Capitulo 7

333 29 165
                                    

Ya han pasado unas tres semanas desde que me secuestraron, desde que abusaron de mi por primera vez, desde que me violaron tortuosamente arrebatándome la virginidad y dejando destrozada mi, por su culpa, maltrecha vagina. Casi tres semanas hace ya desde que ambos optaron por profanar mi culo a consecuencia de aquel horrible arrebato de Kaito, del que con tan solo pensarlo algo en mi interior se encogía aterrada. Len desde entonces dejo aquella actitud fría y burlona, mostrando una faceta completamente diferente a la del primer día.

Estas semanas ha estado siendo muy cariñoso conmigo, aún así por mucho que esté hombre me confunda, sé que no influye en nada, pues el ha seguido turnándose con Kaito para violarme, y a pesar de que solía hacerlo suave, iba a mi ritmo y se corría fuera no podía evitar llorar al sentir que para ellos no era nada más que un juguete, un trozo de carne que no servía para nada. Kaito seguía siendo demasiado brusco conmigo, simplemente no tenía miramientos en lo que me hacía, en cómo lo hacía y en como me dejaba, con Len todo eso era diferente.

El al menos parecía preocuparse por cómo me encontraba, me ayudaba a ir al servicio sola y tenía cuidado conmigo, el a diferencia de Kaito parecía estar atento y cuidar a su juguete, aquello al menos era con consuelo para mi delicada y por su culpa sensible y herida intimidad. Lo único que Len no me permitía y se molestaba mucho si lo hacía era que palpar mi propia intimidad en los momentos que no estaba atada, según él era porque tenía miedo de que se me infectase así que prefería limpiarla el mismo, aunque no sé si eso es realmente cierto o es una excusa para poder manosearme sin que me queje.

Len y Kaito, Kaito y Len, ambos eran personas diferentes, con actitudes demasiado opuestas, eran como el agua y el aceite, sigo sin entender muy bien el motivo por el que ambos se juntaron para hacer este tipo de atrocidades, pero en realidad eso es algo que a mi no me incumbe. A veces no puedo evitar pensar en que habría pasado si hubiera aceptado ser su amiga desde un principio, ¿Me habría secuestrado y violado igual? ¿O todo habría sido diferente? Quizás nada de esto hubiera sucedido y podría haber continuado tranquilamente con mi humilde existencia.

No pude evitar volver a mirar aquella fría y morada habitación en la cual estaba completamente inmovilizada por aquellas fuertes ataduras. Kaito se encargaba de hacerlas a conciencia dejando mis muñecas en carne viva, menos mal que cuando Len llegaba solía soltarme para poder moverme un poco, después de todo tanto él como yo éramos conscientes que por más que lo intentara no podría escapar. Cuando se iba volvía a atarme, aunque él no me tensaba, era al día siguiente que Kaito venia y las volvía a tensar, y el dolor y la brusquedad de sus acciones comenzaba de nuevo... Estaba cansanda de tener que sufrir la misma tortura a diario, cansada de resistirme a las ataduras, cansada de luchar y resistirme, cansada de vivir, simplemente estaba cansada de todo.

Para mí otra parte de mi tortuosa existencia era el echo de no poder hacer nada para remediarlo, el simple echo de estar en la misma postura sin poder moverme para nada durante demasiadas horas era otra forma de tortura a mi inquieta mente. Estar quieta es algo que nunca me había gustado, siempre solía estar de un lado para otro, y ahora que era obligada a hacerlo durante gran cantidad de tiempo podía afirmar que no me gustaba nada estar quieta. Además de todo esto Kaito era demasiado grande y brusco para mí, y aunque Len parecía haberle convencido para que no penetrara mi vagina en lo que está se curaba ambos habían seguido usándome. Ambos se divertían con otras partes de mi cuerpo y yo no sabia si mis nalgas iban a ser capaz de soportar la situación durante más tiempo. Para mí "suerte" hoy me tocaba con Len, así que podré descansar un rato si es que a esto se le puede llamar descansar.

Me gustaría poder ir a la puerta y respirar algo de aire limpio, o ver algo más allá de esta habitación que no sea el servicio que estaba en la puerta contigua. Sin embargo, sigo aquí atada en esta maldita y horrible cama, sin ninguna forma de salir, completamente atrapada en aquella casa que seguían me había enterado en mis pequeñas charlas con Len que solían acabar en reproches o en discusión que esta era una casa situada a las afueras que ambos tenían alquilada para poder tener relaciones sin que nadie los molestase. Al principio pensaba que esta era la casa de Len, pues él era el que me sacó de aquel ruinoso hotel a lo que yo ilusamente pensé que sería un hospital, no sé en qué momento llegue a pensar que todo terminaría tan rápido, que me llevaría al hospital se delataría y los detendrían a ambos...

Rompiendo CadenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora