Si quería ir al baño, él esperaba fuera. Si quería ir a hablar con los chicos que me rescataron, se enojaba. Y siempre me hacía preguntas sobre mí. Lo peor de todo es que siempre quería hablarle, pero abría la boca y luego la cerraba. Esto de hacerme muda, no sé si este funcionando para mi salud verbal
¿Porque siempre termino en estas situaciones? Ya me había librado de Stephen, y de los Reyes, para empezar a tomar mi papel de Alpha. Pero al parecer la Diosa Luna quiere que batalle más.
- ¿Color favorito? - "De nuevo esa pregunta", le señale un extintor - Cierto, él rojo
- Ya está la comida hecha. Pueden pasar a comer -nos indico una morocha que había entrado al despacho de Sam
-Iremos en seguida -me ofreció su mano a lo que inmediatamente me levante, haciendo que las dos personas que me acompañaban en aquella habitación bufaranLa morocha empezó a caminar fuera de la habitación y yo la seguí sin esperarme a nada, moría de hambre. El plan era escapar en menos de cuatro días, ya que sería la luna llena y no me ayudaría a mantenerme oculta de los cazadores
Entramos en la cafetería y a lo lejos observe a los chicos, le hice unas señas a Sam que iría con ellos y de mala manera accedió, antes de ir con ellos me paso mi bandeja con comida y fui con ellos, observe de reojo que no me siguiera él rubio para poder hablar con los chicos libremente
Llegue con ellos y de inmediato Esteban tomó mi brazo sentándome al lado de él; Esteban es el pelirrojo. A mi otro costado se encontraba Jay; él tímido. Y enfrente de mí se encontraba Gus; al chico que le caigo mal. Por lo visto no se encontraba Francisco; él primer rubio.
-¿Como te ha ido?, ¿Desconfía de ti?, ¿Qué quieres que hagamos? -empezó a asaltarme con preguntas Jay, que hacía que me mareara
- Digamos que bien, pero no me deja ni para ir al baño. No sé. Necesito salir de aquí a mas tardar mañana con Cristy porque... -me interrumpió Gus con una sonrisa de lado burlona
-En unos días es luna llena. Lo sabemos -Los dos chicos de mi lado asintieron- ¿De qué color son tus ojos?
No se qué tan informados estén, pero no les diría mi realidad.
- Ámbar -tuvimos una guerra de miradas hasta que una mano se poso en mi hombro
- Vaya, ya recuperaste él habla -me gire sobresaltada para ver el mar que se escondía en Sam - ¿Ámbar es tu nombre?
Asentí levemente y me sonrió de lado. Para luego hacer que los chicos que estaban a mi lado se pasaran al frente mío.
- Come - Fruncí mi entrecejo, si estuviera en otra condiciones lo hubiera golpeado
Empecé a comer bajo la atenta mirada de los chicos, terminando mi labor, Sam tomo mi bandeja y la llevó a una estantería donde estaban todas las bandejas y un directivo lo detuvo para hablar de un nuevo entrenamiento así que no perdí tiempo.
- ¿Como salgo de aquí? -pregunte rápidamente
- Ya está todo preparado, amor. Mañana a medio día iremos a tu habitación y las llevaremos a conocer como se caza -hizo comillas con sus dedos en la parte de caza- ¡Y luego ya correrán como él viento!
Solté una carcajada por lo último que había dicho Esteban, y asentí, no confiaba en este plan
- ¿Y si no llegara a resultar? -cuestione
- Ah, entonces estamos fritos -se encogió de hombros y empezó a comerse su pay de manzana- Solo esperamos que si resulte porque si no es así, nos castigaran. Y no son para nada tiernos sus castigos. Y menos si se enteraran de que eres – Jay y Esteban se tensaron al escuchar aquello y Gus señalo a Sam- Y si él se enterara, no sabemos como reaccionaria porque esta apegado a ti.
- Hasta se diría que esta algo obsesionado desde que te vio – murmuro Jay con la mirada perdida
- ¿Dónde está Cristy?
- Ven, te llevo a que la veas – me extendió su mano Jay a lo que esta vez si la tome
Empezamos a caminar hacia fuera del campus, cruzamos un patio y luego llegamos a otra institución, en el patio de aquella sección se encontraban vagando unos cuantos niños, otros estaban jugando a las escondidas y otros solamente se encontraban debajo de los robles durmiéndose
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Agatha. La Alpha Suprema
Kurt AdamMi vista se encontraba nublada. Cataratas corrían de mis ojos hacia mis mejillas, bajando un poco más, algunas deteniéndose en mi boca y dándome un sabor salado, algunas pasaban de largo y caían sobre mi diminuto regazo. Mi pecho subía y bajaba rápi...