Capitulo 21

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Mis ojos se aguaron sin remedio otra vez comprendiendo que no tenía escapatoria, me habían atrapado. ¿En serio mi libertad iba a terminar así? ¿A tan solo unos pasos de donde estaban Len y Luka sin poder gritar por ayuda? Se me escapó un sollozo mientras me quedaba quieta aunque no conseguía dejar de temblar, pero a pesar de esto seguía tratando de que el miedo no me consumiera ni me paralizase.

Respiré profundamente y cuando noté como el agarre se debilitaba me eche hacia atrás con tanta fuerza que terminé sentada en el suelo, automáticamente comencé a echarme hacia atrás sin alzar la vista pero choqué contra algo, me giré a ver notando otro par de pies, pero entonces me percaté de algo. Esos eran los zapatos del uniforme que usaba ahora, Kaito no estaba en esa escuela, por lo que la persona que me había cortado el paso no podía ser él, dirigí entonces mi vista hacia la persona de la que había tratado de huir notando que también llevaba los mismos zapatos.

-¿L-Len?- pregunté esperanzada de que fuese él, pero incapaz de levantar la mirada para verle, temía equivocarme y que no fuese él.

-Len: Si, soy yo Rin.

Escuché su suave tono de voz, era él, sin lugar a dudas lo era. Alce el rostro aliviada, encontrándome que se había arrodillado frente a mí y de nuevo me rodeaba con sus brazos, abrazándome con algo de fuerza, podía notar su cuerpo algo tenso mientras me aferraba contra él con fuerza. No quería soltarme de sus brazos, lo necesitaba, seguía tratando de aguantar mis lagrimas aunque lo más probable es que hubiese escuchado parte de la conversación si se encontraba aquí fuera abrazándome.

-¿E-escuchaste algo?

-Len: Lo suficiente.- me separó de su pecho terminando así nuestro abrazo y llevo una de sus manos a mi rostro pasándola por mis húmedas mejillas, limpiándolas y secándolas.

-Y-yo...

-Len: Shh, tranquila Rin. No te frustres, tú vales mucho más de lo que piensan, no dejes que te hundan.- besó mis labios con suavidad y cerré los ojos correspondiendo.

Al terminar el beso observé como se levantaba para acto seguido tenderme la mano. La cogí rápidamente levantándome de la dura y fría acera de cemento, pero una vez estuve completamente erguida no la solté, sino que la apreté con un poco más de fuerza. No sabía cuanto habían escuchado de la conversación que tuve con mi madre, pero lo cierto era que me daba igual, ella no se merecía ni siquiera ese título. Por su culpa las dudas habían vuelto a asaltarme, en el fondo yo tan solo rogaba porque ella no tuviese razón, yo necesitaba alguien en quien confiar y esa persona contra todo pronóstico había acabado siendo Len, pero... ¿Y si mi madre tenía razón y él no me amaba? ¿Y si todo esto seguí formando parte de un retorcido y macabro juego donde lo único que buscaban de mi era romperme todavía más?

Suspiré mirando hacia el frente, fue entonces cuando noté que estábamos caminando hacia seguramente la casa de Len, ni siquiera me percaté de cuando comenzamos a caminar. Miré a mis lados, Len estaba a mi derecha y Luka a mi izquierda, ambos tomados de mi mano y en silencio, podía sentir de vez en cuando como me miraban por el rabillo del ojo. Decidí romper el silencio frenando un poco y aclarando mi voz, no quería sonar tan estúpida y vulnerable como me sentía en estos momentos, porque en el fondo no tiene sentido llorar más por el tema, mi madre no me quiere y quizás Len tampoco, por eso necesitaba salir de dudas lo antes posible.

-Len, ¿Puedo hacerte una pregunta?

-Len: Claro, todas las que quieras.

-Por favor respóndela con sinceridad... ¿Tú me amas?- desvíe la mirada hacia Luka que estaba a mi otro lado observándonos- Se que no es precisamente un buen momento para esto, pero necesito saberlo.

Rompiendo CadenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora