wingless [park jimin]

16. ¿Por qué te sonrojas?

— Fue tu idea traerme aquí – protesté, rodando los ojos hacia un muy divertido Hoseok, quien se mantenía mirándome con una ceja alzada dándome una mirada fraternal desde el otro extremo de la tienda – tú inventaste toda la excusa del doctor para traerme, así que dime de una vez – resoplé, fingiendo molestia – ¿por qué estoy aquí? ¿qué estamos buscando?

En realidad, Jung Hoseok había sido mi salvación para no asistir a clases.

Después de haber recibido la noticia del "reordenamiento del salón" estaba comenzando a pensar que Park Jimin iba a terminar jodiendo un poco más mi psique de lo que ya estaba.

No comprendía para nada su razonamiento y por mucho que intentase ponerme en sus zapatos para entender un poco mejor sus acciones, no lograba comprender qué mierda pasaba por su cabeza para adquirir ciertos comportamientos.

Después de Hobi apareciese junto a Taehyung en la escuela y de tener a Jeon pidiéndome explicaciones por mensajes, recibí otro texto del rubio, señalándome que estaba ansioso por verme en clases al día siguiente.

Sin embargo, Hoseok me necesitaba y por esa misma razón armó todo un lío con un doctor amigo suyo para que dijese a los padres de Hanna, a la misma Hanna y a Namjoon que mi lesión en el tobillo iba a requerir por lo menos un día de reposo, día en el cual falté nuevamente a la escuela y, cuando todos desaparecieron de casa, fui arrastrada hacia un centro comercial con un muy exaltado Hoseok, el que se negaba a decirme por qué razón me había llevado... aunque en el fondo de mi ser, sabía cuál era la exacta razón de mi presencia ahí.

— ¿Hobi? – lo llamé, al parecer, sacándolo desde el fondo de sus pensamientos.

Jung Hoseok dio un par de pasos al frente cuando alcé una ceja, esperando su respuesta. Dio largas zancadas, evitando contacto visual con la dependienta de la costosa boutique a la que me había obligado a entrar un par de minutos antes.

Sus pasos fueron algo titubeantes pese a que su rostro no exhumaba nada más que tranquilidad y, para cuando se posó delante de mí, cambié el peso de mi pierna recargándome sobre un estante para no ejercer demasiada presión sobre mi tobillo.

— Bueno, sabes que el cumpleaños de... – se quedó en silencio de pronto y se me hizo casi imposible ocultar la sonrisa que comenzaba a tirar de mis labios cuando comenzó a jugar con sus dedos con nerviosismo.

— Sé que el cumpleaños de Hanna es el próximo sábado – lo miré, mordiéndome la lengua para no comenzar a reír cuando me miró con una expresión llena de pura sorpresa. Sus cejas se elevaron y su boca se abrió. – es mi amiga y Namjoon no ha dejado de repetírmelo, recuerda que soy parte de la familia Kim hasta que mamá regrese del extranjero – Me encogí de hombros con tranquilidad – así que, ¿qué quieres regalarle?

Parpadeó, rascó su nuca y su boca se abrió un par de veces, pero ningún sonido salió de ella.

— Yo le conseguí unos libros de química de no sé qué – ladeé la cabeza cuando continué con la conversación – mi hermano los envió de Estados Unidos hace un par de días, llegaron anoche a mi edificio – sonreí.

Los ojos de Hoseok continuaban mirándome y su expresión seguía siendo la misma que antes, ojos bien abiertos y mandíbula desencajada. Logró reaccionar cuando bajé mi rostro para evitar reírme de su expresión, finalmente carraspeó.

— Pienso declararme el día de su cumpleaños – sus palabras salieron tan clara y velozmente de su boca que se me hizo imposible no esbozar la sonrisa con la que había estado luchando desde que el castaño apareció por mí en la mañana.

***

— ¿Qué hiciste ayer? – Hanna alzó sus cejas una vez que nos bajamos del autobús para comenzar a caminar lentamente rumbo a la escuela. – estabas dormida cuando llegué ayer de la escuela. Jungkook me pidió que lo esperase. Tenía entrenamiento de soccer.