Capitulo 20

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No quería mirar, si lo hacía sabía que perdería gran parte de mi visión que me pedía odiar esa cosa que crecía en mí, sin embargo, la curiosidad me podía, quizás si lo miraba le cogería todavía más asco y así me decantaría finalmente a abortar por mis propios medios. Pero algo en mi percepción cambio cuando alce la mirada hacia la pantalla, podía ver esa cosa diminuta dentro de mí, dentro de mis entrañas, creciendo... Era mi demonio, mi bebe, solo mío. Aquella cosa era tan pequeñita, realmente diminuta y se veía tan frágil, indefenso ante cualquier golpe que le pudiera propiciar, pero era lo que estaba creciendo en mí.

No sabía concretamente el porqué pero al verlo sentía la necesidad de proteger aquella vida a pesar de que había sido creada forzosamente contra mi voluntad, pero ahora que la había visto no me creía capaz de deshacerme de él. No me veía capaz de hacerlo, eso estaba vivo y podía ver cómo abría un poquito uno de sus minipuños, seguramente si no fuera cosa de una violación se me estaría cayendo la baba. Negué levemente con la cabeza, no debería darle tantas vueltas al asunto, esa cosa puede que estuviera dentro de mi, pero no porque yo quisiera. Me debatía internamente sobre si seguir con mis planes de ignorar a todos y atentar contra su vida aun con el riesgo de perder yo misma mi vida, o si debería dejar de ser tan testaruda y tratar de mentalizarme para quererlo a pesar de su origen.

-¿E-ese es mi bebé?

-Doctora: Si señora, ahora mismo cabría en la palma de tu mano.

-¿Y-y eso es malo? ¿Está bien?

Pregunte preocupada desviando la vista de la pantalla para posarla en la ginecóloga, que estaba al lado de Len. A él se le veía sorprendido, aunque eso no me extrañaba ya que después de todo lo que había dicho y mi fuerte discusión con él, creo que lo que menos se esperaba es que fuese a preocuparme por el desarrollo del feto. Pero claro, ¿Si al bebé le pasara algo me lo sacarían no? Mi mayor problema podía desaparecer realmente rápido, aunque también me asustaba pensar en qué consistirá el procedimiento para sacarlo.

-Doctora: Tranquila Rin, está bien, eso es lo normal. ¿De cuánto te dijeron que estabas?

-De trece semanas.- comente agachando la cabeza avergonzada y un poco desilusionada.

-Doctora: Casi, casi aciertan. Tesoro estas embarazada de catorce semanas según la longitud del feto.- extrañada mire a a la mujer haciendo las cuentas, no podía ser, hace catorce semanas yo todavía era virgen, tenía que estar equivocándose.

-P-Pero yo no lo hice hace catorce semanas, ¿No se estará equivocando?

-Doctora: En absoluto por la longitud del feto se pueden deducir varias cosas, como cuando fue la ultima vez que tuviste la regla.

-¿Y eso de que sirve?

-Doctora: Pues la fecha del embarazo sé cuenta sobre la última vez que te apareció la regla, no justo cuando tuviste sexo con quien fuese.- Por un segundo llegue a pensar que podría abortarlo, pero hasta para eso llegaba tarde, solo me quedaban esas dos opciones.

-Ya veo...

-Len: ¿Y qué es niño o niña?

-Doctora: Ahora mismo no se puede saber, apenas está empezando a desarrollarse, los genitales tardan más, aunque para la segunda ecografía lo podremos saber si está en buena postura. Lo que ahora os debe interesar es que el feto parece estar en buenas condiciones.

-Len: Menos mal.

Suspire algo abatida, pues eso terminaba de confirmar que no habría ninguna manera de que lo sacaran de mí personas especializadas, sino que tendría que ser yo misma quien acabase con su vida, ¿Pero sería capaz de matarlo? Técnicamente estaba vivo y si acababa con él me convertiría en una asesina, y yo no quería ser una asesina... Si no fuese capaz de matarlo solo me quedaría una última opción, en concreto la que Len siempre quiso y la que me ha causado tantas peleas durante los pocos días que salí de aquel calvario.

Rompiendo CadenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora