Me desperté nuevamente. Abrí los ojos y pude ver que yo era la única que no estaba durmiendo.
Me levanté y decidí dar un pequeño paseo en el bosque. Sabía que era arriesgado pero quería saber que estaba pasando allí afuera. Para eso tenía que encontrar una radio o algo parecido.
Salí de la cueva, pero primero dejé una nota para avisar a los demás donde estaba, así evitaría que se preocupen inútilmente de mí.
Empecé a caminar, el aire de la Tierra se sentía bien, lo amaba... era como... era como si no lo hubiera respirado hace mucho tiempo... pero eso no tenía sentido, acababa de dormir en la Tierra. ¿Me habré sentido así por el sueño de Lailah? ¿Cuánto me estaban afectando aquellos sueños? Y una vez más llegaba a la misma pregunta ¿Eran sueños o algo más que estos?
Las dudas llenaban mi cabeza. Yo era curiosa desde pequeña y ahora esta cualidad se reflejaba mucho más en mí. Quiero decir ¿A quién no le interesaría saber la verdad sobre estos sueños, si es que eso eran? Había tantas cosas que me gustaría saber, no solo sobre los sueños extraños, pero también sobre porque el gobierno hace lo que hace.
Es que simplemente no tenía sentido, ¿Por qué querían borrarle la memoria a la población restante? ¿Cuál era su objetivo? ¿Qué era lo que ganaban con esto? ¿Es que acaso no podían pensar un poco más y ver que no les gustaría que les borraran la memoria a ellos? ¿O es que si les gustaría, aunque eso sería muy extraño...?
Mis memorias... mis recuerdos... tal vez no sean los mejores, pero los guardo con aprecio y algunos con un poco de rencor. Pero al fin y al cabo, tus recuerdos te convierten en lo que eres hoy en día y no puedes odiar lo que eres, porque o sino no podrías vivir contigo mismo, preferirías la muerte que vivir. No puedes odiar todo lo que eres, porque es quien eres y deberías apreciarlo... es difícil explicar...
Tengo un recuerdo que se trata sobre un cumpleaños con mis mejores amigas, ya éramos adolescentes, es que ahora debería estar buscando universidades, ya que ya salí del colegio... en todo caso, ese día lo pasamos genial, jugamos verdad y reto, con lo que descubrimos varia información sobre cada una, hicimos una pelea de almohadas y rompimos un reloj mío, así que no importó mucho. Aquel es un recuerdo feliz.
En cambio otro día, cuando era pequeña, recuerdo haber ido a un acuario y quedarme petrificada en el lugar donde estaban los tiburones, es que siempre les he temido. Me puse a llorar y mi papá me tuvo que calmar, todos me miraban como si estuviera loca y algunos se reían de mí... lo pasé tan mal ese día... pero sin ese recuerdo no sería la misma, no le temería a los tiburones y no odiaría los acuarios, tal vez no odiaría todo lo que provenga del mar, pero eso demuestra quien soy y ese ser es único, lo cual me alegra.
Un sonido en los arbustos me sacó de mis pensamientos. Me di cuenta que no traje nada para defenderme, lo mejor que podría hacer ahora sería correr. A la una... más sonidos... a las dos... se está acercando... a las tres, empiezo a correr y a correr, escuchó balazos atrás mío... no me voy a detener por nada del mundo, solo tengo algo en mente: escapar de la armada.
Veo un pueblo cerca, corro lo más rápido que pude y me escondo en una casa. Estoy en una habitación, me escondo abajo de la cama. Por favor que no me encuentren, por favor que no me encuentren... pero no escucho sus pasos que entran... recordé el gas... no, no, no, no, no, no y no, este no puede ser el fin, simplemente no puede... para mi buena suerte hay una máscara de gas en un armario. Salgo de la cama a toda velocidad, corro hacia ella y me la pongo, luego me escondo otra vez debajo de la cama. Veo el gas que se infiltra por debajo de la cama. Rezo para que el gas tenga que meterse a tu cuerpo por respirar.
No siento que olvido nada, ¡Ufff! El alivio se apodera de mí y sonrío.
Luego de unos minutos, que parecieron horas, escucho pasos entrando a la casa. Gracias a Dios que hay sabanas cubriendo abajo de la cama... espero que eso sea suficiente para distraerlos de la cama. Apenas respiro y escucho a donde se dirigen.
Me sobresalto cada vez que abren una puerta de golpe.
—No hay nadie aquí— aveces decían.
—Negativo— otras veces podía escuchar.
—No hay nadie en la habitación— decía un militar.
—¿Seguro? ¿Revisaste bien?— escuchaba a su mayor.
—Seguro— aveces era la respuesta.
—Voy a revisar nuevamente, señor— o ésta era la respuesta.
—Sigo insistiendo que ella escapó— escuchaba entre los susurros.
—No lo creo— comentaban algunos.
—Era muy rápida y ágil, yo creo que escapó— decían otros cuantos.
Mientras tanto, yo seguía abajo de la cama. Después de unos largos minutos, escuchó el abrir de golpe de la puerta y pude oír los pasos del oficial que entraba.
Mi corazón latía feroz y velozmente, podría jurar que se podría escuchar a la perfección. El oficial caminó por toda la habitación. A continuación de muchos minutos, salió.
—¿Está seguro que revisó bien?— preguntó el oficial superior.
—Voy a revisar una vez más, ustedes continúen con las demás habitaciones, señor— dijo el oficial. Escuché que entró en la habitación (mi corazón latía demasiado fuerte) y cerró la puerta.
Entonces pasó lo que menos quería que pasara en aquel momento; el hombre se agachó, me cogió de la pierna y me tiró fuera de la cama. Luego me sacó la mascarilla, me tapó la boca para que no pudiera gritar, me tomó y vi su cara, era el doctor. Me tranquilizó y salió por la ventana.
—¿Qué hace aquí?— pregunté cuando ya me hube calmado más aún.
—Haciendo un pequeño favor a su padre— dijo.
Abrazos. Ciao S2.
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Sueños Gemelos
Science FictionLailah y sus dos amigas están dando un paseo en el avión del padre de Freya, una de sus amigas, cuando ven que el océano se mueve, abriendo una gran grieta que deja ver el centro de la Tierra. Deciden juntar a sus compañeros de colegio y planean com...