Ingresamos todos al automóvil, mi padre tenía su cabeza apoyada sobre el regazo de mi madre, y yo solamente podía rebobinar una y otra vez los momentos con Simba
<< Deje que la bata callera a mis pies para luego recogerla y ponerla en el perchero al lado de la ducha, ingrese a ella aunque no estuviera al completo caliente sintiendo como se erizaba todo mi cuerpo por la helada cascada artificial que caía en mi frágil cuerpo.
Cerré los ojos para disfrutar del momento placentero que me aportaba aquella sensación de tranquilidad y paz. Unas manos se posaron en mi cintura haciendo que me alarmara, pero al instante me tranquilice al sentir su presencia y sus dulces besos en la curvatura de mi cuello y hombro.
Sus besos iban y venían desde mi oreja, mi cuello y hombro. Para hacer un vaivén. Sus manos fueron recorriendo mi cintura, luego mi abdomen para empezar a subir por el hasta llegar a mis pechos que se acunaron perfectamente en sus manos. Solté un gemido haciendo que él me gruñera en mi oído.
- Que yo sepa no te pedí que me acompañaras a una ducha, ¿o sí? – juguetee para girarme a verle
Una sonrisa abarcaba sus deliciosos labios, entrelace mis manos en su nuca y le acerque lo más posible a mí. Acerque mis labios a una distancia mínima a los suyos para hacer un ademan de besarle pero no le bese, en cambio estuve haciéndole así varias veces y él caía en la trampa pensando que si le besaría acercándose en un intento fallido de unir nuestros labios.
Ya cansado me apego rudamente a la pared de la ducha haciendo que soltara un jadeo y me beso duramente. Estaba aprisionada entre la fría pared y su torso esculpido por todos los dioses, caliente.
- No hace falta una invitación, tú eres mía. – nuevamente ataco a mis labios arrancándome el alma
Su pecho ya se rozaba con el mío, mandando descargas eléctricas por todo nuestro cuerpo, su lengua delineo mi labio inferior pidiendo permiso pero se lo negué, bajo sus manos hacia mis nalgas apretándolas haciendo que jadeara.
Rápidamente actuó y empezó una guerra de nuestras lenguas, me alzo y yo rodee su cintura con mis piernas, nuestro beso cada vez era más intenso y excitante. No quería que paráramos.
Su miembro rozaba mis labios vaginales haciendo que gimiera en su boca, deshice mi agarre detrás de su nuca para poder empezar a masajearle, un estruendoso sonido ahogado por mis besos salió de sus rojizos labios.
Cerró la válvula del agua y dejando charcos de agua nos llevo hasta la cama, donde me deposito como una vil muñeca de trapo. Nuevamente ataco mis labios para empezar a descender con dulces y posesivos besos hacia mi cuello, siguió su recorrido hacia mis pechos, donde atacó sin piedad mis sensibles pezones, chupándolos, jalándolos y saboreándolos a su gusto.
No pude evitar soltar un gemido estruendoso con el placer que el amor de mi vida me aportaba, quiso seguir descendiendo pero le detuve, jalándole del cabello para devorar nuestras almas mutuamente, en un movimiento el quedo debajo de mí.
- Te amo – estaba a horcadas sobre él, me recosté sobre él y le bese dulcemente
- Te amo luciérnaga – su mirada me comprobaba todo el amor que sentía por mi
Moví en círculos sobre su miembro mis caderas, haciendo que cerrara fuerte los ojos por el placer y tortura que le ocasionaba, sonreí al torturarlo para descender hasta quedar a la altura de su miembro, lo tome con una de mis manos y empecé a masajearle.
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Agatha. La Alpha Suprema
WerewolfMi vista se encontraba nublada. Cataratas corrían de mis ojos hacia mis mejillas, bajando un poco más, algunas deteniéndose en mi boca y dándome un sabor salado, algunas pasaban de largo y caían sobre mi diminuto regazo. Mi pecho subía y bajaba rápi...