"For a star to be born there is one thing that must happen, a nebula must collapse. So collapse, crumble, because this is not your destruction, this is your birth"
---------------------------------------------- -----------------------------------------
Los dos compañeros regresaron al convite, descendiendo por las escaleras que habían ascendido con anterioridad. Se unieron junto a los demás invitados en los laterales de la pista de baile, donde se encontraban los entremeses.
Elektra.
Mmm.- Respondió ella, probando los canapés. Por interés culinario, no por hambre, por supuesto.
¿Por qué no le mataste?.
¿A quien?.- Se hizo la desinteresada.
Al guardia, al que le lanzaste el cuchillo. Le hiciste un torniquete con su corbata en la herida.
¿Lo viste, eh? No quiero que muera.
¿Por qué? Él no tendría tanta consideración contigo.- Ella le sonrió, las esquinas de su boca curvándose en diversión.
Lo sé, pero, lo creas o no.- Se detuvo, alzando su mirada para ver sus ojos, que la observaban con curiosidad. Tras mirarle, negó con la cabeza, sonriendo de lado.- No es nada.
Vamos, dímelo, prometo que no me reiré.- Él apoyó su mano sobre su corazón, de forma solemne. Al contrario, sus ojos brillaban con curiosidad, y, quizás algo de admiración.
Creo que no tengo derecho a quitar la vida a nadie. No soy nadie para decidir quién vive y quien muere.- La mirada de puro asombro que le dedicó su compañero habría valido la pena en caso de que se atreviese a burlarse de sus principios.
Una mercenaria escrupulosa, es gracioso.- Murmuró, con sus cejas alzadas, esa mirada de sorpresa todavía presente en su rostro.
Elektra le fulminó con la mirada.
Oye, no dije nada malo, me gusta. Aunque es un poco absurdo. ¿Cómo puedes ser una asesina si no matas?.
Cariño, no me hace falta hacerlo. Sólo tienen que creer que lo harás.- Volvió a sonreírle de forma encantadora, inclinándose para dejar un beso en la mejilla afeitada.- Ahora voy a hablar con el hijo de Burrell, a ver qué conclusión saco de él.
Espera, Waverly dijo que lo conveniente era que vosotras no tratáseis con él.- La sujetó del brazo, evitando que avanzase.
Lo dijo, es cierto. Pero seguro que conmigo habla más libremente que contigo o con Ill, piénsalo.- Le guiñó un ojo, y se alejó, moviendo las caderas al compás de la música.
Elektra tenía el plan trazado en su mente. Sabía qué tenía que hacer para engatusar al joven Burrell. Y también sabía cómo hacerlo.
Él estaba de espaldas, en uno de los laterales del salón, comiendo tranquilamente de las mesas. Estaba solo, por lo que era el momento perfecto para llevar a cabo su plan.
Se aproximó a él, y le abrazó por la espalda, deslizando sus manos sobre sus hombros, y apoyando su cabeza en su hombro derecho.
Cariño, ¿dónde estabas?.- Ronroneó.- Llevo quince minutos buscándote.
No recibió respuesta.
¿Cielo?
Burrell se giró, y entonces ella se apartó, con un creíble sonrojo en sus mejillas.
Lo siento mucho, creí que era mi esposo.- Murmuró Elektra, bajando la mirada en aparente sumisión.- Lo siento, señor, discúlpeme.
Oh, nonono, preciosa, no pasa nada.- Él la sujetó del brazo, evitando que se girase. Alzó su mano para elevar su barbilla, obligándola a mirarle.- ¿Cómo te llamas?
ESTÁS LEYENDO
The Coldest War
RomanceUna nueva conspiración que pretende acabar con el mundo, tal y como se conocía hasta el momento. ¿Podrán seguir trabajando juntos Rusos y Americanos, o sus diferencias acabarán por romper el grupo? ¿Podrá resistir el frágil vínculo que los une? ¿Ha...