dos.

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Run forest ruuuun.

Cuando llegué al colegio pasé súper piolats.

Ojalá.

Me dieron el medio sermón.

"No hay que llegar tarde el primer día."

oKA.

Me fui a mi sala primero -aunque todos estuvieran en el acto-.

Estaba al lado de los de cuarto medio.
¡Wi! mis otros cinco apessss.
Parezco maraca.

Deje mis cosas afuera de la sala con toda la paja del mundo, y súper latera fui al gimnasio que era donde hacían los actos y volas místicas. En el camino sorprendentemente no me caí. Me encontré con una compi del paralelo, no hablaba mucho con ella pero bue. Me preguntó que había hecho y yo como, "eh, je, vIDA PERSONAL OKA."

En el acto me senté junto al Martincito alias bailarín de cumbia y también mi mejor amigo.

– Oye – me tocan el brazo – Lis.

– ¿Que huea?

– ¿Acompáñame al baño? – rogó con ojos de perrito.

Puse los ojos en blanco para asentir y pararme.
– Apúrate, si po.

Se paró así a lo flash y fue corriendo al baño, pero una profe me paró y dije que iba al baño, desconfiada, asintió para dejarme pasar. Me paré afuera de los baños a esperar al Martin, se tardaba más que la shet así que saqué mi celular, conecté los audífonos, me metí al spotify - no premium - pero por último tenía internet móvil. Cacho que alguien sale del baño porque tiran la cadena, creí que el wacho se tardaría más, ya que tenía cara de urgido así tipo, "ganas de cagar".

– Hermano, ¿me viniste a ver al baño? hueona tierna. – Sonrió burlón.

– Obvio – le devolví la sonrisa. – Ah, ahueonao, que te creí, no eri el hoyo del queque. Anda a laar. – Respondí molesta.

– Ajá, entonces ¿que hací afuera de los baños de hombre? – Se cruzó de brazos.

– Me esperaba a mi po, saco hueas. – Se metió en la conversación el Martin mientras pasaba un brazo por encima de mis hombros.

Más le vale haberse lavado las manos.

– Buta, sorry. – Mencionó levantando las manos en son de paz.

– ¿Qué onda culiao? ¿Estai acosando a mi mina? – Miró enojado el Martin.

– N-no –soltó una risa nerviosa— yo, bueno, volveré al acto.

– Que es hueon. – Se rió una vez que mi bebé se fue.

– Culiaooooo – le pegué un wate–, ahora creerá que estoy pololeando. Yo me hago macho si es gay. ¡Por la mierda Martin! – Grité histérica.

– Deja de llorar, vamos al acto. – Puso los ojos en blancos mientras me jalaba del brazo.

Él se adelantó, yo caminé lo más lento posible, me daba la mea paja, zi.

Pasó toda la huea, y fuimos a nuestras salas, antes de que todos los simios entraran, tomé mi mochila y pasé, me fui a un puesto que estaba bien atrás, en la fila de al medio. Me senté y puse mi mochila al lado, nadie tocaba ese puesto.

– ¡Holi! Soy nueva, ¿me puedo sentar? – Me preguntó una mina que no sé de donde apareció.

¿Qué huea? Yo era nueva y lo primero que hacía era lanzarme de un sexto piso antes de hablarle a alguien.

– Sorry, esta ocupado, mi mochila necesita comodidad. – Hice una mueca.

Ya, igual que lata ser pesá, pero quiero que ese puesto sea ocupado por mi amiga, no por ella.

– Oh, bueno, no importa. – Sonrió con energía.

Cuando comenzó a caminar, giré un poco mi cabeza haciéndome la distraída para ver donde se sentaba. Se dejó caer sobre la silla y apoyo su cabeza entre sus brazos, a un lado estaba un cabro equis que jamás había visto, pero igual le hacía nanai en el pelo, que huea, yo igual quiero.

– ¡Martin! – Chillé.

– ¡Lisseth, primer día y ya me cagai los tímpanos! – Gritó el Pancho.

Pancho culiao yeta que siempre tenía sus oídos cerca cuando gritaba.

Volví a chillar y lo fui a abrazar, es como mi mejor amigo fleto-no fleto y no lo había visto en todas las vacaciones.

– ¡Maricon culiao! – Salté sobre el.

– ¡Maraca culia! – Me devolvió el abrazo.

– ¡RUMITA! – Gritó alguien.

Conche-Tu-Mare

Nos encontramos presentes el día de hoy por el fallecimiento de Lisseth Cárdenas.

– ¡CURSO Y LA CONCHETUMARE SÁLGANSE DE ENCIMA!– Grité histérica.

Siempre tengo que gritar:(.

– Ya, chiquillos, primer día y ya hicieron una rumita, ¿a quién mataron ahora?

– ¡Profe! – Dijo la chupa medias del curso.

Annely Constanza Lopez Fuentes.

Es como un peo atravesao.

Todos nos paramos para saludar a coro, como cinco segundos después de que nos sentáramos la profe analizó la sala y a punto a la mina que hace un rato me había pedido sentarse conmigo y al loco que le hacía nanai.

– ¿Son los nuevos? – preguntó.

Asintieron para después pararse e instalarse al frente de la sala. La mina estaba con su sonrisa y el cabro sonrojado, aw.

– Preséntese.

– Bien – comenzó a hablar la chiquilla–, me llamo Macarena, él – apuntó a lo que parece ser su hermano, ah –, es mi hermano – que crack soy –, se llama Sebastian.

– Está bien, vuelvan a sentarse. Como son nuevos, tendrán una acompañante para que les muestre el colegio o tengan dudas ¿les parece?

Me estaba preparando para tomar mi siesta de las primeras dos horas después del acto.

– Lisseth, los vas a acompañar, y deja de dormir.

KhÉ.

•••
¡holi! espero que les guste.
desaparece ahre
chao

¿Pa' qué me psicopateai'?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora