you can tame me?

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"Go ahead, underestimate me. You won't be the first, you won't be the last, but you will be wrong"

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La pareja ascendió por las escaleras del hotel, con prisa, ante las miradas atónitas de todas las personas presentes en el edificio.

Mierda Erik, no sabía que iba a pegarte. J***r, lo siento.- Ella había colocado un pañuelo bajo su nariz, apretándolo, para que absorbiese la sangre que seguía cayendo.

Está bien, la verdad es que me lo merecía.- Sonrió, haciendo un gesto de dolor cuando ella presionó su nariz sangrante.

Sois los dos idiotas.- Farfulló la chica, entre dientes.- ¿Está rota?

No, sólo sangra. No te preocupes.

Bueno, yo te metí en esto, ¿no?

Una vez dentro de la habitación Erik iba a sentarse, pero Elektra lo evitó.

Sigue sangrando.- Murmuró, dejando de taponar sus orificios nasales.- Está bien. Siéntate y aprieta suavemente la parte blanda de tu nariz, ésta.- Le mostró cómo.- Mínimo diez minutos.- Él le obedeció.- Ahora inclínate hacia delante, y respira por la boca.

Sí, jefa.- Murmuró graciosamente.

Lo siento, Erik. ¿Necesitas algo?.- Su arrepentimiento era real, pese a que él quizá si se había merecido el golpe. Por otra parte tendría que hablar con su compañero Napoleón, y reprenderle por sus acciones, aunque fuese mínimamente. Él negó, cabizbajo.- Te traeré algo de agua.


Dejó un vaso delante de él, mientras los diez minutos iban transcurriendo. El sueco levantó la cabeza, tocando cuidadosamente su nariz con sus dedos.- Estoy bien, de verdad. No te preocupes.

¿Ya no sangra?.- Inquirió ella, queriendo su confirmación. Tras obtenerla apuntó con su dedo hacia la puerta abierta del baño.- Ve a lavarte, parece que te estás desangrando.

Él sonrió, con la cara manchada de su sangre, y entró en el baño. Salió a los pocos minutos, con sus facciones libres de sangre, pero su camisa aún manchada.

Siento lo de la camisa.- Murmuró la pelinegra, viendo las grandes manchas rojas que estropeaban la prenda, anteriormente blanca. La sangre era muy difícil de limpiar, por lo que probablemente la camisa acabaría en la basura.

El rubio alzó sus hombros descuidadamente, desinteresado acerca de su ropa, enredando sus dedos en la parte trasera de su camisa, tirando.


¿Piensas desvestirte cada vez que me tengas cerca?.- Erik rió, pasando su camisa por encima de su cabeza, librándose de ella, su torso desnudo en toda su musculosa gloria.- ¿Intentas seducirme?

The Coldest WarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora