Capitulo 11

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Cristy después de un rato a otro se quedó dormida en mi cama, me deslice delicadamente fuera de ella, le puse un cojín enorme a su lado y al instante lo abrazo. Mis heridas estaban al aire, pero ya estaban cicatrizando. Me encamine hacia el despacho de Stephen pero no se encontraba nada en ella. Todos los libros que tenía en su estantería estaban regados por doquier.

Moví el primer estante que tenía a la derecha; nada. El siguiente; nada. ¡¿Dónde está la puerta?! Una ola de ansiedad iba inundando mi sistema nervioso, así que empecé a quitar los estantes sin ningún cuidado haciendo un alboroto.

- ¡¿Dónde están mis padres?! – grite exasperada sintiendo como crecía la ira y desesperación en mí, queriendo sacar a mi loba

- Tienes que encontrarlos, te necesitan – una voz masculina desconocida resonó en la habitación

- ¿Quién habla? – susurre observando cada rincón de aquella habitación

- Encuéntralos – finalizo

- ¿Qué pasa? – una voz adormilada se escuchó haciendo que me sobresaltara y viera a una pequeña Cristy tallándose los ojos

- Nada – tape con una de mis manos mis ojos - ¿Te desperté?

- No – se acercó a mí y me extendió los brazos para que la cargara; así que no se lo negué

Camine hacia la puerta, pero antes de cruzar el umbral de aquella se escuchó un golpe seco detrás mío; unos planos. Me acerque a ellos agachándome y tomándolos. Senté a la niña en el escritorio y extendí los planos. La mansión Moore.

Golpe con mi puño la mesa haciendo que Cristy se asustara y yo le susurrara un pequeño "Lo siento", no es la verdadera mansión, es una maldita replica. Por ello no se encuentra la maldita puerta que conecta con la habitación donde se encuentran mis padres.

- Iremos a otro lugar, ¿está bien? – ella me asintió y antes que me transformara recordé una lección que me había impartido John – Antes que nada, para poder comunicarme contigo siendo lobo tengo que hacer algo, ¿confías en mí?

- Si – me sonrió y me extendió los brazos, la acobije en ellos posicionándola en mi cadera

- Iremos a la cocina, comerás algo, si es que se encuentra algo de comer, si no; tendremos que conseguir comida para poder llevarlo a cabo

- ¿Qué tengo que hacer? – baje las extensas escaleras hasta llegar a la cocina y sentarla en una de las encimeras

- deje salir un pesado suspiro- Necesito que tomes un poco de mi sangre

- Iugh, ¡Qué asco! – sonreí tiernamente hacia la niña y le acaricie la carita

- No te obligare a nada, pero en un caso de emergencia no poder comunicarme contigo, por eso necesito aquello, o tendrás que aprender a saber nuestros modismos – la niña se me quedo viendo como analizando lo que le decía para

- ¿Y para que la comida?- sonreí por su inocencia, pero a la vez era tan madura

- No quiero que te desnutras – empecé a buscar en los gabinetes y refrigerador, y apenas quedaba comida para un sándwich en buen estado

Le prepare rápido su comida y se la entregue para ponérmela en la cintura y caminar de nuevo hacia con Simba, ya que no podría rastrear a Shyte en la posición en la que me encontraba; todavía envenenada, con una niña y con hambre

(...)

Después de a lo que supongo había sido unas 3 a 4 horas, el sol había jugado a las escondidas con la luna, y todavía me falta un recorrido más por dar.

Agatha. La Alpha SupremaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora