Capítulo 15

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Separamos nuestros labios inmediatamente. Me di vuelta para ver quién había tosido. Era Nassim.

—¡¿Nassim...?!— quise decir algo más pero me quedé sin palabras.

—¡Qué bueno que eres tú, Nassim!— dijo Liam aliviado— si hubiera sido cualquier persona estaríamos en problemas.

—Tienes suerte— dijo Nassim— de que no odie a su alteza, tampoco puedo decir que es la persona que me gustaría encontrarme en la calle.

—¡No hables así de ella!— dijo Liam con una sonrisa— ¡Ahora está con tu mejor amigo!

—En secreto— dijo Nassim.

—Que tú vas a cuidar— dijo Liam.

—Un momento...— dije confundida— ustedes... ¿Se conocen?

—Sí— dijo Liam— él es el amigo que me prestó dinero para comprarte el anillo.

—Sé lo diste a su majestad...— dijo Nassim con un tono entre frío y de desilusión.

—La amo— dijo Liam— como tú ya sabes.

—Supongo que porque me diste el anillo, su excelencia siente lo mismo por ti— dijo Nassim.

—Así es— dijo Liam— finalmente— dijo mirándome a los ojos felizmente.

—Bueno...— dijo Nassim como si saliera de un pensamiento importante— vengo a buscarla, su majestad, para que valla a atender a la Fhuadaich del señor Posey y Aratori. Se cambió la hora por asuntos de los padres, por favor venga conmigo. Adiós Liam— dijo y después salió de la sala.

—Bueno, entonces ¿Nos vemos mañana... en alguna hora?—  dijo Liam sujetándome y haciéndome mirarlo.

—Obviamente, pero primero tendré que ir a conocer a... ¿Boone? Creo que se llamaba.

—Así es— dijo Liam— Boone Noam Eggleston. Pero espero que no pares de pensar en mí— dijo acariciándome una mejilla y luego planteó un beso en mis labios.

—Hasta mañana entonces— dije y me despedí dándole un rápido beso en los labios y saliendo de la habitación rápidamente. Seguramente se sorprendió, algún día lo sabré, supongo.

Afuera me esperaba Nassim con otra mujer. Era esbelta, rubia, el pelo le llegaba hasta debajo de los codos, de piel blanca y unos ojos azules hermosos. Usaba mucho maquillaje y sus ropas eran apretadas. Básicamente una típica rubia.

—Su majestad, ella es mi esposa, Darleen Britton— dijo Nassim con su tono indiferente de siempre.

—Un gusto conocerla— dije con tono formal e inclinando un poco mi cabeza.

—Igualmente— dijo ella inclinándose ante mí. Su tono había sido frío y estaba lleno de odio.

—Por favor, su excelencia, acompáñeme a la Fuadaich— dijo Nassim y empezó a irse del pasillo donde estábamos seguido muy de cerca de Darleen. Tuve que apresurar el paso para alcanzarlos.

Salimos del hospital. Bajamos a la salida de los lugares de trabajo y nos dirigimos a donde se guardaban las cosas materiales. Seguimos recto y nos encontramos con una puerta. Nassim la abrió y pudimos encontrarnos en una sala más o menos grande, con alto techo, había una puerta reforzada y una vez cerrada no dejaría pasar nada hacia el lado donde estábamos nosotros, que daba a otra habitación mucho más pequeña, la cual era blanca, se podía ver por ventanales largos y que tenía otra puerta reforzada.

En la sala donde habíamos quedado, habían muchas otras personas. Pude reconocer a las familias de Alex y Bruno, que tenían algún parecido con ellos, andaban juntos y tenían una atmósfera de pena. También estaban los miembros del Consejo Infinitum.

Cuando mi madre me vio, se acercó con una cara de preocupación aliviada.

—¡Me alegro que no te haya pasado nada!— dijo mi madre y me abrazó— escuché lo de Liam, lo siento mucho por lo que pasó— dijo en un susurro para que nadie escuchara.

—Se está mejorando. Tiene que estar otros dos meses en el hospital y se va a recuperar— dije susurrando.

—¿Escuchaste sobre el nuevo candidato?— dijo Karina.

—Sí, Boone Noam Eggleston, si no me equivoco. Hijo de Cat Eggleston, una política si no me equivoco— dije.

—Así es— dijo mi mamá— él, su hermano mayor y su madre están hablando con el presidente en este mismo momento. ¿Los ves?

—Sí— dije mirando disimuladamente a esa perfecta familia. La madre era más pequeña que el hermano mayor, pero tenía un físico muy bonito. Su pelo castaño y ondulado se movía muy naturalmente cuando ella hacía un gesto con la cabeza. Sus ojos verdes eran como joyas y su piel blanca hacía de su cuerpo algo que no tenía similitud. Parecía tan joven como su hijo mayor. Éste había heredado el cabello castaño de la madre pero no los ojos verdes, tenía unos ojos del mismo color que su pelo. Además era moreno y hacía gestos tales como los de un político, él había crecido igual que su madre. Boone, en cambio, era más o menos del mismo tamaño de que su madre, tenía la piel pálida, los ojos verdes de su madre y un pelo pelirrojo. Parecía mucho menos serio y hablaba con total tranquilidad y optimismo— ¿Dónde está el padre?

—Murió hace veintiún años, la noche en que Boone nació. Fue muy trágico y triste, todos lo admiraban y le tenían mucho afecto. Trabajaba como bombero, además era voluntario para muchas cosas. No tenía demasiado dinero, pero seguía queriendo ayudar. No sé cómo la señora Eggleston y él se enamoraron, viendo lo diferentes que son, pero supongo que los opuestos se atraen... en todo caso, el señor Eggleston murió en un incendio tratando de salvar a una bebé de un año. Al final, ella salió sana y salva, pero el señor Eggleston, una vez que dejó a la joven en cuidado de doctores, un gran pedazo de muralla de desplomó sobre él y murió al instante. Su mujer recién había dado luz a su segundo hijo, Boone y al señor Eggleston lo llamaron por el incendio. Nunca pudo tocar a su hijo...

—¡Qué triste!— dije estupefacta— me sorprende que puedan actuar tan normal con todo lo que pasó en su familia, aunque a decir verdad... el único que parece normal es Boone...

—Buenos días a todos— dijo Justin— hoy presenciaremos la Fhuadaich de dos miembros que creímos fieles a nuestra reina, pero la ambición los acorraló y les hizo atacarla con otro miembro de esta nave— dijo el presidente, ya no usaba su tono alegre de siempre, sino uno más serio y un poco enojado— así sin más tiempo, familias de los señores Posey y Aratori, entren a despedirles para siempre— entonces se abrió al puerta que conectaba nuestro cuarto con el suyo, las familias entraron y los abrazaron, muchos lloraron. Pude ver mejor los trajes que llevaban, eran los típicos de astronautas de las películas, pero más avanzados y tenían un gran tanque atrás de ellos, era el oxígeno y gases alimenticios para diez años.

Después de unos quince minutos, el presidente los llamó para que fueran a nuestra habitación, se cerró una vez la puerta.

—¿Quiere decir algo, su majestad?— preguntó Justin— ellos también te escuchan.

—Sí— dije decidida— nunca me esperaba que Alex me atacara. A decir verdad, nunca lo vi como alguien perfecto, pero no lo creía capaz de llegar a tales niveles para ser rey. Me alegro que los expulsen en cierto modo, ya que me han hecho pasar algo que nunca quise. Hubo un herido y eso no se perdona fácilmente. Lo único que me queda por decir es: hasta nunca— mis palabras fueron continuadas con un silencio mortal. El presidents hizo un gesto con la mano a un hombre que estaba al lado del panel de control que accionaba las puertas.

La puerta que conectaba el cuarto de los dos traidores y el espacio se abrió. Los dos caminaron hacia adelante y salieron.

Me sentí mareada, no sabía que me pasaba, pero en seguida, me desmayé.

Doscientas, casi trescientas palabras más largo que lo habitual... bueno tenía que continuar con la historia de Blake en algún punto...

En todo caso... Boone me cae bien, pero su hermano y Cat no tanto.

Abrazos. Ciao S2.

Sueños GemelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora