Capítulo 28

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(Selene)


Me lance a su boca agarrándole por la solapa de la camiseta y le tire contra la pared más cercana, aun no controlaba la fuerza que tenía ahora que me había convertido en mujerlobo. Pegue mi cuerpo a él queriendo sentir su cuerpo sobre el mío.

Jasper puso las manos en mis mejillas y respondió al beso con más fogosidad. Ardíamos de pasión uno en los brazos del otro.

En medio del beso me di cuenta de que estaba haciendo y corte el beso de golpe y di pasos hacia atrás mientras cerraba negaba con la cabeza, no pudiéndome creer lo que había echo.

Me había lanzado como si estuviera en celo, aun me sentía así pero no podía seguir. Mi cuerpo parecía necesitar su contacto.

-Selene... -dijo Jasper con voz ronca del deseo mientras daba un paso hacia mí, sorprendido por mi repentino rechazo.

-¡Para! –dije levantando la mano para que no caminara más.

-¿Qué...?

-¿Qué me está pasando? –pregunte interrumpiéndole.

-Notas el deseo de querer ser marcada –dijo mirándome fijamente.

-No, yo no noto eso, yo me noto... -no sabía cómo decirlo para no decir que me sentía como una perra en celo.

-Caliente –dijo sabiendo que quería decir y haciendo que me avergonzara- Es normal.

-No eso no es normal, yo no soy así. Necesito salir –salí del salón.

Empecé a correr por los pasillos, era como un laberinto. Necesitaba aire, necesitaba estar sola y pensar en que me había sucedido, no podía creer como me había lanzado a sus labios.

Seguí corriendo hasta que di con un callejón sin salida y tuve que darme la vuelta.

-¿Te ayudo, niña? ¿Por qué lloras?

La pregunta venia de una señora mayor que había aparecido en el pasillo y me miraba con un brillo en sus ojos de preocupación. No me había dado cuenta que había empezado a llorar, me seque las lágrimas con el dorso de la mano.

-Acompáñame niña –dijo agarrándose a mi brazo y tirando de mí, sin darme opción a negarme.

Me llevo hasta el jardín, caminando por el hasta llegar al otro extremo y cogiendo un camino de tierra hasta llegar a un claro.

-Ven acompáñame –dijo sentándose en la hierba y empujándome para que me sentara a su lado- Cuenta tus penas a esta vieja.

-Yo solo... -no podía hablar sin hipar por haber llorado.

-Tranquila niña–dijo frotándome la espalda con la mano.

-Me llamo Selene –dije presentándome.

-¡Ooh! He oído hablar muy bien de ti. Mi marido Rafael es quien me ha hablado de ti, también me ha contado que eres la luna de mi nieto, pero que aún no sabes mucho sobre nosotros y no quieres unirte a tu pareja.

-Acabo de aceptar ser la pareja de Jasper...

-¡¿Si?! ¡Que emoción! –Exclamo cogiéndome de las manos con alegría- ¡Bienvenida a la familia!

-Pero yo... –dije soltándome poco a poco- yo no quiero eso.

-¿Qué quieres decir? –pregunto poniéndose seria de golpe.

-Que he aceptado pero no me voy a dejar marcar, nos quedaremos así.

-Pero es tu mate.

-No sé nada de él, no quiero estar atada a nadie, yo no entiendo...

-Estás confundida –sonrió para reconfortarme- Déjame decirte que estar unida a tu mate no significa que pierdas tu libertad, significa compartir esa libertad junto a alguien te quiere y querrá para siempre.

-Pero yo no le conozco ¿Cómo se yo que seré feliz a su lado? ¿Quién puede asegurar eso?

-Tú lo conoces, aquí –dijo señalando mi corazón- en tu interior sabes que serás feliz. Como todos tendréis riñas peleareis, discutiréis y no estaréis desacuerdo en todo pero el amor que os unirá estará por encima de todo eso.

-Pero si me uno del todo a él será como estar casada y no estoy preparada para eso.

-¿Por qué?

-¿Por qué, qué? –pregunte confusa.

-¿Por qué no estas preparada? ¿Qué te falta para estarlo?


******


Me dejo en el claro pensando una respuesta. Se fue diciéndome que necesitaba pensar a solas. No sabía la respuesta a esa pregunta.

¿Qué necesitaba para estar preparada? No lo sé ¿Tiempo? ¿Si tuviera ese tiempo que cambiaría? Nada supongo, porque yo seguiría siendo la misma.

Yo no estaba hecha para tener pareja ese era el problema.

Volví a sentir la llama en mi cuerpo eso significaba que Jasper se acercaba.

-Selene... -dijo desde el camino.

Me volví para verle de frente. Estaba apoyado en un árbol, manteniendo distancia para que no me sintiera incomoda.

-Mi abuela me ha dicho que te encontraría aquí. La comida se servirá en poco –me comunico.

Ya ni me acordaba que Rafa me había invitado a comer. No estaba como para enfrentar a la familia de Jasper y menos con la confusión emocional que siento.

-¿Tenemos tiempo? –pregunte.

-¿Quieres hablar? –pregunto sorprendido.

Supongo que se esperaba una frialdad y evasivas de mi parte después de haberme ido de esa manera. Lo había herido con mi huida.

Asentí con la cabeza y palmee el sitio donde había estado su abuela hace unos minutos. Se acercó cauteloso como si esperara que yo saliera corriendo arrepentida, pero eso no paso y se sentó a mi lado dejando algo de separación. Cosa que agradecí, ya que volvía a sentirme caliente.

-Quiero decirte una cosa –él asintió sin decir nada y espero a que continuase- por mucho que Rafa... Rafael me haya contado lo que ser un hombrelobo significa yo no lo he vivido como tú. Mi vida no ha sido como la tuya.

Me miraba fijamente, parecía comprender lo que decía.

-No sé lo que esperas de mí y eso me inquieta.

-Solamente tienes que ser tu misma –me dijo seriamente.

-Eso no es verdad porque al estar "casada" contigo las cosas cambiaran.

-Entiendo.

-Ese es el problema que no entendéis. No estoy echa para estar con nadie. Yo estoy hecha para estar sol...

-Eso no es verdad –me interrumpió- Si estuvieras sola no tendrías a Niki y Styles como si fueran tus hermanos. No habrías salvado a Nelly aquel día y no habrías venido a hablar conmigo si no empezaras a apreciar a mi abuelo.

-Eso es distinto.

-No –dijo rotundo- a ti lo que te pasa es que tienes miedo y no sé porque. Explícamelo.


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