Capítulo 34

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(Selene)


-¿Traer las cosas aquí? ¿Qué quiere decir? –dije levantándome de la cama.

-Os venís a vivir aquí –dijo de manera seria.

-¿Y quién lo ha decidido? –pregunte empezando a molestarme.

-Lo he decidido yo. No pienso dejar que vuelvas a tener otra oportunidad para que te hagas la héroe y te expongas a peligros tu sola.

-No me hacia la héroe. No quería poner a nadie en peligro y... si tuviera que acabar me parece que morir en lugar de alguien a que te ama es la mejor manera de morir.

-¿Alguien a quien amas? ¿Me amas? –pregunto acercándose a mí hasta quedar uno frente al otro.

-Bueno yo... -de repente sentí mis mejillas arder.

¿Por qué me siento tímida de repente? No me había dado cuenta, le había dicho que lo amo inconscientemente. Pero no se lo iba a negar, era la verdad. No sé en qué momento había sucedido pero eso era lo que sentía. Así que asentí demasiado avergonzada por mis palabras.

-No vuelvas a hacer de salvadora, cualquier cosa yo estoy aquí –dijo dejando salir un suspiro- Prométemelo.

Acorto la poca distancia que había entre nosotros y me abrazo fuerte contra él. Al ver que no decía nada me apretó un poco más.

-Prométemelo.

-¿Él que?

-Que no volverás a hacer nada tan imprudente.

-No puedo prometer eso, es mi manera de ser.

Me estaba volviendo a calentar por su culpa, por tenerlo tan cerca.

-Prométeme que si surge una situación similar primero me llamaras a mí –dijo dejando un beso en mi cuello.

-No... -dije intentando mantener la compostura aun entre sus brazos.

Estaba haciendo trampas él muy... estaba intentando seducirme para que dijera lo que el quería escuchar y salirse con la suya. Pero yo también se jugar a su juego.

-Selene, prométemelo... -dijo mientras seguía dejándome besos.

Disimuladamente le desabotone los botones de la camisa que llevaba y me puse a frotar su pecho. Luego empecé a besarlo para que se callara.

Jasper me agarro del culo y me levanto, lo rodee con mis piernas para quedar bien sujeta.

Para profundizar al beso le agarre de los pelos y tire de ellos hacia atrás para que abriera bien la boca. El beso era desesperado, como si lleváramos prisa, fogoso como si nuestras lenguas estuvieran en lava.

-Prométemelo –dijo con voz ronca del deseo.

Yo no le respondí, le calle con otro beso y apretándome más si se podía contra su duro cuerpo.

-Me tomo eso como un si –dijo antes de agarrarme y dejarme tumbada en la cama atrapada bajo su peso.

No me dejo replicar ya que capturo mis labios entre los suyos. De un momento a otro parte de nuestra ropa volvo por la habitación.

Sin soltar mis labios empezó a acariciar mi piel y yo a él también. Estábamos los dos en el límite del control. Mordí el labio de Jasper acabando por romper su control.

Me agarro de las piernas y se las coloco con una velocidad sobre humana sobre sus hombros y hundiéndose en mi de una sola vez. Gemí de la mezcla de dolor y placer.

Ya no había marcha atrás solo fui capaz de cerrar los ojos y dejarme llevar por el placer mientras que con mis manos me agarraba a su espalda dejando mis uñas marcadas.

-No voy a dejar que te vuelvas a ir de mi lado –susurro el mi oído sin dejar de embestirme- eres mía.

Sentí como una ola atravesaba mi cuerpo de arriba abajo llena de placer. Llegue al clímax al mismo tiempo que él gritando cada uno el nombre del otro.

Me negaba a abrir los ojos. Jasper se dejó caer sobre mí y tomo una de mis manos y sentí como me dejaba algo frio. Acabe por abrir los ojos para ver que era levante mi mano, Jasper había colocado un anillo de compromiso en ella. Le mire fijamente a los ojos, reflejaban amor fue como un disparo de emociones.

-¿Qué es esto?

-¿Te casaras conmigo? –pregunto poniendo una sonrisa en su cara.

Estaba tan shockeada que lo único que pude hacer fue asentir mientras unas lágrimas traicioneras se resbalaron de mis ojos.

Jasper me beso pero esta vez fue dulce y corto.

-¿Cómo puedes proponerme eso mientras hacemos esto? –pregunte haciendo reír a Jasper.

-Solo sentí que era el momento ideal.

-Ideal dice –murmure para mí.

-Si –dice ronco antes de darme otro pico.

-¿Y cómo contaras a los demás como me propusiste matrimonio? –pregunte.

-Con la verdad –dijo desvergonzado.

Le aparte para quedar en la cama uno al lado del otro, tanto peso empezaba a chafarme.

-Ni se te ocurra –le advertí.

El solamente se rio y me abrazo.

-Ya nos inventaremos una historia que podamos contar. Ahora descansa –dijo poniendo un beso en mi frente.


BangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora