once

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– ¡AAAAAAAH! ¡Estoy chata! ¡Me voy a tirar de un puente para acabar con este sufrimiento llamado vida!

– ¿Ya terminaste? – me preguntó el Martín.

Porque, obviamente, es su deber como mejor amigo acompañarme en esta miseria llamada vida y que mi amor platónico sepa de mi, y aun así no esté enamorado de mí.

– No. – volví a enterrar mi cara contra la almohada que ya estaba un poco mojadas por las lagrimas.

Sí, soy muy sensible y todo me afecta. Es lo que hay. Así soy.

– Ya weona, te he dicho mil veces que no pesques a ese culiao, si tenemos claro que quiere jugar un rato, pelarse y era. Sabemos como es, teni que asumirlo amiga, suena super feo, y te lo digo porque te quiero harto po, eri mi mejor amiga y lo que menos quiero es que llores por un culiao que ni se da el tiempo de conocerte, te apuesto que lo único que sabe de ti es que te llamas Lisseth.

– Toi chata.

– Pelate con el Nacho po, el culiao que vive en tu edificio.

– Ah sipo, verdad que es muy fácil pelarse. Dios de comerse a la mina que se le cruce. Me caes mal. Necesito a la Shofi en estos momentos. – Me di vuelta para mirar el techo mientras le sacaba el dedo del medio al Martin.

– Si la llamas, me voy.

– Uy, ¿donde dejaste el coraje?

– Ya filo, me dai rabia, chao. Te amo. – Me dio un beso en la mejilla para despedirse.

Con el Martin nos hicimos una promesa, podemos estar molestos con el otro, aunque sea en lo más mínimo, pero, no nos podemos ir de la nada. Nos tenemos que despedir si o si y nos decimos te amo. Puede verse muy mamon, pero una vez el Martin fue atropellado justo después de pelear. Fue la experiencia más horrible de mi vida.

Comencé a escuchar música hasta que me quedé dormida.

– ¡Liss! ¡está la once!

concha. no tenía ni idea de donde estaba, ni que año era, nada.

– ¡Voy! – grité de vuelta mientras me estiraba un poco para que me sonaran los huesos, huea rica.

Me restregué los ojos un rato hasta que los pude abrir por completo y me senté en la cama mientras miraba un punto fijo tratando de no dormir de nuevo. Me van a sacar la chucha, ahora no podré dormir en la tarde. Si weon, soy de esas personas que si duerme mucho en la tarde, después no duerme en la noche.

Con toda la paja del mundo fui a la cocina a tomar once, pero me encuentro con la no grata sorpresa de ver al nacho sentado en la mesa, comiendo, con mi mami. Traición.

– ¿Que estai haciendo acá?

– Cho, así no se trata a la visita.

– Déjate de webear.

– Cabrita pesá, ¿que te he enseñado? parece que te lo pasai por el poto. Mejor siéntate y come, te apuesto que dormiste toda la tarde.

Jajaja, sí.

Con todas las mañas del mundo me senté y comí en silencio mientras mi soa madre me puteaba con su mirada. Pero es que, que rabia weon, nada me sale bien.

– Tia, ¿sabia usted que la Liss está pololeando? – le preguntó el nacho a mi mamá de la nada.

– Que wea, sapo culiao. – Lo miré mal, y justo mi mamá me pegó un wate.

– Cabra desubica, ¿por que no me dijiste?

– Se me pasó. – me hice la indiferente mientras levantaba los hombros.

– ¿Es el cabrito que te vino a enseñar el otro día?

– El mismo. – respondió el nacho por mi.

– Cállate un rato culiao, tengo boca para responder.

– Lisseth, deja de tratar al nachito así.

Diji di tritir il nichiti isi.

No.

Me vibró el celular y bajo la atenta mirada de mi mami, lo revisé y era un mensaje de la sofi diciendo que venia llegando al edificio y se había encontrado con mi apesito.

Conche-tu-zorra

Já, se me juntó el ganado de pana.

•••
un capitulo de relleno porque tamo en cuarentena :)
yo jurando que tendría tiempo y estoy más colapsada que la ctm con el colegio que ni si quiera tengo imaginación
pero eo
nos vemos en tres meses más JAJAJAJA

¿Pa' qué me psicopateai'?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora