wingless [park jimin]

18. No confío en mí

— No me digas que olvidaste la llave, ángel.

— No la olvidé, tiene que estar por aquí – refuté al cabo de un momento, sumergiéndome de lleno en mis pertenencias en mi pequeño bolso.

Las puertas del ascensor se cerraron cuando mi labio inferior se abultaba haciendo un puchero, mientras que en un torpe movimiento me senté en el piso del elevador antes de vaciar el contenido de mi  bolso sobre mis piernas.

Tenía mi celular, el que se encontraba sin batería, mi billetera sin la jodida tarjeta/llave y un paquete de goma de mascar a medias.

Genial.

Alcé la cabeza cuando me di cuenta, un poco más tarde de lo que hubiese deseado, que no estaba sola.

Mis ojos se fueron de inmediato hacia la izquierda, encontrándome a Jimin apoyado en una de las paredes del elevador, de brazos cruzados sobre su pecho, observándome con una pequeña sonrisa tirando de la comisura izquierda de sus labios.

Mi ceño se frunció y mi nariz se respingó.

— ¿Qué haces aquí? –pregunté, sin dejar de observarlo – no te vi irte del club.

— ¿Estabas pendiente de mí? – su sonrisa creció y mi cabeza se ladeó, solo para enfocar un poco mejor su expresión.

— Un poco, sí. – confesé sin siquiera pensarlo y volví mi atención a mi pequeño bolso con mis pertenencias dispersas en mis piernas. – ¿qué hacías ahí? ¿me estabas siguiendo otra vez?

— ¿Te decepcionaría saber que no? – su voz sonó extrañamente entretenida.

— La verdad es que no – me encogí de hombros – Kook estaba un poco asustado de ti – me reí – fue divertido.

— Debería estarlo – murmuró un poco más bajo y yo solo rodé los ojos.

Idiota.

Revisé por segunda vez mis bolsillos de mi chaqueta y de mi pantalón bajo la persistente mirada del rubio y terminé por soltar un exagerado suspiro cuando no encontré la tarjeta para entrar a mi departamento.

Maldije entre dientes.

— ¿Qué harás? – su voz me sacó de mis pensamientos y me obligó a alzar la mirada hacia él.

— Dormir en el ascensor, duh. – me encogí de hombros y me moví con poco cuidado hasta apoyar mi espalda contra la pared, cerrando los ojos al instante en el que lo hice – No es como que tenga otra opción, no tengo batería como para llamar a mamá, Joon o a Tae – mi labio inferior se abultó en una exagerada mueca de tristeza.

— Te quedarás conmigo – musitó al cabo de un par de segundos – no puedes quedarte en el ascensor, Tara.

— No quiero irme contigo – meneé mi cabeza, sin abrir los ojos y me crucé de brazos. – no, no, no y no.

— ¿Esperas que tu madre te vea aquí en la mañana? ¿en ese estado? – continuó hablando con extrema tranquilidad y su voz se escuchó un poco más cerca de donde yo me encontraba ubicada en medio del elevador – ¿Qué pensará de tus amigos por dejarte sola?

Abrí un ojo y me lo encontré solo a un par de centímetros de mi rostro, de cuclillas delante de mí.

— Hanna estaba a punto de vomitar en el auto. Joon tenía que llegar a casa rápido, Hobi no dejaba de hablar estupideces y Kook esperaría a que el turno de Tae terminase, si es que no se iba a follar con la chica con la que ligó toda la noche. – expliqué, frunciendo el ceño al defender a mis amigos.