¿Pa' qué me psicopateai'?

tres.

– ¿Ah? ¡Pero si esta la chupame– Annely! – Me retracté ganándome una mirada de odio por parte de ella.

– No.

– ¿Por qué? – Hice un berrinche.

– Ya, Lisseth, cállate. – El Martin me lanzó su estuche.

– ¡PROFE, ABUSO INTRAFAMILIAR! – Chillé mientras apuntaba al Martin.

– Por el grito de la señorita Lisseth, todos saquen una hoja de cuaderno para dictarles su horario. –Dijo la profe.

Me tiene mala;(.

Todos comenzaron a maldecirme en gitano.

– A primera hora tienes inglés, a la segunda; matemáticas...

Blah, blah, blah.

Cerré los ojos y no supe nada más del mundo.

[...]

– ¡LISSETH!

Conchetumare mi poto.
Me caí po'.

– ¿Ah? – Contesté desorientada desde el piso.

– Tení que mostrarles a los nuevos el colegio, te apañaría pero, hay una loca po, y me la quiero comer y bueno...– Comenzó a chamullar.

– Ay, cállate, si a ti te gusta la Pia.

– Déjame mentir tranquilo. – Respondió indignado.

– Muérete.

– Mátame. – Me guiñó el ojo.

Le pegué un wate y me fui en busca de los hermanos, ah.
Me paré del piso y caminé hasta donde ellos, primero les iba a hablar para que no sea tan incomodo.

– Wena. – Saludé.

– ¡Holi! – Me respondió la Macarena, creo.

Su hermano solo asintió con la cabeza.
Txoa, andai amoroso.

– Ya, pa' que cachen, me llamo Lisseth Cardenas, tengo dieciséis, siempre he estado en este colegio y no te deje sentarte al lado mío porque me quiero sentar con mi mejor amiga que no vino hoy. – Lo último lo dije mirando en dirección a la mina.

– Yo soy la Maca, y él, el Seba.

– Ya lo habías dicho, ahueoná. – Le dijo su hermano.

Héroe.

– Entonces, ¿vamos? igual queda poco pa' que toque, pero si tienen plata vamos al casino. – Mencioné.

– Creo que yo tengo. – Murmuró el Seba rebuscando en su mochila.

– Vamos.

Ibamos hablando de cosas triviales, por ejemplo de porque se habían cambiado de colegio o que les gustaba.

To' tranqui en el casino y diviso a mi ap entrando, acompañado de un mino.

Los shippeo.

– Oye – la maca pasó una mano por mi cara –, tai' como volá.