué? ¿Tengo monos en la cara o qué? –les dije a todos.

Dejaron de mirarme y se pusieron a hablar entre ellos, en grupitos, o simplemente miraban al frente.

En cuanto llego el profesor todo el mundo se calló y la clase empezó.

Durante todo el día note muchas miradas sobre mí, pero en los pasillos notaba una que me inquietaba, lo malo era que aunque me girara no veía a nadie que me llamase la atención.

Acabo la tortura y salí del infierno que era este instituto. Iba caminando por el aparcamiento cuando me alguien se puso en mi camino, haciendo que chocara.

-¿Y a ti que te pasa? ¿No tienes ojos en la cara o qué? –le grite.

-Perdona, guapa –Me dijo el chico.

Mire al chico de arriba abajo, era sexy a rabiar, moreno ojos verdes, fuerte, hombros anchos y cinturilla estrecha, un dios griego en potencia.

-Perdonado –dije antes de esquivarle y seguir mi camino.

-Eres la nueva ¿no? –dijo caminando a mi lado.

-Puede –dije de manera distraída, no quería seguir hablando con él.

-No te había visto nunca ¿De dónde eres? –continuaba siguiéndome.

-¿Eres policía? –le pregunte frunciendo el ceño.

-No ¿por? –pregunto riendo. Se pensaba que lo decía en broma.

-Lo digo por el interrogatorio.

-Que graciosa –dice riéndose.

Que pesado es este tío ¿acaso no se da cuenta de que no le estoy siguiendo el rollo? Seguí caminando, llegue al coche, iba a abrir la puerta pero el tío este se puso en medio apoyándose en mi coche.

-Sal –le ordene.

-¿Qué me das a cambio? –dijo subiendo y bajando las cejas.

Me acerque casi pegando mi cuerpo al suyo, podía oler su colonia, que bueno. Puse mis manos en sus hombros y mi boca al lado de su oído. Juraría que hasta gimió el chico.

-Si sales de mi camino te dejo con vida –dijo susurrando.

Le empuje a un lado con toda mi fuerza, esta fuerte el cabron, le hice a un lado, se quedó sorprendido, no se lo esperaba, y abrí la puerta del coche.

-Me llamo Jasper ¿y...?

-¿Quién te ha preguntado? –dije interrumpiéndole.

-Te voy a decir una cosita.

-¿Si? ¿El qué?

-Tú eres mía –dijo en un tono posesivo.

-¿Tú crees? –dije levantando una ceja.

-No lo creo, lo sé.

-Sigue soñando –dije guiñándole un ojo antes de subir al coche.

Arranque, puse el motor en marcha y conduje hacia la mansión. Llegue, salí del coche y entre soltando la mochila al suelo sin ningún cuidado.

-Ya estoy aquí.

-¿Qué tal tu primer día? –Me pregunto el viejo apareciendo por el salón- acompáñame me iba a tomar una copa.

-Ha sido un asco, no entendía nada de lo que decían los profesores y un chico me ha acosado en el aparcamiento –dije mientras le seguía al mueble bar y nos servía una copa a cada uno.

-Bueno pues no ha ido tan mal ¿Has hecho amigos?

-Estas de broma ¿no? Por supuesto que no he hecho amigos.

-Poco a poco Sel.

-Si lo que tú digas. ¿Tienes algún trabajo para mí? –pregunte antes de beberme mi copa de un trago.

-Me gustaría que fueras con Niki a buscar un paquete. Llevaros el coche grande ¿Vale?

-De acuerdo –dije antes de darle dos besos y salir corriendo a por las llaves del furgón y a llamar a Niki.


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