¿Pa' qué me psicopateai'?

dieciséis

- Mamá, no. Déjame aquí, juro que no tengo prueba, puedo faltar. - insistía lo más que podía. Me dolía el útero, la verdad era que si tenía prueba y la Sofí iba a faltar. Ninguna razón para ir a clases. Claro, antes era el Lucas mi única razón, ahora lo quiero, pero bien lejos, tal vez rodando por la escalera. 

- Una vez más que me mientas, y te olvidas de ir a la casa de la Sofí los fin de semanas.- y aunque no la estuviera viendo por todas las frazadas que tenía usando de escudo, supe que me estaba apuntando con el dedo.

- ¿¡No Sofí!? - pregunté exasperada, ¿cómo me aleja de mi mejor amiga? ¿es eso si quiera legal?

(espero que hayan entendido la referencia)

- No Sofí. - se cruzó de brazos mientras me miraba directamente, a esta mujer le encanta causar miedo. Nos mantuvimos mirándonos por lo que yo juraba mínimo cinco minutos, hasta que después levantó la ceja y supe que ya había perdido, así que mientras murmuraba por lo bajo que la vida valía callampa, mi mamá salía victoriosa mientras se reía. 

Me había bañado la noche anterior, aparte de que ni ahí con la adrenalina de salir de la ducha y ponerme una toallita, así que fui directamente a hacer mi skin care, porque no todos tenemos una piel perfecta y agradecida con el de arriba que mí mamá me puede comprar productos. Me tardé dos canciones y después en mi pieza me cambié mi rico pijama al uniforme. Revisé la hora y me di cuenta que ya nica llegaba a la primera hora, así que fui toda tranca, relajada, ni ahí con la vida a zamparme un pancito con un té.

- ¿¡Sigues aquí!? 

- Sí, señora. Ya no llegué a la primera hora, eso es pa wiwis. Yo soy alta via. 

- Agradece que yo también voy tarde y no me da tiempo de pensar un castigo, ¿qué hora es? - revisó su celular-, te voy a llevar, así que mete el té al termo y te comes el pan en el auto. Ya, partiste, vamos.- tomó su bolso y sacó las llaves del auto de un ganchito que tenemos al lado de la puerta. 

Como soy obediente, hice todo lo que me pidió. Mientras íbamos en el auto le mandaba mensajes a la Sofi que capaz estaba en alto tuto, quejándome de todo, también aproveché de quejarme que el Nacho no me respondía los mensajes hace dos días y tampoco me lo había encontrando. En plenos mensaje el Martin me llama.

- ¿Que querí? - fue lo primero que dije cuando contesté, ni miré a mi mami sabiendo que me estaba mirando mal por contestar así.

- ¿Vas a venir? 

- No.

- ¿En serio?

- No.

- Yapo weon.

- Voy en al auto, no llori. Llego en diez minutos, la tía se cree toretto.

Mi mamá gesticulaba con la boca un ¿quién es? 

- El Martín-dije mientras tapaba el microfono- Martín mi mamá te quiere saludar.

- Hola mi niñito, ¿cómo está? ¿por qué no haz ido a tomar once? - le dijo mientras yo ponía el altavoz.

- Hola tía- alargó la a-, la Liss no me ha invitado, digale algo a su hija, me reemplaza por el Seba Diaz y el Nacho.

- ¿Quién es el Seba Díaz?

- Uy. 

- Un compañero mamá, es nuevo.- comencé a tomar mis cosas para bajarme en el proximo semaforo.

Si yo iba llegando a la segunda hora, ¿cómo cresta el Martín me estaba hablando si supuestamente estabamos en clases?

- Oye, culiao. ¿No se supone que está la profe de inglés ahí?

- No digai culiao, cabra chica. - Me pegó suavecito en el brazo mi mamá.

- No llegó la vieja. - se escuchó un "ahí viene reemplazo" - Puta la wea. ¡Chucha! ¡disculpe tía!

- Ya chao. - corté para bajarme y me despedí de mi mami también.

Tuve que pasar a buscar pase y que me anotaran una wea en la libreta por haber llegado tarde, parece que no era la única, habían más de cinco weones, entre ellos la Alme.

- Hola.- se acercó feliz a saludarme.

- Wena.

- ¿Como haz estado? 

Weona deja de hablarme no quiero hablar contigo.- Bien.- hice una mueca.

- Hace rato no hablamos.

Asentí con la cabeza, porque ya era la siguiente a la que le firmarían la wea y con un movimiento de cabeza me fui corriendo a mi sala.

Me asomé por la ventana para ver si había reemplazo o no, y pa mi cuea, por primera vez, no había. Entré digna y me senté al lado del Martín que ni cacho que estaba, así con los amigos, así que le pegué un wate pa ver si reaccionaba. Me miró feo y siguió jugando. Lo miré mal aunque ni pescó, como la mujer independiente que soy, fui donde los hermanos Díaz a copuchar un ratito.

- Holi.- los saludé y me senté al lado de la Maca.

- Creimos que ya no llegabas.- me dijo el Seba.

- Esa era la idea, pero claramente no se logró, ¿qué cuentan? ¿qué onda con el...-bajé la voz- Joseto?

El Seba se puso rojo y la Maca sonreía burlona.- Estamos andando.- murmuró.

No me aguanté el chillido y lo abracé.- Si te hace algo lo tiro por las escaleras.- le susurré.

- De hecho me dijo que su mejor amigo, quería hablar contigo.- levantó ambas cejas.

Fruncí el ceño, porque, ¿qué wea quiere hablar conmigo? yo seguía picada, porque, rencorosa. - Que lo intente. ¿Y tu Maca? ¿qué onda?- ahora la miré a ella.

- Mh, nada, me estoy hablando con un mino de otro colegio-levantó los hombros despreocupada-, pero no cacho, es lindo, pero aaah, no sé.

- ¿Cómo se llama? - demasiado cahuinera pa existir. De reojo vi como el Seba negaba con la cabeza pero no le tomé mucha importancia.

- Ignacio. - me mostró su instagram.

¿Mi Ignacio?

- Buena.- traté de sonreír.

Hoy no es mi día.

Para mi suerte tocó para la segunda hora, así que me volví a mi puesto y recién ahí el Martín me dio un abrazo y me dijo buenos días, feo culiao. La hora pasó más lenta que el hoyo, aunque igual me la pasé jugando al gato con el Tin. Cuando ya era recreo, no quería salir, porque, uno: el Tin se iba a jugar futbol, dos: no quería ir donde el Seba, porque seguramente se iba a ir donde el Joseto, con la Maca no quería ir, todavía estaba asimilando todo. No me quedó de otra quedarme en la sala, aparte tenía tutito, así que no quería hablar con gente.

- Ey.- me llamó alguien.- ¿Podemos hablar? - alzó la ceja.

Lucas culiao.

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holaaa, aquí fio, ignorando que tiene entrega de tres investigaciones esta semana y tiene cero. Por ultimo les doy esto de regalo de noviembre, nos vemos en diciembre, aya.