Capitulo 13

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¿Por qué? ¿Por qué tenía que pasar esto? Ni siquiera se cuanto tiempo estuve devolviéndole el beso, solo dejé el tiempo correr sin preocuparme en las consecuencias de mis actos. Podía notar el calor de mis mejillas acumulándose por la vergüenza de estar en aquella situación, solo esperé que él no lo notase porque debía verme muy roja en aquel momento. Cuando por fin acabamos con aquel largo beso lleve mi mano a mis labios, estos estaban húmedos y cálidos por el contacto de hace poco, no me comprendía en absoluto, ¿Por qué tenía que ser él? ¿Por qué ahora? ¿Cómo es que mi cuerpo no reaccionó en contra de aquel contacto tan insospechado por mi parte?

Aquel beso me había abierto los ojos sobre una cosa, aquel contacto me había gustado, era como si mi cuerpo llevara años esperándolo y era ahora cuando lo notaba. Ahora si estaba completamente segura, siempre sospeche que había tenido una atracción hacia Len cuando era más pequeña y que por eso cuando se fue sin decir nada me sentí traicionada y acabé cerrándome en banda hacia cualquier tipo de relación, pero esto me lo confirmaba, realmente aquel beso había estado esperándolo años.

Yo no quería enamorarme, no de él, pero aquel beso había avivado las llamas de aquella atracción que en algún momento de mi vida llegue a confundir con una fuerte amistad hasta que años más tarde con la madurez y la experiencia comprendí que se había tratado de algo diferente. No quería volver a sentir todo aquel remolino de emociones que no era capaz de controlar, sin embargo mi problema estaba en que a pesar de los años que han transcurrido desde entonces mis sentimientos hacia él no han variado lo más mínimo.

Lo mire fijamente a los ojos algo confundida por todos los pensamientos que pasaban con rapidez en mi cabeza, no soy capaz de odiarle, al menos no tanto como lo odiaba cuando no sabía quien era, a pesar de que por todo lo que me ha echo no debería volver a dirigirle la palabra nunca más, la realidad era otra muy diferente. El amor y el odio se mezclaban confundiéndome más, no sabía como actuar ahora ¿Era aquello normal? Pero que estupideces me preguntó, claro que aquello no era normal, pero no podía hacer nada para evitarlo, no sabía como evitar que aquellos sentimientos por él mismo chico se enfrentaran. Y aquello no pararía hasta que uno de ambos saliera ganador, supongo que desde su punto de vista es lógico que lo haya confundido con bipolaridad...

Mi cabeza se chocó contra la pared al intentar alejarme un poco de su imponente mirada, desde tan cerca como estaba podía observar aquel evidente sonrojo de sus mejillas, aunque también podía ver como detrás de aquella firme mirada se encontraba un Len completamente sorprendido y avergonzado de lo que acababa de ocurrir. Le dediqué una sonrisa nerviosa mientras esperaba su reacción, aunque para mi era demasiado frustrante sentirme atraída por segunda vez ante el mismo chico que parecía ser otra persona diferente con actitudes muy distintas a las que yo conocía, pero que en el fondo seguía siendo el mismo chico torpe, amable y dulce que conocí tanto tiempo atrás. Y conociendo aquello me era imposible odiarlo a pesar de todos sus errores y todo lo que me habían echo.

-Len: V-vamos a seguir que al final llegaremos tarde.

Su mirada se desvió y se apartó soltándome las muñecas, por lo que automáticamente me separé del muro aliviada de tener espacio libre a mi alrededor. Pero aquella liberación no duró mucho ya que Len volvió a invadir mi espacio personal esta vez tomándome de la mano, parpadeé varias veces nerviosa y sin tener muy claro que hacer. Yo todavía confundida por aquellos últimos sucesos iba detrás de él en silencio contemplando su espalda. No podía dejar de pensar en lo imprudente que había sido al corresponder aquel cálido y dulce beso. Llevaba su mochila en esa espalda fuerte de forma que arrugaba un poco su uniforme, con el puesto parecía otra persona diferente, parecía mucho más maduro y puede que hasta atractivo.

-Oye Len... Y tu escuela, ¿Cómo es?- pregunté siguiendo como podía su ritmo, era como si en la mochila llevase pesadas piedras y eso que solo tenía las libretas para las asignaturas, los libros me los darían alli. Era odioso sentirse tan pesada y cansada todo el tiempo.

Rompiendo CadenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora