Capítulo 36 Final

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(Jasper)


Había pasado todo el día solo, viendo como todo el mundo iba de un lado para otro organizando todo.

-Hijo, es hora de ir a ponerte tu traje –dijo mi padre apareciendo frente a mí.

-Voy –dije sin poder retener mi sonrisa.

No podía retener las ganas de querer ver a Selene, habían pasado horas desde que la había visto irse con mi abuela.

Me fui al cuarto me duche, me puse el esmoquin negro y bajo al jardín para ponerme en mi lugar junto a mi padre y al cura de la manada.

Veíamos como toda la manada se iba sentando en las sillas que habían puesto. Todo iluminado con farolillos y flores. Todo el mundo estaba impaciente por que comenzara la boda, yo estaba impaciente por tener a Selene a mi lado.

-Tranquilo –dijo mi padre dándome una palmada en la espalda cariñosamente.

-Juro que si en un minuto no aparece salgo yo mismo a por ella –dijo causándole la risa.

Pero nada más acabe de decir eso todos estaban exclamando de sorpresa mientras miraban hacia el otro lado del jardín.

Entonces fue cuando vi aparecer a Selene agarrada del brazo de mi abuelo. Estaba hermosa, parecía una reina, mi reina. Nuestros ojos se encontraron y sonreí al ver como ella también me miraba de arriba abajo.

Camino por el pasillo entre las sillas. Todo el mundo la mirada embobados, tenía ganas de soltar un par de collejas para que dejaran de mirarla, es solo mía.

Llego a mi lado y pude ver sus ojos cristalizados. Mi abuelo me dio la mano de Selene y se puso al otro lado.

Apreté su mano un poco para darle fuerza, ella me sonrió mirándome a los ojos.

-Ahora que estamos todos reunidos, vamos a proceder a iniciar la celebración de la boda de Jasper y Selene –comenzó a decir el cura captando la atención de todos.

Durante la ceremonia me era imposible no mirar de vez en cuando a Selene de reojo. Siempre la pillaba mirándome también.

-Jasper Moore ¿Quieres recibir por esposa a Selene y prometes serle fiel, tanto en la prosperidad como en la adversidad, en la salud como en la enfermedad, amándola y respetándola durante toda su vida? –me pregunto el cura.

-Sí, quiero –dije mirando fijamente a Selene.

Selene ¿Quieres recibir por esposo a Jasper Moore y prometes serle fiel, tanto en la prosperidad como en la adversidad, en la salud como en la enfermedad, amándolo y respetándolo durante toda su vida?

Selene me miro a los ojos de manera tan seria que pensé que no iba a contestar o que iba a rechazarme hasta que contesto.

-Sí, quiero.

-El señor confirme el consentimiento que habéis manifestado delante de los aquí presentes, y realice en vosotros lo que su bendición os promete. Que el hombre no separe lo que dios ha unido.

Entonces apareció una niña de la manada con un cojín en la mano donde iban atados dos anillos que habían pertenecido a la manada desde sus inicios.

Agarre un anillo y cogí la mano de Selene y le puse su anillo. Ella no paraba de sonreír. Cuando acabe ella hizo lo mismo conmigo.

Escuchamos al cura hasta que llego mi momento preferido.

-Ya puedes besar a la novia.

Puse las manos en las mejillas y la atraje hacia mí, mientras ella las coloco en mi cintura. Nos besamos bajo los aplausos y exclamaciones de felicidad de toda nuestra manada.

Junte nuestras frentes y la mire a los ojos. Me devolvió la mirada sonriendo.

-No has parado de sonreír –le digo.

-Tu tampoco.

-Siento interrumpir pero ahora es mi turno de hablar –dijo mi padre poniéndose en el lugar del cura.

Todos volvimos a prestar atención.

-Como antiguo Alfa y padre de Jasper me complace oficiar el final de la ceremonia.

Empezó a leer partes de la historia de nuestra manada y de nuestra raza. Selene estaba totalmente atenta a cada palabra. Ya que aunque era una mujerlobo no sabía realmente nuestra historia.

Se acercó Oliver a Selene y le dio el manto de la Luna. Ella lo cogió y le miro frunciendo el ceño, estaba confusa.

Por sutiles señas le dije a Oliver que la ayudara que ella no sabía qué hacer. Me comprendió ya que con una sonrisa volvió a agarrar el manto y ayudar a Selene a ponérselo de una forma que cubriese su vestido.

-Quiero que seas mi Luna, Selene –dije mirándola de frente.

-Si –logro decir.

-Te voy a marcar como mía.

Me acerque a ella cogiendo sus manos y colocándolas en mis hombros y poniendo luego las mías en su cintura.

Como su vestido no tenía tirantes no tenía nada más que bajar la cabeza y morderla. Antes de eso bese su cuello y el lugar donde iba a marcarla, para tranquilizarla ya que notaba su pulso yendo a mil.

Clave mis colmillos en su suave piel haciendo que Selene apretara su agarre en mis hombros para reprimir el grito que tenía ganas de soltar. Cuando acabe chupe la sangre que salía para cicatrizar mi marca.

Levante mi cabeza y cogí el manto para acabar de limpiar la sangre que había resbalado. Selene no apartaba los ojos de mí, estaba demasiado sorprendida como para decir algo, ya que desde que la había mordido se había creado un vínculo entre nosotros.

-Ahora eres totalmente mía –le susurro.

-No –contesta seria haciendo que me quede mirándola extrañado

Justo cuando iba a hablar me pone un dedo en la boca

-Tu eres él que eres mío –dije riendo.

-Sí, soy tuyo y tu mía –digo justo antes de besarla para que no pudiera contestar.

Todos se levantaron aplaudiendo y gritando sus felicitaciones. Tome a Selene de la mano y nos pusimos a caminar entre la manada. Todos nos paraban para saludarnos y darnos su apoyo.

Entramos en la casa, donde habían preparado una cena a modo de convite llena de comida y bebida para todos, mientras de fondo se escuchaba música tranquila, luego pasaríamos al salón donde se celebraría la fiesta.

Más tarde subiríamos a nuestra habitación y disfrutaríamos de una vida tranquilos uno junto al otro y quién sabe si en un futuro cercano gozaríamos de ver correr unos preciosos hijos.


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